De acuerdo al Banco Central, la compra de medicamentos constituye el 68% del gasto familiar de bolsillo. Y según la SISALRIL, la demanda de medicinas es un componente muy importante para restablecer la salud y para garantizar el equilibrio financiero del Plan Básico de Salud (PBS).

La industria farmacéutica es una de las más poderosas de EEUU y a nivel mundial. En 2023, sus ingresos superaron los 1.5 billones de dólares, alcanzando un nuevo máximo histórico. Su producción en EEUU representó aproximadamente el 44.5% del mercado farmacéutico global.

Estos grandes laboratorios gratifican con sumas millonarias a profesionales de la salud por recetar medicinas de marca y rechazar las genéricas bioequivalentes. Estos pagos se duplicaron pasando de 6,490 millones en 2014 a 12,750 millones de dólares en 2023, una práctica que engendra conflictos de interés que elevan el costo de la atención médica y de los seguros de salud.

Recientemente, el Dr. José Joaquín Puello (JJP) miembro distinguido de nuestro chat SS PARA TODOS, externó importantes consideraciones sobre los medicamentos, basada en su extensa experiencia de más de medio siglo como un neurocirujano de gran reconocimiento y ética profesional, los cuales, con su anuencia, queremos compartir.

“La producción de fármacos constituye la segunda industria más productiva, solamente superada por el complejo militar industrial. Estas poderosas corporaciones, han aportado beneficios increíbles, salvado muchas vidas, extendiendo los años saludables como la vacuna del polio o el nuevo antibiótico que ataca a TODAS LAS BACTERIAS CONOCIDAS”.

“Pero no podemos olvidar los millonarios beneficios obtenidos con productos que no tienen los efectos que se anuncian, causando miles de muertes, traumas y lesiones evitables”. Este afán de lucro también abarca la producción y venta de equipos de “última generación” de dudoso impacto sanitario”.

Como también acotó el Dr. Nelson Rodríguez Monegro, muchos médicos están asociados a las empresas farmacéuticas por los patrocinios que les ofrecen. En adición, existe un tema de fidelidad con el centro de salud derivado del recibo de un porcentaje por el referimiento de pacientes a otras instituciones, laboratorios, centros de diagnósticos y especialistas.

“Recuerdo las malformaciones y daños al Sistema Nervioso Central que veía todos los días durante mi estadía en Queen Square en Londres: niños con anomalías producidas por la talidomida. Esta profesión es difícil, ya que no existe un SOLO FÁRMACO que no tenga efectos secundarios”.

“Las evidencias de daños severos a la salud de millones de personas constituyen alarmas que han obligado a los reguladores gubernamentales a tomar acción. He visto las pruebas de los cientos y cientos de millones de dólares que han tenido que pagar las grandes manufactureras de fármacos por falsear resultados”.

“Soy un iluso, quizás por mi formación en Inglaterra, promoviendo el uso de los medicamentos GENÉRICOS con principios activos bio equivalentes. En nuestro país, todavía se expenden “fármacos” que fueron retirados en otros países hace 50 o 60 años. Y otros más recientes que, de acuerdo a las evidencias, no deberían ser aceptados por el Ministerio de Salud”.

“Todo el sistema de salud necesita, más temprano que tarde, una revisión exhaustiva, incluyendo a los hospitales y a las clínicas privadas. El presupuesto de Salud Pública es muy insuficiente y está muy mal gestionado. Hemos recorrido un camino equivocado, comparado con los países que nos rodean”.

“Siempre debemos aspirar a la excelencia, a reconocer falencias, a aprender de otras experiencias y a ser creativos. Debemos estimular a los trabajadores de la salud, pero exigirles cumplimiento, empoderamiento, actualización basada en los modernos procedimientos y en la revisión de capacidades”.

TODOS debemos enfrentar este desafío: médicos, enfermeras, odontólogos, bioanalistas, gestores de salud, economistas, farmacéuticos, empresarios, políticos, comunitarios, prensa, entre otros. NADIE tiene toda la verdad porque cada 17 segundos se produce un nuevo descubrimiento médico”.

Nuestra Fundación le agradece al Dr. José Joaquín Puello, eminente neurocirujano, compartir su valiosa y dilatada experiencia que reafirma nuestra demanda a las autoridades nacionales de establecer la obligatoriedad de la prescripción de medicamentos genéricos de calidad, a fin de elevar el acceso de los afiliados a este servicio esencial.