Manos con el pulgar apuntando hacia abajo y hacia arriba

Getty Images
Tiene varios nombres: pensamiento dicotómico, absolutista, binario, todo o nada y blanco y negro.

Estás con nosotros o en contra nuestra. Esa es la fórmula de muchos de los discursos más poderosos de la historia.

Resuenan pues evocan una forma de pensar tan antigua como persistente, una lógica de blanco y negro que ha moldeado conflictos, ideologías y épocas enteras.

Esa simple disyuntiva ha atravesado imperios, revoluciones y crisis.

En la Rusia postzarista se hablaba de revolucionarios y contrarrevolucionarios. En la Italia de los años 30, el régimen reducía el mundo a fascistas y antifascistas. Y durante el macartismo estadounidense, el patriotismo se convirtió en una línea tan estrecha que cualquier disenso podía interpretarse como deslealtad.

La tentación de dividir la realidad en dos bandos irreconciliables es una forma de pensar tan humana como peligrosa, especialmente en un mundo que hoy, como siempre, exige matices.

Tiene varios nombres: pensamiento dicotómico, absolutista, binario, todo o nada y blanco y negro.

Y es atractivo pues a veces es más sencillo y cómodo enmarcar las cosas en la vida como correctas o erradas, buenas o malas, aceptable o inaceptable. Los tonos de gris son difíciles.

Pero en tanto a nivel social como personal, es engañoso y a menudo problemático.

Sólo que a veces, las situaciones son tan tensas o lo que está en juego es parece tan importante, que el pensamiento en blanco y negro es difícil de evitar.

Eso es, en parte, porque está muy arraigado, explicó la psicóloga y autora Kimberley Wilson en el programa de la BBC "What’s Up Docs?".

"Pensamos que es una de las primeras formas en que desarrollamos para entender el mundo".

No exagera: está hablando de cuando éramos bebés.

"El mundo para el bebé es muy confuso. Todo era oscuro, silencioso, cálido y pacífico. De repente, hace frío, es ruidoso, hay luces y todo tipo de cosas. Su mente tiene que organizar el mundo, y al desarrollar su aparato psíquico, tiene que distinguir entre lo bueno y lo malo, lo bienvenido y lo no bienvenido, lo seguro y lo inseguro.

"Esos son conceptos muy complejos: hay alguien -quizás la madre- que llega a tiempo, lo abraza y le da de comer. Pero luego hay momentos en la vida del bebé en los que quizá se queda solo unos minutos, y nadie acude a atenderlo.

"Esas frustraciones son normales, pero para un bebé, es abrumador; no tienen contexto para entenderlo.

"Así que pensamos que en la mente del bebé y del niño se crea una línea definitoria: está la buena madre que me cuida, y luego está la mala madre que me abandona".

Cabezas oscura y clara

Getty Images
Nuestros cerebros se sienten atraídos por esta visión del mundo en blanco y negro.

A medida que creces y maduras, experimentas la complejidad del mundo y empiezas a construir un sentido de integración: te das cuenta de que ese adulto que está pendientes de ti y te da lo que necesitas, y el que se demora en venir cuando tu quieres es la misma persona.

"En un sentido analítico, a eso lo llamamos la posición depresiva", dice Wilson.

Y suena triste, pero explica que se debe a que "el pensamiento binario inicial nos permite estar en un estado de idealización, en el que existen seres perfectos y otros nefastos".

"Cuando de repente tienes que llegar a un punto de integración y juntarlos, es ese momento en la vida en el que te das cuenta de que tus padres son humanos y, por ende, imperfectos. Por eso lo llamamos la posición depresiva, porque se siente como ese bajón, ese bajón a la Tierra".

No obstante, es en esa posición intermedia, aquella en la que el blanco está mezclado con el negro, en la que realmente estamos comprometidos con la realidad, apunta la psicóloga, "porque en los extremos, estamos en estados fantásticos de idealización y denigración".

Pero nuestra experiencia temprana del mundo no es la única razón por la que el pensamiento de todo o nada es tan seductor.

Energéticamente exigente

Algo que vale la pena recordar es que nuestro cerebro funciona con energía, y pensar consume calorías y exige tiempo, así que puede ser agotador.

Categorizar a alguien o algo como bueno o malo sencillamente requiere menos energía mental.

"El cerebro siempre está buscando la manera de ahorrar energía, por eso tenemos hábitos. Es como, ¿por qué tengo que pensar en cada decisión? Eso lleva tiempo. Déjame volver a un hábito. Déjame hacerlo automáticamente, así me ahorro energía y tiempo", ilustra Wilson.

"El pensamiento en blanco y negro es lo mismo. Es mucho más fácil si puedo tomar un aspecto de ti, categorizarte, encasillarte, y entonces no tengo que hacer nada de eso tan profundo, energéticamente exigente y evaluativo".

"Es un proceso de idealización y denigración que puede ocurrir en cualquier dirección", añadió la psicóloga.

Y puede llegar a extremos.

En un polo están quienes piensan que "son increíbles, y los demás son realmente tontos; personas que pueden haber caído en un estado de narcisismo o tiene rasgos narcisistas".

"Si creo que todo lo bueno reside en mí, entonces todo lo malo está fuera, y eso hace que sea muy complicado tener relaciones con la gente, o asumir la responsabilidad de mí misma. Puedo acabar sintiéndome perseguida: todo el mundo está en mi contra porque tengo todos estos dones y talentos".

En el otro polo están quienes piensan que "todo lo malo reside en ellos".

"Todo lo que hago se convierte en basura. No consigo hacer nada bien. Estoy roto. No sirvo para nada. No valgo nada… Son personas con muy baja autoestima y eso puede estar asociado o llevar a estados de depresión muy severa".

La psicóloga cuenta que al tratar con alguien cuya visión es dicotómica, el desafío frontal no es la mejor opción, pues se puede poner a la defensiva y en pie de lucha.

Situarse en tierra de nadie y actuar con curiosidad, en cambio, le permite a la persona expresar sus ideas y a ti, introducir otras posibilidades".

"Una creencia es solo una creencia, y si logro que entienda que se trata de una creencia y no un hecho, entonces podremos empezar a pensar en otras pruebas de la realidad que puedan llevarnos a una forma de pensar más equilibrada".

Beneficio de la duda

Sin llegar a extremos, todos podemos caer, de tanto en tanto, en esa manera dicotómica de pensar.

Desde el "si no lo hago perfecto, fracaso", que puede llevarnos, por ejemplo, a abandonar una dieta pues el lunes comimos algo "prohibido", a "o me adora completamente o no me quiere nada", que puede tornar cualquier detalle en razón para el fin de una relación.

Eso sin hablar de cuestiones que requieren conocimientos, análisis, reflexión, y hasta más, para formar una opinión… algo que además tienes que hacer constantemente.

¿Habrá algún atajo mental, alguna forma de abordar el mundo de manera que no sea una tarea tan agotadora?

"Sí, es la que llamamos el beneficio de la duda, que es una posición muy generosa para entrar en el mundo.

"Si al menos llego a la posición de pensar que es imposible que un ser humano sepa con certeza qué está pasando en el cerebro de otro, lo mínimo que puedo hacer es concederte el beneficio de la duda. Eso deja un poco de espacio para que lleguen nuevas pruebas.

"Y no tengo que saber nada con certeza. Puedo decir: no sé".

Así que si tienes a una persona categorizada como buena o mala, quizás inicialmente descartarías lograr una comprensión rica, matizada y compleja de sus motivos y su vida.

Sin embargo, puedes empezar por darle el beneficio de la duda.

"Creo que esa es una forma mucho más pacífica de estar en el mundo. Porque si has dividido el mundo en dos, el bueno y el malo, pasas gran parte del tiempo enfrentado a enemigos".

Un ángel y un demonio

Getty Images
¿Ángeles o demonios?… más bien una gama amplia de matices.

Una de las razones por las que hace del pensamiento binario suele estar tan presente es que puede ser muy útil para ganar apoyo público.

Formar dos bandos y señalar al otro como el equivocado, es muy efectivo en muchos ámbitos, particularmente en la política.

"En política, quienes adoptan posiciones extremas quizás sobreviven, pero en el propósito, lo que buscamos, que es una sociedad funcional, es la parte que queda a su suerte y que realmente se erosiona. Se ve afectada por los extremos y el balanceo entre uno y otro".

A nivel social como personal, subraya Wilson, al tomar una posición extrema "minimizas o niegas similitudes, y terminas definiéndote por lo diferente que eres del bando opuesto".

"Dado que la mayoría de los humanos queremos sentir que somos buenas personas, prosociales, inteligentes y tomamos buenas decisiones, si me defino por lo diferente que soy de ti, entonces debes ser una mala persona, tonto y tus decisiones son erradas.

"Lo que pasa es que proyecto toda mi maldad en ti. Niego toda tu bondad. Eso me permite tratarte muy mal porque no tengo ninguna idea de tu valor.

"Ese es el gran perjuicio del pensamiento en blanco y negro.

"Cuando nos definimos por lo diferentes que somos entre nosotros, negamos la humanidad, la bondad, la virtud, cualquier cualidad beneficiosa en el otro, y los maltratamos… ya sea un equipo de fútbol, un partido político, un grupo religioso, tu amigo", concluye la psicóloga.

* Este artículo se basa en un episodio de la serie "What’s Up Docs" de BBC Radio 4.

línea

BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

BBC News Mundo

La British Broadcasting Corporation (Corporación Británica de Radiodifusión) es el servicio público de radio, televisión e internet de Reino Unido, con más de nueve décadas de trayectoria. Es independiente de controles comerciales y/o políticos y opera bajo un estatuto real que garantiza dicha independencia. La BBC cuenta con una red de más de 250 corresponsales en territorio británico y más de 100 ciudades capitales de todo el mundo.

Ver más