Al hacer un balance de la educación dominicana en el año 2025, debemos recordar que la educación es un hecho político. Se genera y se desarrolla en contextos específicos, en espacios vivos y en territorios concretos, y, sobre todo, impacta a personas concretas. No hay balance perfecto. Hay quienes se comprometen con la verdad y tratan de identificar aquello que moviliza al sector para avanzar, superar deficiencias e introducir mejoras. Este tipo de balance es esperanzado, no pacta con el pesimismo enervante. Establece alianza con una mirada que identifica luces y que confirma sombras. Ambos fenómenos constituyen brechas, oportunidades para pensar; para reorientar miradas y producir cambios sustantivos para avanzar.
El año 2025 tuvo mucha movilidad. Se inicia con la renuncia del Ministro de Educación de la República Dominicana y la designación de un nuevo ministro de Educación. En la educación preuniversitaria, se propicia un trabajo orientado a impulsar la Política de Alfabetización en la Etapa Oportuna, dirigida a garantizar el aprendizaje de la lectura y la escritura en los niños de los primeros grados. En esta misma dirección, se impulsa el programa Construyendo la Base de los Aprendizajes en Lengua Española y Matemática para alfabetizar los primeros grados de educación primaria. De igual modo, se desarrolla un programa con énfasis en la propuesta STEAM. Con este enfoque, el MINERD intenta garantizar una formación orientada a las tecnologías, las ingenierías, las artes y las matemáticas. Este proceso formativo constituye para el MINERD una oportunidad para posibilitar en los estudiantes, especialmente de secundaria, el desarrollo de la capacidad de resolución de problemas, de la capacidad crítica y de un aprendizaje a partir de proyectos de trabajo.
Los programas de esta naturaleza buscan, también, el desarrollo de una práctica y de un pensamiento más creativo. El MINERD impulsa, además, un Programa de Inducción a docentes de nuevo ingreso. Este Programa, desde 2022 hasta 2025, convoca a más de 44.000 docentes. Se refuerza en estos docentes la planificación por competencias, la gestión del aula, la evaluación por competencias, la gestión curricular y el uso educativo de las tecnologías. Este trabajo académico ha sido reforzado con el Programa de los Cinco Pilares liderado por el ministro de educación, Miguel Decamps. Los Cinco Pilares tienen como objetivo alcanzar resultados efectivos en Estudiantes, Familia, Docentes, Sociedad Civil y en el MINERD. Este programa pretende fortalecer la inclusión, la participación y la eficiencia en el sistema educativo. De otra parte, con cierta lentitud y dificultades de índoles diversas, se ha lanzado la evaluación de desempeño. Se observan señales de que la evaluación de desempeño no debe continuar retenida por prácticas y disposiciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP). La educación moral y cívica también forma parte de la agenda. Su influencia en una formación ciudadana más consciente y comprometida es una tarea pendiente.
A pesar de las profundas debilidades, de los lamentos y de las descalificaciones, la educación dominicana tiene alma. Y esto le permitirá desafiarse a sí misma; le permitirá confrontar voluntades torcidas; y fortalecerse, estructural y cualitativamente
El trabajo realizado desde la educación preuniversitaria ha tenido como antecedente el Plan Horizonte 2034, una propuesta diseñada con la participación de diferentes actores y sectores de la sociedad civil. Es un plan trabajado en el 2024 y lanzado en febrero de 2025, que presenta las prioridades más importantes que deben ocupar la atención y el gasto en educación, en el período indicado. Sin embargo, este Plan ha permanecido en un segundo plano en este año. Sin lugar a dudas, el 2025 presenta hechos, procesos y programas orientados a la mejora de la calidad del sistema educativo. Pero los incidentes que han impactado al sistema durante el año no han sido pocos, ni menos impactantes. Cabe destacar el impacto en el calendario escolar y en el presupuesto de educación. Se constatan problemas de gobernanza en el ministerio para resolver las pérdidas de clases por las huelgas continuas de la ADP; huelgas que no siempre responden a causas razonables. Los pactos MINERD-ADP son burlados con la mayor naturalidad. Mientras tanto, ambas instancias lanzan proclamas sobre la necesidad de la calidad de la educación y de aprendizajes significativos en los estudiantes. Esta realidad mejorará cuando el MINERD le pierda el miedo a la ADP, cuando los aprendizajes estén por encima de los votos electorales. En este mismo contexto, es preocupante lo que se observa en los centros educativos: se amplía y se eleva la violencia en el aula y en el centro educativo. Es evidente que la gobernanza escolar también presenta fracturas que demandan reorientación. Se requieren estrategias más efectivas para prever y controlar la violencia física y sicológica, el acoso escolar y los indicios de racismo, en el sector público y en el sector privado. Asimismo, se requieren estrategias para controlar la corrupción del INABIE. Hay que reconocer que la violencia social penetra en las escuelas y que esto hace más difícil su control y su eliminación.
Otros incidentes son provocados por las disposiciones que conciben y utilizan a los docentes como máquinas para hacer, para reproducir ideas y mandatos. No cuentan con espacios para pensar, estudiar, discernir y participar con sentido crítico y creativo en el sector y en la sociedad. Son docentes con una rutina que potencia más de lo mismo y que los aleja de ser sujetos informados, con voz propia, comprometidos con su desarrollo intelectual, con criterios para aportar y confrontar a la misma ADP y a la Administración, cuando haya que hacerlo. Mientras ocurre todo esto, los estudios realizados por el Dr. Radhamés Mejía sobre las Pruebas Nacionales muestran cómo las calificaciones del mayor porcentaje de los aprobados en estas Pruebas evidencian problemas de sobrecalificación en el desarrollo del año escolar.
La educación preuniversitaria finaliza el año con esfuerzos por el fortalecimiento de la calidad educativa, de los aprendizajes de los estudiantes y de la efectividad en el desempeño docente. Estos esfuerzos se ven neutralizados por una productividad deficitaria en estudiantes y docentes, y por una gobernanza que requiere vigorización y resultados efectivos. Se ven bloqueados, además, por un desempeño docente que se mantiene encerrado en la rutina y que no cuenta con fundamentos para transformar la práctica reproductora; mucho menos para cambiar la carencia de reflexividad que lo afecta. Estos obstáculos se agudizan al tener que mantenerse vigilantes para que, desde el INABIE, se garantice transparencia y se frenen los problemas en compras y licitaciones.
De otra parte, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología se ha centrado en procesos relacionados con la Normativa 01-23 sobre formación docente. Ha tenido como foco, también, el impulso a la internacionalización de la educación superior dominicana y la atención a las becas nacionales e internacionales. Parte de su trabajo ha sido promover el reconocimiento de Programas de Medicina por agencias internacionales. De igual modo, se impulsan proyectos de investigación desde el fondo destinado a promover la ciencia, la tecnología y la innovación, Fondocyt. Parte de sus acciones y preocupaciones han estado vinculadas al seguimiento del proyecto de Fusión MESCYT-MINERD. Este proyecto de fusión ha encontrado un rechazo abierto de parte del ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, así como de otros funcionarios del ministerio.
La fusión MESCYT-MINERD no ha paralizado el trabajo del MESCYT; pero le ha ocupado tiempo. Funcionarios de este ministerio no acaban de entender las razones de la Presidencia de la República para impulsar este proyecto. Además del descontento generado, ha producido un ambiente de incertidumbre en el contexto del MESCYT. Parecería que falta diálogo amplio, al menos con los funcionarios del MESCYT. Esta situación crea ralentización de procesos. Asimismo, acrecienta el desconcierto por el estado de confusión que impera. Desde que se realiza el anuncio de la fusión, se recomienda que los dos ministerios trabajen juntos y contribuyan con un proceso de transición, marcado por el diálogo y por el esfuerzo conjunto.
La fusión tiene más repercusión en el MESCYT. El MINERD se ha considerado la institución receptora desde el principio y se ha mantenido con una aparente tranquilidad. Esperamos que sea consciente de los cambios estructurales que necesita para responder, con eficiencia y eficacia, a las implicaciones de la fusión. En este año 2025, el MESCYT ha funcionado manteniendo, en su agenda y en sus desarrollos, preocupaciones vinculadas al destino de las ciencias, las tecnologías y la innovación. Este capítulo se mantiene abierto; todavía no hay claridad sobre cuál va a ser el final de un eje estratégico tan importante para el impulso de la educación superior y del país. El proyecto de fusión que el gobierno acaba de enviar al Congreso Nacional coloca el tema vinculado a ciencia, tecnología e innovación en lista de espera hasta que se formule la ley que ha de ampararla. Esto no solo preocupa al MESCYT; las instituciones de educación superior y otros sectores sociales están en estado de alerta.
El proyecto de fusión crea intranquilidad en las instituciones de educación superior, por la prisa con la que se actúa y por el subrayado a la cuestión administrativa; asimismo, por la autonomía de estas entidades. El Artículo núm. 4, del Capítulo II, del Proyecto de Fusión remitido al Congreso Nacional, no calma las preocupaciones sobre la autonomía; las mantiene en estado ardiente. El MESCYT trabaja con bajo perfil; la fusión domina su quehacer. El proceso transicional es determinante; pero carece de definición y de direccionalidad.
En el contexto del año 2025, el Pacto Educativo analiza la calidad de la educación dominicana, a partir de los trabajos presentados por el MINERD y el MESCYT. La síntesis de estas reflexiones indica que, en el sistema educativo dominicano y en el mismo Pacto Educativo, se constatan no solo círculos virtuosos, sino también círculos viciosos. Pero el Pacto Educativo, al evaluar sus diez años de ejecución, constata, además, la necesidad de replantear su dinámica, su ritmo y su lógica. Esta tríada requiere transformaciones, si el Pacto Educativo quiere responder a los problemas y a objetivos que le dieron origen. Esto requiere un compromiso del colectivo de instituciones y organizaciones que lo conforman. Hay trabajo para todos. Ninguno puede eludir esta responsabilidad. Depende de todos sus integrantes llenar de sentido el Pacto Educativo y convertirlo en un organismo más eficiente y productivo.
A pesar de las profundas debilidades, de los lamentos y de las descalificaciones, la educación dominicana tiene alma. Y esto le permitirá desafiarse a sí misma; le permitirá confrontar voluntades torcidas; y fortalecerse, estructural y cualitativamente, si pretende sobrevivir en estos tiempos de avances científicos, de hegemonía digital, de inteligencia artificial y de inteligencia espiritual y colectiva.
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