La Inteligencia Artificial (IA) no anda muy despistada cuando reporta el rol que debe jugar la prensa en cualquier sociedad. “La misión de la prensa es informar con veracidad, educar y servir como un canal para la voz ciudadana, además de promover la transparencia y la rendición de cuentas. También tiene la función de formar opinión, persuadir, entretener y, en algunos casos, promover el patrimonio cultural y artístico.” Resulta penoso y deplorable, en consecuencia, que esa misión no se esté cumpliendo al reportar el verdadero volumen de “turistas” que visita el país.
El peor de los ejemplos de tal distorsión de su rol se manifiesta cada mes con la rueda de prensa que organiza el MITUR para dar a conocer ese volumen. Tal y como lo muestra la gráfica adjunta, se proyecta un volumen impresionante de “visitantes” con el fin de destacar el progreso del flujo. Pero, el vocablo “visitantes” engloba tanto a los extranjeros y dominicanos no residentes que llegan por vía aérea como y los que llegan por barcos cruceros. Tal práctica es de reciente factura y resulta nociva en vista de que hasta el pasado año ambos grupos se reportaban por separado, como debe ser. El cambio distorsiona la percepción pública de los avances logrados.
La separación de los dos grupos era y sigue siendo necesaria y beneficiosa. Tal y como lo reportan las estadísticas turísticas del Banco Central, la fuente que genera estas estadísticas, una cosa es un turista y otra un crucerista. Los primeros son los visitantes mas apetecibles porque visitan al país por varios días, la gran mayoría se hospeda en hoteles y así generan el grueso de las divisas y el empleo que se le atribuye al turismo. Los cruceristas, en cambio, son aves fugaces cuya estadía en territorio nacional es de no mas de seis horas y su gasto pírrico.
Un breve repaso de las estadísticas confirma esta conclusión. En 2024, la RD recibió 8,535,701 llegadas de turistas extranjeros y dominicanos no residentes por vía aérea, según datos del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES). De estos, 7,206,056 fueron turistas extranjeros y 1,329,645 fueron dominicanos no residentes. El total de visitantes, incluyendo cruceros, alcanzó los 11,192,047. En los primeros seis meses de este ano, por su lado, el total de visitantes ascendió a 6,145,008, lo cual hace predecible que para el ano completo se sobrepase la cifra de los 12 millones.
“La llegada de turistas a RD durante el primer semestre de este año solo creció un 0.8%, con respecto a igual período de 2024, lo cual indica una ralentización en comparación con el dinamismo de años anteriores. De acuerdo con un informe del Ministerio de Turismo, durante enero-junio de este año la llegada de turistas por vía aérea, es decir, los que pernoctan por lo menos una noche en el país, fue de 4,514,093, entre extranjeros y dominicanos no residentes. En tanto que, en igual período de 2024 habían llegado 4,475,095, lo que indica que en enero-junio de este año solo llegaron 38,998 más que en el mismo semestre anterior.” Si asumimos un gasto promedio diario de US$153.28, el total de ingresos seria US$692 millones. Si eso se multiplica por los 8.15 noches de estadía promedio, el total de los ingresos generados durante el primer semestre del 2025 seria US$ 5,638.6 millones.
“En cuanto a la cantidad de cruceristas que llegaron durante el primer semestre de este año, la data de Turismo muestra un crecimiento de 9.8% en comparación con el primer semestre de 2024. En enero-junio de 2024 llegaron barcos con 1,484,747 pasajeros, mientras que en igual período de este año los ocupantes de los barcos que atracaron en puertos dominicanos sumaron 1,630,915.” Si asumimos un gasto promedio de US$100 por pasajero, el total seria US$163 millones. Pero si asumimos que solo un 50% de los pasajeros se desmontan en el puerto de atraque y que solo la mitad de estos hace compras o gasta en servicios y otros renglones, el total de ingresos producido por los cruceros seria de unos US$41 millones. Esto será suficiente para dinamizar las economías de las ciudades visitadas, pero representa una cantidad ínfima respecto al aporte de los turistas.
Lo anterior demuestra que el ejercicio de englobar turistas con cruceristas no se justifica ni conviene a la percepción pública. Son dos categorías con una muy diferente contribución a la economía nacional. Asimismo, englobar las tasas de crecimiento también esconde la verdad: mientras el primer grupo tuvo un pírrico crecimiento de menos de un uno por ciento, el segundo creció 9.8%. Es por eso por lo que mezclar a los verdaderos turistas con los cruceristas es una mala práctica de las autoridades que debe cesar. La verdad verdadera es que la mezcla conlleva un mensaje populista que no se compadece con la dignidad y transparencia que debe acompañar las actuaciones de nuestros servidores públicos.
En este caso nuestra prensa debe recapacitar y no incorporar titulares que desorienten al público porque su misión es lo contrario. El editorial de este digital ayer sentenció, sobre el impacto de la modernidad en la prensa, lo siguiente: “Mientras más irreverentes sean los medios más éxito tienen, mientras más extravagantes sean las publicaciones y opiniones que se ofrezcan más simpatías alcanzan. Apegarse a informaciones verificadas, investigar durante semanas o meses, para publica una historia carece de sentido en estos tiempos de la civilización del espectáculo. Además, esas historias confirmadas, bien documentadas y tituladas sin alardes de protagonismo personal ni extravagancia, pocas personas las siguen o la redistribuyen.” Ojalá y no sigamos dándole cabida a la mala práctica de presentar estadísticas turísticas distorsionadas.
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