Salvador Jorge Blanco fue el tercer presidente democrático en la República Dominicana por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el cuatrienio 1982-1986. Ganó con 854,858 votos; sin embargo, por ser una víctima del presidente Joaquín Balaguer, solo mencionar su nombre es sinónimo de mala palabra. Esto último es así debido a que el PRD gobernó con el presidente Hipólito Mejía 2000-2004, y actualmente, aunque con las siglas del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que es la versión moderna del PRD, y en los últimos cinco años con mayoría en ambas Cámaras legislativas, no hay una institución, carretera, puente o camino vecinal con el nombre de Salvador Jorge Blanco.
El presidente Balaguer, con la sapiencia política que tenía, trató de matar dos pájaros de un tiro: desacreditar al PRD y destruir a quien él consideraba podría regresar a gobernar.
Por tal motivo, hizo que se le acusara de corrupción administrativa, malversación de fondos públicos y enriquecimiento ilícito.
A todas luces, el juicio era más político que legal. Muchos opositores a Salvador consideraron una persecución política dirigida por Joaquín Balaguer, ya que el juicio tuvo varias irregularidades y organismos internacionales y juristas criticaron el proceso por falta de garantías.
A pesar de ser condenado a 20 años de prisión, aunque nunca estuvo en prisión; pagar una multa millonaria con decomiso de bienes, en 1991, durante el gobierno del presidente Hipólito Mejía, en 2001, la Suprema Corte anuló la sentencia condenatoria y luego de esto, Joaquín Balaguer declaró que fue muy duro con Salvador.
Jorge Blanco, al asumir su gestión, la misma estuvo dominada por una situación económica inicial heredada muy precaria: deuda externa alta, falta de reservas en el Banco Central y falta de crédito. Además, hubo una caída de precios del azúcar en los mercados importante en los precios del azúcar en los mercados internacionales. En esas condiciones tuvo que negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la finalidad de obtener préstamos, pero las exigencias del FMI que impuso fueron: congelación de salarios, prohibición de importaciones y la devaluación del peso en relación al dólar.
Jorge Blanco, sin la experiencia política de que, al cumplirla, encarecería la vida cotidiana, los enemigos políticos que sí lo sabían, como eran Balaguer y Bosch, organizaron un alzamiento popular debidamente organizado de encender neumáticos en cada esquina de todas las ciudades y carreteras del país a partir de las siete de la mañana, llamándole poblada, para confundir a la ciudadanía de que la protesta era espontánea. Sin embargo, esas acciones tomadas por Jorge Blanco sincerizaron de una vez y por todas el peso en relación con el dólar.
Las medidas de austeridad implementadas permitieron mantener la inflación bajo control, evitando la emisión monetaria.
En pocas palabras, el gobierno de Jorge Blanco tomó medidas que sentaron las bases para el crecimiento futuro de sectores como las zonas francas y logró algunos resultados positivos en agricultura y control inflacionario y estabilidad macroeconómica. Además, decretó algunos sábados festivos para fortalecer y erradicar el virus salvaje de la polio, entre otras enfermedades prevenibles por vacunación.
Considero que es hora de honrar la memoria del presidente Jorge Blanco.
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