Sobre la aceptación de los errores dice Marguerite Yourcenar en Memorias de Adriano: “He cometido errores graves, pero los he aceptado como parte de mi destino; y he procurado que fueran fecundos” (1951). Se simula una carta de ficción histórica escrita del emperador Adriano a Marco Aurelio.

De manera personal, cuando me equivoco, retomo a Yourcenar y su advertencia sobre nuestra fragilidad, sobre los errores institucionales, políticos y personales, y sobre la posibilidad de aprender de ellos. Como país creo que debemos tener muy presente “Las Memorias de Adriano”, practicar la autocrítica y la rectificación.

La comprensión de que podemos aprender de los errores nos ayudaría a asumir con más valor cuando no estamos a las alturas de lo que debemos saber y sobre todo de ser previsores en materia de riesgos. Los errores no se ocultan, no se niegan, se pueden transforman con resiliencia en enseñanza y sabiduría.

En estos días en la ciudad de Santiago están acaeciendo situaciones muy tristes a niñas, niños, adolescentes, familias, centros educativos: un dolor recorre a toda la ciudad.

-La niña de 11 años Stephora Anne-Mircie Joseph (Q.E.P.D.) falleció el 14 de noviembre 2025 en la Hacienda Los Caballos, durante un paseo organizado por el Instituto Leonardo Da Vinci en reconocimiento a estudiantes: Medir rendimientos no es, por cierto, una fuente de paz, y a veces genera sentimientos no muy saludables en quienes no entran en esa categoría. Creo que hay que profundizar sobre el sistema educativo a nivel mundial, las autoestimas, las desigualdades, y los méritos.

Ante la ausencia de respuestas por esta muerte y sus circunstancias, su madre, padre, familia, en toda la comunidad haitiana, la de los derechos humanos dentro y fuera del país, hay angustia, heridas, desazón, preguntas…

Se ha mencionado que la madre de Stephora ha relatado que la niña le había expresado el rechazo que experimentaba en el colegio por el color de su piel, y yo creo que si algunos estudiantes tenían comportamientos hostiles por ser haitiana, no es de extrañar, dadas las debilidades que tenemos en nuestra formación de poca empatía hacia Haití. Todo el personal de las escuelas debe estar atento a detectar bullying y reportar a Psicología, Orientación y Trabajo Social.

Quise acudir a Marguerite Yourcenar y a su libro Memorias de Adriano  porque tengo la intuición de que ante este este hecho, y las reacciones; así como el asesinato de un adolescente por otro adolescente, fuera del centro educativo Politécnico Simón Antonio Luciano Castillo, del Ingenio Abajo, Parada 7, Santiago; y la denuncia de una madre de que su hijita de alrededor de 9 años fue abusada por otro menor de edad similar dentro  un curso del colegio CEPOINT, Santiago, me hacen reflexionar que nos falta tener sedimentadas profundas raíces  para reaccionar con serenidad y valentía ante nuestras debilidades como instituciones educativas.

Sobre la muerte de la niña Stephora Anne-Mircie Joseph, capto las debilidades:

-Falta concientización desde el MINERD hacia los centros educativos sobre las excusiones donde los estudiantes están rodeadas/os de agua. En ese hay que ponerse las pilas y preparar materiales advirtiendo sobre estos protocolos, como hace salud pública, que advierte con letreros sobre medidas preventivas ante enfermedades peligrosas.

-Las instalaciones que tienen piscinas, están en ríos, el mar…deben tener personal de seguridad, salvavidas. No sé si la niña Stephora sabía nadar, pero todo el mundo, comenzando por mí, debemos empeñarnos en saber nadar. Una tarea pendiente a investigar. Eso podría ayudar a esclarecer si quizás hubo alguna acción brusca ofensiva si la niña sabía nadar.

-Se ha manifestado que el colegio desde el primer momento debió ser más valiente, cercano, empático, dar la cara, saber tener una mirada de frente ante la familia, una mirada de adultez compasiva. Y la ausencia de esa actitud, aún, se siente como una debilidad.

-Existen quejas en este último sentido con respecto a la fiscalía. Parece que hay que reforzar protocolos no sólo técnicos, sino humanos.

La prisa con la que se quiere que actúe la justicia

He estado dentro del sistema judicial y me costó aprender que una investigación mal hecha no favorece a las víctimas. En este sentido, creo que esto no se entiende desde la sociedad; y se suelen hacer acusaciones un poco ofensivas sobre la ética hacia las y los funcionarios judiciales, sin pruebas. Creo que debemos cuidarnos en ese sentido, y cuidarnos de especular, y más si es en negativo.

Sobre el caso del adolescente que mató el otro adolescente afuera del politécnico no tengo espacio para tratar el mismo porque envuelve temas de la Policía escolar, disciplina, y el sistema educativo.

Igual sobre el abuso sexual a la niña y las actitudes del colegio, y los temas de la educación sexual integral.

La sociedad espera respuestas. Quizás se necesita de más personal para las investigaciones.

Mildred Dolores Mata

Trabajadora social

Licenciada en Trabajo Social, PUCMM Maestría en Género y Desarrollo CEG-INTEC Feminista

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