El 13 de octubre de 2025, Donald Trump pidió públicamente al presidente israelí Isaac Herzog que indultara al Primer Ministro Benjamín Netanyahu, en un discurso en la Knéset difundido por cadenas internacionales (Reuters). Simultáneamente, ensalzó la influencia de Miriam Adelson, heredera del millonario Sheldon Adelson, recordando sus múltiples visitas a la Casa Blanca y su rol en decisiones claves como el traslado de la embajada a Jerusalén. No fue una anécdota: fue una confesión. La relación EE. UU.–Israel no es “alianza” entre iguales; es cogobierno imperial.
1) El trípode del poder: capital sionista — Estado norteamericano — aparato militar israelí
a) El capital
Los Adelson han sido los mayores financiadores privados del trumpismo y de la derecha sionista: más de 100 millones USD aportados en 2020 a Preserve America PAC y estructuras asociadas, según OpenSecrets. En Israel, Sheldon Adelson financió el diario Israel Hayom —órgano estructural del netanyahismo— y fue demandado en EE. UU. por financiar asentamientos ilegales en Cisjordania a través de fundaciones “filantrópicas” (demanda federal 2016).
b) El Estado norteamericano
Washington sostiene el andamiaje del exterminio:
— Veto sistemático en el Consejo de Seguridad frente a resoluciones de alto el fuego (oct/dic 2023; feb/mar 2024; jun y sept 2025);
— suministro sostenido de armamento pesado (bombas MK-84 de 2.000 lb y misiles guiados), con apenas una suspensión simbólica de un cargamento puntual mientras el resto siguió fluyendo.
c) El aparato militar israelí y la constatación jurídica
El 26/01/2024 la Corte Internacional de Justicia declaró plausible el riesgo de genocidio y ordenó medidas urgentes a Israel, reafirmadas el 24/05/2024.
Israel viola incluso las treguas firmadas
Ni siquiera la reciente tregua firmada en Egipto hace dos semanas detuvo la maquinaria: Israel continuó bombardeando Rafah, Nuseirat y Jan Yunis durante el periodo acordado, dejando un rastro de civiles palestinos asesinados —entre ellos mujeres y niños— según informes de OCHA, OMS y HRW. Israel firma treguas para la foto diplomática y las rompe en el terreno, con la certeza de que no habrá costos ni sanciones mientras EE. UU. garantice veto, blindaje y armas.
El pueblo palestino no muere por fatalidad histórica, sino por una maquinaria sostenida por dinero, veto y bombas.
2) ¿Qué revela el pedido de indulto?
Que Trump no habla como analista, sino como socio político de Netanyahu. Cuando un presidente de EE. UU. pide cerrar judicialmente un caso de corrupción contra el primer ministro israelí —y simultáneamente alaba a la megadonante sionista que financió a ambos—, lo que aparece a cielo abierto es la cadena de mando real: el capital fija prioridades, el Estado las ejecuta, el ejército las materializa.
3) No es “conflicto”, es consorcio.
• No es lobby: es cogestión legitimada con dinero de nueve cifras.
• No es “exceso militar”: es estrategia blindada por veto y misiles.
• No es “debate semántico”: la CIJ ya activó el umbral de riesgo plausible de genocidio.
4) Nombres, dinero, decisiones → muertos reales
Miriam y Sheldon Adelson no “opinaban” sobre política exterior: la financiaban. Financiaron campañas; financiaron prensa en Israel; fueron señalados en tribunales por financiar colonización; empujaron la diplomacia que garantizó veto y armas. El resultado empírico de esa cadena de decisiones es medible en cuerpos palestinos, barrios arrasados y una población atrapada sin salida.
5) A modo de conclusión
La relación EE. UU.–Israel no es una alianza estratégica, sino una codirección imperial. Trump pidiendo indulto, Washington vetando, la CIJ advirtiendo y los bombarderos operando durante tregua son piezas de una misma maquinaria. Esta máquina tiene tres engranajes: capital sionista — Estado norteamericano — aparato militar israelí.
El pueblo palestino no muere por fatalidad histórica ni por “dos lados en conflicto”: muere porque hay dinero, veto y bombas garantizando la continuidad del exterminio.
Nombrarlo no es retórica: es el primer acto de ruptura con la impunidad.
Compartir esta nota
