Desde hace más de dos décadas, el programa nuclear iraní concentra las tensiones entre Teherán, Washington y las capitales europeas. El acuerdo de Viena, celebrado en 2015 como un triunfo de la diplomacia multilateral, se derrumbó tres años después con la retirada de Estados Unidos. Francia, pieza central de las mediaciones, intentó hasta el final mantener abierto el diálogo. Y en junio de 2025, tras los bombardeos de Israel y Estados Unidos contra instalaciones iraníes, los europeos activaron el mecanismo de “snapback”, restableciendo todas las sanciones internacionales. En este video (y artículo), RFI te resume, junto a los protagonistas galos, veinte años de diplomacia tras los que la crisis sigue intacta.

Por Vahid Shamsoddinnezhad, de la redacción en persa de RFI

A comienzos de los años 2000, la escena internacional estaba marcada por las repercusiones del 11 de septiembre de 2001. Estados Unidos, bajo George W. Bush, definía un “eje del mal” que incluía a Irak, Corea del Norte e Irán. La situación se agravó en agosto de 2002, cuando opositores iraníes revelaron la existencia de instalaciones nucleares clandestinas en Natanz y Arak, generando preocupación por la posible dimensión militar del programa.

Francia, bajo la dirección de Dominique de Villepin, decidió apostar por la diplomacia. En octubre de 2003, junto a sus homólogos británico y alemán, visitó Teherán. Tras conversaciones difíciles con Hassan Rohani, entonces negociador, De Villepin logró abrir una vía de negociación que permitió establecer una hoja de ruta: cooperación transparente con la AIEA, suspensión del enriquecimiento de uranio y firma del Protocolo Adicional del TNP. Irán firmó los acuerdos de Saadabad (2003) y París (2004), suspendiendo temporalmente algunas actividades nucleares sensibles. Sin embargo, al final de la presidencia de Mohammad Khatami, el incumplimiento de promesas políticas y económicas llevó a Teherán a reanudar progresivamente sus actividades nucleares.

Ahmadineyad y la confrontación

La elección de Mahmud Ahmadineyad en 2005 marcó un giro radical. El nuevo presidente iraní adoptó un tono más firme: “Creemos en el diálogo, pero si algunos quieren imponer cosas a mi nación, la experiencia nos dice que los iraníes los harán lamentarlo”, declaró. Las negociaciones internacionales se estancaron entre 2006 y 2012. Se adoptaron seis resoluciones del Consejo de Seguridad, imponiendo sanciones progresivamente más severas, pero Teherán continuó su programa nuclear, convencido de que podía resistir al aislamiento internacional.

Durante este periodo, la diplomacia francesa subrayó la importancia de mantener la presión mientras se verificaban los compromisos iraníes. Según De Villepin, “era fundamental asegurarnos de la exactitud de los compromisos y de que no hubiera estrategias de evasión por parte de Irán”. Gérard Araud, diplomático francés, resumió la percepción iraní: “Han negociado, han cumplido con el acuerdo de 2015, y aun así fueron denunciados y sancionados. Para ellos, la disuasión nuclear es la única garantía”.

Hacia el acuerdo de Viena

Con la elección de Hasán Rohani en 2013 y el nombramiento de Mohammad Javad Zarif como negociador, se abrió una nueva ventana diplomática. Francia desempeñó un papel clave dentro del P5+1, asegurando que el acuerdo incluyera garantías efectivas de que Irán no buscaría armas nucleares. Jacques Audibert, diplomático francés, recuerda que Francia impuso mejoras esenciales: “Teníamos ocho objeciones sobre el texto. Logramos introducir cambios clave que aseguraban que Irán no accedería a armas nucleares”. El JCPOA ((Plan de Acción Integral Conjunto) se firmó el 14 de julio de 2015, limitando el enriquecimiento de uranio y estableciendo inspecciones rigurosas. Federica Mogherini, alta representante de la UE, celebró: “Hoy es un día histórico. Con valentía y respeto mutuo, hemos dado un paso hacia un mundo más seguro”.

Trump y la ruptura

La elección de Donald Trump en 2016 puso en riesgo el delicado equilibrio del acuerdo. En mayo de 2018, anunció la retirada unilateral de Estados Unidos y la imposición de sanciones severas, complicando la situación para Europa y para empresas como ATR, cuya continuidad en Irán fue asegurada solo gracias a la intervención diplomática francesa. Gérard Araud recordó: “Durante dos meses tuvimos que salvar contratos franceses; el Tesoro estadounidense ni siquiera sabía cómo aplicar la decisión”. 

Los intentos de mediación continuaron, con Emmanuel Macron buscando un acercamiento directo entre Trump y Rohani en el marco del G7 de Biarritz y la Asamblea General de la ONU en 2019. Sin embargo, la falta de concesiones estadounidenses y el asesinato de Qassem Soleimani frustraron cualquier posibilidad de diálogo.

El colapso final y el snapback

En junio de 2025, Israel, con apoyo estadounidense, bombardeó instalaciones nucleares iraníes, paralizando la diplomacia. De Villepin señaló: “La fuerza puede retrasar un programa, pero no eliminar el conocimiento. Los científicos siguen ahí. Solo la diplomacia puede prevenir un desastre”. Ante la falta de resultados, Francia, Alemania y Reino Unido activaron en agosto el mecanismo de Snapback, que autoriza el restablecimiento automático de todas las sanciones internacionales (sistema previsto en el Acuerdo de Viena de 2015). Barbara Woodward, embajadora británica ante la ONU, subrayó: “Nuestra decisión está legalmente justificada y conforme a la Resolución 2231”.

Veinte años de tensión sin solución

Tras más de dos décadas de negociaciones, sanciones y mediaciones, el programa nuclear iraní sigue siendo un desafío irresuelto para la comunidad internacional y una fuente de incertidumbre para el pueblo iraní. Según Araud, “si yo fuera Khamenei, tras negociar y cumplir, y aun así ser sancionado y bombardeado, ¿para qué negociar otra vez? La disuasión nuclear se vuelve la única opción”.

El tablero internacional ha regresado, así, a un punto de partida, con un programa nuclear activo y la diplomacia atrapada en un ciclo de tensiones, sanciones y fracasos repetidos, que deja al mundo frente a una incógnita que ninguna negociación ha logrado resolver.

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