Tras la división del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el año 2019, cuando Leonel Fernández decidió abandonar el partido morado, fue creado el partido Fuerza del Pueblo (FP).
Los dirigentes peledeístas trataron por todos los medios de minimizar al nuevo partido surgido de los dirigentes y miembros del PLD que acompañaron a Leonel Fernández para acordar una fusión con el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), al insistir en que se trataba de una salida de un grupo, y no de una división (así lo dijo Euclides Gutiérrez Félix); o que la recién creada entidad no le quitaría muchos votos al PLD, pero sí ocasionaría "perturbación" en el proceso electoral de 2020 (así lo expresó en más de una ocasión Melanio Paredes).
En las elecciones de 2020 el PLD sufrió tres derrotas, y fue expulsado del poder por la ciudadanía, que prefirió a la alianza que lideró el Partido Revolucionario Moderno (PRM), surgido en 2014 de las filas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Un dato histórico importante es que del PRD, creado en 1939 por exiliados dominicanos en La Habana, Cuba, ha surgido la mayoría de los partidos de índole liberal, así como del desaparecido Partido Dominicano surgió el Partido Reformista, y de este los partidos y movimientos conservadores.
El propio PLD surgió del PRD, cuando a finales de 1973 Juan Bosch decidió formar tienda aparte con un grupo de dirigentes notables y numerosos seguidores del escritor y expresidente. Y después de 43 años de esa ruptura y de supuestas diferencias irreconciliables, el PLD pactó con el PRD con miras a los comicios de 2016, y el PRD fue parte fundamental en el administración de Danilo Medina de 2016 a 2020 (El presidente del PRD, Miguel Vargas Maldonado, fue nombrado en el importante ministerio de Relaciones Exteriores).
Antes, para los comicios de 1996 el Partido Reformista, de Joaquín Balaguer, cargó sobre sus hombros al PLD para llevarlo al poder por primera ocasión, con la candidatura de Leonel Fernández. Y esa alianza se llevó a cabo apenas seis años después de una ruptura que se pensaba definitiva entre los viejos amigos Juan Bosch y Joaquín Balaguer, luego de que el primero acusara al segundo de robarle las elecciones de 1990 mediante un “fraude colosal”. Bosch devolvió una condecoración que Balaguer le había entregado por sus aportes intelectuales, y en una carta remitida al entonces presidente reformista se despidió con un “hasta nunca”.
Ese “nunca” terminó en 1996 con la alianza llamada “Frente Patriótico”, en la cual el PLD fue el gran beneficiado, no solo por obtener la Presidencia de la República, sino porque empezó un proceso de crecimiento basado en la absorción de la militancia reformista que observaba el final de su líder histórico Joaquín Balaguer, y necesitaba nuevo liderazgo y nueva casa política.
El vistazo a estos acontecimientos de la reciente historia política dominicana viene al caso porque hay señales de que la ruptura entre Leonel Fernández y el PLD, aunque por momentos parezca irreversible, no sería obstáculo para una alianza electoral en busca del poder en los comicios de 2024.
Las diferencias entre el PLD y FP, o lo que es lo mismo entre Danilo Medina y Leonel Fernández, no son esencialmente políticas ni ideológicas. Más bien se trata de un pugilato entre dos líderes por un espacio político, por el poder. Nada que ver con la diferencia de concepción sobre lo que debe de ser un partido o lo que debe ser el sistema democrático dominicano, asuntos que en su momento separaron a Bosch y a Peña Gómez, y por esas mismas razones ambos fueron antagonistas de Balaguer.
Observamos solo dos obstáculos importantes que impedirían una alianza opositora PLD-FP o la harían de difícil negociación, y que veremos a continuación en los posibles escenarios.
Alianza opositora liderada por Leonel Fernández
Fuerza del Pueblo trabaja para crecer, lo que en gran medida ha logrado con los dirigentes, miembros y simpatizantes del PLD que han pasado a sus filas, pero al mismo tiempo con una labor de afiliación de personas no vinculadas a partidos de manera orgánica.
Y manera frecuente encarga encuestas para saber con qué cuenta. Digamos que FP quiere medir sus posibilidades frente a sus hasta ahora naturales competidores electorales, el PLD y el PRM.
Según esas encuestas, como la de Data Marketing Dominicana, que arrojó los siguientes resultados:
- En un escenario de Luis Abinader, PRM; Leonel Fernández, FP, y Margarita Cedeño, PLD: Abinader obtendría 40.27 por ciento; Leonel 32.65 por ciento, y Margarita 17.60 por ciento, con casi el 10 por ciento que opina o no tiene preferencias.
- En otro escenario, Abinader 39.80 por ciento, Leonel 33.68 por ciento, y Abel Martínez 16.63 por ciento. De nuevo, alrededor de 10 por ciento no muestra opinión ni preferencia ante este posible escenario electoral.
Si damos crédito a estas mediciones, estaríamos ante la posibilidad de que una alianza electoral PLD-FP tendría a Leonel Fernández de candidato presidencial y constituiría un serio reto para las aspiraciones del PRM de continuar en la administración del Estado a partir del año 2024 con la reelección del presidente Luis Abinader, hasta el momento obvio candidato sin oposición interna.
Para que tal cosa ocurra, el PLD tendría que convencerse, acaso a la luz de sus propias mediciones de trabajo, de que no cuenta con ningún candidato/a capaz de aglutinar simpatías que igualen las de Leonel Fernández y, en consecuencia, con posibilidad de disputarle el poder a Luis Abinader y al PRM en 2024. Pero una cosa sería el potencial de los presidenciables del PLD, vistos por separado, y otra la fuerza del colectivo, de la marca PLD y su presencia en los territorios. No ha de olvidarse que es un partido que ha gobernador en cinco ocasiones, con todo los implica el ejercicio del poder y su impronta.
No obstante, desde FP se afirma que el PLD se ha disminuido tanto que ya no cuenta en la competencia electoral que se proyecta para 2024, y que según los leonelistas será una clara polarización entre Leonel Fernández contra Luis Abinader.
El PLD ante una alianza con FP
El dirigente peledeísta Melanio Paredes, en una entrevista en el programa A Partir de Ahora, de ACENTO TV, dijo que quizás Leonel Fernández aparezca puntero en las encuestas sobre los aspirantes presidenciales de la oposición, incluso frente a los del PLD, pero aseguró que cuando se miden los partidos el PLD está muy por encima de FP.
Su observación no carece de razón, el partido FP es un proyecto en construcción, y es muy probable que el nombre de Leonel Fernández, tres veces presidente dominicano, esté más presente en la memoria colectiva que la marca FP, de reciente creación, y que todavía no ha gobernado.
Entonces, si en una negociación para alianza entre peledeístas y leonelistas se tomara de punto de partida cuál de los dos partidos pesa más en las simpatías del electorado, el PLD jugaría un papel de primer orden, y FP tendría que ceder.
Habría que preguntarse si el PLD podría lograr encantar de nuevo a los segmentos sociales que le apoyaron, y que le dieron la espalda por el pesado fardo de los escándalos de corrupción, tanto de las administraciones de Leonel Fernández como de las de Danilo Medina.
Suponiendo que la gente obvie los problemas de la corrupción, el dilema para el PLD sería, en aras de volver al poder, estar dispuesto a inscribir la candidatura de su hasta ahora opositor Leonel Fernández, en caso de que sus propios presidenciables no resulten lo suficientemente atractivos para los votantes. Y, en el caso de que ocurriera tal decisión, entonces tendría el PLD que negociar la candidatura vicepresidencial y otras importantes candidaturas para las municipales y las congresuales.
Nada es descabellado ni descartable cuando se trata de buscar el poder. Si hay un partido que aprendió a ser pragmático, siempre que obtenga ganancia y abone su camino al poder, es el PLD. En la práctica cambió el lema “Servir al partido para servir al pueblo” por “en política se hace lo que conviene”. Por tanto, nadie debía de sorprenderse de que FP, que es lo mismo que decir Leonel Fernández, y el PLD, con o sin Danilo Medina, decidan darse las manos para enfrentar al PRM. Todo esto pese a que Danilo Medina estará en las calles este mes para tratar de recuperar el espacio perdido del PLD.
¿Y el PRM?
Claro que en política las cosas no son permanentes ni tan simples. Los escenarios de hoy podrían cambiar mucho en la medida en que se acerque el año 2024.
El PRM no competiría solo con sus militantes y simpatizantes. Recordemos que lideró una alianza amplia, y esa alianza bien podría recomponerse e incluso ampliarse si para tales fines trabajan los líderes y dirigentes del PRM.
El reto inmediato del PRM es llevar a cabo su convención de delegados con el menor ruido posible.
No se sabe si los directivos y los dos líderes del PRM, Luis Abinader e Hipólito Mejía, prestarán atención a las críticas y disidencias de dirigentes importantes.
La solución menos inteligente sería intentar aplastar, expulsar o ignorar los argumentos de quienes no están de acuerdo con el aparato político.
Una vez concluida la elección de los cargos directivos, que más bien será una reelección, es probable que el PRM requiera concentrarse en su labor política dura, con sus cuadros dirigentes atendiendo día tras día la agenda de trabajo, como brazo político de su gobierno, lo que no pueden hacer los que tienen altas responsabilidades del Estado, cuyas responsabilidades en la administración pública les impiden atender a tiempo el día a día del partido.
Definir quién se dedica a la labor del partido y quién a las de Estado, ha de ser un asunto a resolver en el PRM, que luce acomodado en su condición de partido del poder, mientras la oposición hace su tarea: denuncia, critica, ataca y acusa al gobierno de los problemas (con o sin razones, que para eso es la oposición). Y el PRM cometería su peor error si se aferra a la idea de que no es posible una eventual conciliación que dé paso a una alianza electoral del PLD y FP. El PRD se sentía seguro ganador en 1996, y conocemos la historia.