Mientras el mundo espera el fin inminente de la Segunda Guerra Mundial, en abril de 1945, los representantes de 50 Estados se reúnen en San Francisco para establecer la Carta de una nueva organización mundial. Este documento sienta las bases de la Organización de las Naciones Unidas por parte de los Estados miembros “decididos a preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra”. Entrevista con la historiadora y especialista en la ONU, Chloé Maurel.Mientras el mundo espera el fin inminente de la Segunda Guerra Mundial, en abril de 1945, los representantes de 50 Estados se reúnen en San Francisco para establecer la Carta de una nueva organización mundial. Este documento sienta las bases de la Organización de las Naciones Unidas por parte de los Estados miembros “decididos a preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra”. Entrevista con la historiadora y especialista en la ONU, Chloé Maurel.
Por Nenad Tomic
RFI: ¿En qué contexto histórico se creó la ONU?
Chloé Maurel: Hace 80 años, el 25 de abril de 1945, se inauguró la conferencia de San Francisco, que creó la ONU, incluso antes del final de la Segunda Guerra Mundial y antes de la capitulación de Alemania (8 de mayo) y Japón (2 de septiembre). Los delegados de 50 países se reunieron solemnemente en la Ópera de San Francisco para escuchar el discurso de bienvenida, retransmitido por radio, del presidente estadounidense Truman. Esta conferencia internacional fundó la ONU.
Pero los orígenes de la ONU se remontan a la firma, el 1 de enero de 1942, de la “Declaración de las Naciones Unidas” en Washington por los representantes de 26 Estados, entre ellos Estados Unidos, la URSS y China. Es la primera vez que aparece el término “Naciones Unidas”, acuñado por el presidente estadounidense Roosevelt, que fallecerá el 12 de abril de 1945, dos semanas antes del inicio de la conferencia.
En las instalaciones del War Memorial Opera House y del Veterans Building, en el corazón de la ciudad de San Francisco, frente al ayuntamiento, electricistas, carpinteros y mudanzas trabajaron día y noche para montar los escenarios, las luces, los cables telefónicos y las oficinas para acoger la mayor conferencia diplomática desde la de Versalles en 1919. El programa previsto en aquel momento para la conferencia era muy intenso: cinco días de trabajo a la semana, de 9:00 a 17:30, con sesiones también previstas por la noche. La conferencia de San Francisco tenía la particularidad de estar abierta al público, con la presencia de numerosos periodistas y ciudadanos. Se trataba, por tanto, de un evento gigantesco y espectacular. Pero, lamentablemente, solo el 3 % de los delegados oficiales eran mujeres.
La Sociedad de Naciones, fundada con la firma del Tratado de Versalles, no sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. ¿Por qué la Sociedad de Naciones no cumplió sus objetivos, lo que la llevó al fracaso?
La Sociedad de Naciones carecía de fuerza coercitiva, se vio perjudicada por la ausencia de Estados Unidos y no logró impedir que las dictaduras fascista y nazi perpetraran agresiones territoriales, lo que condujo a la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué contiene la Carta de las Naciones Unidas firmada el 26 de junio de 1945 y cuáles son los principales objetivos de la organización? ¿Cómo se prevé su funcionamiento y qué diferentes órganos componen la organización?
La Conferencia de San Francisco, celebrada en abril de 1945, inició una intensa labor jurídica para redactar y adoptar una Carta para la nueva organización. Para ello, se creó un Comité Directivo compuesto por todos los jefes de delegación. Compuesto por un representante por Estado, contaba con 50 miembros. Además, un Comité Ejecutivo, compuesto por 14 jefes de delegación, se encargó de preparar recomendaciones para el Comité Directivo. El proyecto de Carta de las Naciones Unidas se dividió en cuatro partes, cada una de las cuales fue examinada por una comisión.
La redacción de la Carta fue larga y laboriosa: requirió cerca de 400 sesiones de comisiones y comités, en las que se debatió minuciosamente cada párrafo. De hecho, existían importantes diferencias de opinión entre los representantes de los Estados reunidos. Incluso se llegó a pensar que los representantes no lograrían ponerse de acuerdo sobre un texto común. Finalmente, el 25 de junio, durante la última sesión plenaria, celebrada en la Ópera de San Francisco, el texto de la Carta fue aprobado por unanimidad por todos los delegados.
Finalmente, el 26 de junio de 1945, los delegados se reunieron en la imponente sala del Veterans Memorial Hall de San Francisco y, uno tras otro, firmaron el volumen oficial de la Carta. China, que fue el primer país atacado por el Eje (invadido por Japón en 1937), tuvo el privilegio de firmar en primer lugar.
El texto de la Carta es especialmente progresista y pacifista. El Preámbulo afirma que los Estados reunidos están “decididos a preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra, que dos veces durante la vida de una sola generación ha infligido a la humanidad un sufrimiento indecible, a proclamar de nuevo nuestra fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, así como de las naciones, grandes y pequeñas, a crear las condiciones necesarias para mantener la justicia y el respeto de las obligaciones derivadas de los tratados y otras fuentes del derecho internacional, a promover el progreso social y establecer mejores condiciones de vida en una libertad más amplia, y a tal fin, a practicar la tolerancia, a vivir en paz unos con otros en un espíritu de buena vecindad, a unir nuestras fuerzas para mantener la paz y la seguridad internacionales “.
La mención a la igualdad entre hombres y mujeres se debe, en particular, al papel pionero de las delegadas latinoamericanas, como la brasileña Bertha Lutz. (En aquella época, las mujeres solo tenían derecho al voto en 30 de los 50 Estados representados en la conferencia).
Aún hoy, la Carta de las Naciones Unidas sigue siendo una fuente de inspiración viva y progresista para la acción de esta institución y para los pueblos de todo el mundo.
El 24 de octubre de 1945 es la fecha oficial de la creación de la ONU. ¿Cómo se organizó el trabajo de la institución y cuáles eran sus prioridades tras la Segunda Guerra Mundial?
Tras la Segunda Guerra Mundial, la prioridad era la reconstrucción de los Estados devastados por la guerra, la desnazificación de las mentes, la democratización y la construcción de un espíritu pacifista en la opinión pública mundial. A partir de 1960, sin embargo, con la adhesión de numerosos nuevos Estados miembros, los países resultantes de la descolonización (17 nuevos Estados africanos se adhieren a la ONU en 1960), la prioridad de la ONU cambia para centrarse en la ayuda al desarrollo en el “Tercer Mundo”, la asistencia concreta y material a los países del Sur para ayudarles a desarrollarse en todos los ámbitos, gracias a las 16 agencias especializadas: salud (OMS), alimentación y agricultura (FAO), cultura y educación (UNESCO), desarrollo económico (PNUD), etc.
¿Cuáles son las dificultades que la ONU debe superar en sus inicios y durante la Guerra Fría?
Muy pronto, la ONU se vio paralizada por la Guerra Fría (1947-1991). Las dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, hicieron abusaron de su derecho de veto, lo que bloqueó las acciones de la ONU. Sin embargo, durante este periodo, la ONU llevó a cabo una labor normativa notable, con textos progresistas como la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de 1989 o la Declaración sobre los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de 1990.
¿Cómo ha evolucionado la ONU desde el fin de la Guerra Fría?
Hoy en día, con el desinterés por parte Estados Unidos, China ocupa un lugar cada vez más importante en la ONU y en sus agencias especializadas, como la Unesco, financiando gran parte de sus presupuestos. De este modo, China tiende a promover su imagen, como ya ocurre en la UNESCO, donde China se promociona financiando numerosos proyectos, coloquios e iniciativas. El “Correo de la UNESCO”, la revista insignia de esta institución internacional, está financiada desde 2017 por China, lo que tiene un fuerte impacto en su línea editorial, en el plano ideológico y en la forma en que se presenta y promueve a China.
La ONU se encuentra hoy en una mala situación, privada de gran parte de su financiación y cada vez más marginada por las grandes potencias. La externalización y la privatización de partes enteras de las acciones de la ONU y sus agencias se están acelerando hoy en día, pero ya comenzaron hace varios años. Se observa una privatización de la ayuda humanitaria, la ayuda al desarrollo, el mantenimiento de la paz, etc. Kofi Annan permitió ya en la década de 2000 que las multinacionales entraran en las Naciones Unidas y ejercieran influencia en ellas, con el “Pacto Mundial” (Global Compact), en el que creó una asociación entre la ONU y las empresas, en beneficio de estas últimas. Esta evolución es muy perjudicial.
A pesar de todo ello, el sistema de la ONU sigue siendo útil e indispensable, ya que permite a los representantes de los Estados de todo el mundo dialogar e intercambiar opiniones en la Asamblea General y en los pasillos de las sedes de la ONU, lo que lo convierte en un foro internacional muy valioso.
Este foro es especialmente útil para los países del Sur, que desde 1960, con la descolonización, son mayoría en la ONU y que desde 1964 se han organizado entre ellos con el G77.
Además, en él se libran batallas útiles, como el tratado sobre pandemias, pero también el proceso en curso impulsado por numerosos países para regular y controlar las actividades de las multinacionales.
Los numerosos textos normativos adoptados por la ONU desde hace 80 años, desde la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) hasta el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (que entró en vigor en 2001), son hitos importantes y progresistas en la lucha de los pueblos por un mundo mejor.
¿Qué reformas se han llevado a cabo y qué reformas quedan por realizar para reforzar y mejorar la ONU?
Se han llevado a cabo numerosos intentos de reforma en los años 1990-2000 e incluso desde entonces, en particular bajo la dirección de Boutros Boutros-Ghali y luego de Kofi Annan, pero la institución es pesada, ya que es una gran maquinaria burocrática (el “coso”, como la llamaba De Gaulle en 1960), y presenta varios defectos de funcionamiento: un déficit mediático (falta de comunicación eficaz), así como una grave parálisis relacionada con el derecho de veto. Este derecho es una violación del carácter democrático de la ONU. Desde 2013, Francia, seguida por más de 100 Estados del Sur, ha propuesto que se suspenda el derecho de veto cuando los representantes de los Estados miembros reunidos en el Consejo de Seguridad traten situaciones en las que se estén cometiendo crímenes masivos. Se trata de una propuesta de reforma beneficiosa, que aún debe ser aprobada.
Chloé Maurel es profesora de la École Normale Supérieure, catedrática y doctora en Historia, especialista en la ONU y autora de: Une brève histoire de l’ONU au fil de ses dirigeants (Una breve historia de la ONU a través de sus líderes), Croquant, 2017.
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