El electoralismo ha enfermado las mentes de una gran mayoría de ciudadanos cercanos a la política, que ven solo con interés particular y con un posible rédito electoral cada opinión, propuesta o acción de cualquiera de nuestros líderes nacionales.
Tal es el caso del reciente llamado del presidente Luis Abinader al liderazgo opositor, a discutir fórmulas para enfrentar la gravísima situación política y social que viven de manera angustiante nuestros vecinos insulares, y que gravita como una amenaza migratoria sin precedentes sobre nuestra nación.
Lo que está pasando en Haití amerita que todas las fuerzas políticas, sociales y empresariales tomen cartas en el asunto y que, junto al gobierno nacional, inicien mecanismos para proteger nuestra soberanía territorial y a nuestros nacionales, a sabiendas de que la comunidad internacional ha abandonado a su suerte al país más pobre de toda América.
La política opositora de auspiciar, promover y alegrarse de todo lo que le salga mal al gobierno de turno con tal de ganar apoyos entre los ciudadanos desafectos al oficialismo son políticas arcaicas que nos remiten a los tiempos superados de “Concho Primo”, porque los acuciantes problemas nacionales no deben esperar a que se ofrezcan soluciones diferidas cada cuatro años cuando se celebren elecciones, ni a que un posible nuevo gobierno que surja de la voluntad popular expresada en las urnas venga supuestamente a resolverlos.
Los que solo están motivados por llegar al poder sobre los cimientos de la República le hacen un flaquísimo servicio a la democracia y al interés colectivo, porque existen problemas que no esperan y que debemos enfrentar de manera unitaria. Al pueblo y a la democracia se les ha de servir desde cualquier escenario, sea este de gobierno u oposición.
Es por la necesidad de pensar primero en la búsqueda de soluciones a los problemas fundamentales del pueblo que un grupo de partidos políticos y ciudadanos estamos construyendo un espacio de consulta y unidad, para buscar los puntos comunes en nuestros pareceres y lograr que todos los sectores políticos entiendan que hay cosas cuya solución no se debe seguir posponiendo, porque aquejan a la amplia mayoría de nuestros nacionales, que desesperados por la inacción de los políticos, cada día se alejan más de estos, creando niveles de desafección política alarmantes que pueden dar al traste con el actual sistema de partidos en esta media isla.
Que es a los gobernantes en ejercicio a quienes les toca la mayor parte de la responsabilidad de hacer realidad los posibles acuerdos para mejorar sensiblemente los angustiosos problemas de la ciudadanía, no cabe duda alguna, porque simplemente es imposible llevar a cabo ningún plan nacional sin el apoyo firme y decidido del presidente de turno, en este caso, Luis Abinader.
Pero el presidente está haciendo un llamado al liderazgo opositor, y sería una supina insensatez negarse a participar en un diálogo donde el que ganaría con los resultados allí logrados sería la República Dominicana. Se hace impostergable, pues, pensar en el país primero, antes que en el interés político o personal de las partes.
A la amenaza migratoria desde Haití se suman otros temas que también debemos enfrentar, y que no pueden esperar a la celebración de las elecciones en el 2028 para encontrarles fórmulas que alivien su impacto negativo, tales como el altísimo costo de la vida, que nos tiene a casi todos los que habitamos en esta singular República con las manos en la cabeza, y la creciente inseguridad pública, que ha llenado de temor el andar por las calles a toda la ciudadanía en todo el mapa nacional, con muy pocas excepciones.
Aunque estoy colocado en las antípodas de quienes son parte del gobierno central, porque soy de oposición, no encuentro bien que nos neguemos, desde el litoral al que pertenezco, a asumir como causa principal la defensa de los sagrados intereses nacionales. Es por eso que, desde una propuesta a la unidad que llamaremos PACTO NACIÓN, un grupo de ciudadanos buscaremos que la politiquería y el electoralismo no definan lo que somos y lo que necesitamos como pueblo. Porque nadie debe salir ganancioso de los males que afectan a nuestros habitantes, sobre todo a los “de a pie”, que son precisamente los que más sufren las situaciones antes mencionadas.
PACTO NACIÓN nace como una respuesta a los gravísimos problemas nacionales, a cuya necesaria solución no le pondremos colores partidarios. Por eso, desde el FOPPPREDOM (Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana), tocaremos todas las puertas a fin de hacer conciencia sobre la unidad de propósitos para tratar de resolver de inmediato nuestras angustiosas dificultades. Y los que participaremos no cejaremos en que prime la sensatez, la obligada solidaridad y la empatía con un pueblo que espera que sus hijos dejemos de lado la política para servir a una causa superior: la de la patria.
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