“Somos como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños, se supone que tenemos valor y nadie se atreve a tirarlos a la basura, pero en realidad están en todas partes”. (Felipe González, agosto 2004 en el Congreso de R. D.).
La frase de jarrones chinos, para referirse a los expresidentes, fue acuñada por primera vez por Eduardo Frei Montalva, expresidente de Chile y muy utilizada por Rafael Caldera, expresidente de Venezuela. Sin embargo, una gran parte de la sociedad dominicana la oyó por primera vez en la voz del expresidente Felipe González.
Los jarrones chinos suceden en muchas profesiones, en miles de personas que no se prepara emocionalmente para asumir nuevos roles, nuevos papeles, nuevos desafíos, como seres humanos. En el caso de los expresidentes, por su jerarquía en la escala política y social, la dimensión acusa una problemática muy compleja, sobre todo, si crean una adicción al poder y terminan “creyendo” que vinieron al mundo para tener de “profesión u oficio” ser presidente.
En muy pocos países los expresidentes juegan un rol de beligerancia tan socorrido en la política, y mucho menos en temas coyunturales, como sucede en República Dominicana. Un exestadista ha de suponerse que está presente cuando hay desafíos nacionales, ya sea de una crisis devastadora en cualquiera de los planos de la vida institucional, económica y social. Aquí se mueven como un politicastro más, pues su experiencia en el Estado no les dejó nada de lecciones para tan complejo sitial de la historia.
La metáfora o analogía de los jarrones chinos y los expresidentes es lo difícil de acomodar y, a veces, los inútiles que se convierten al no saberse situar en el nuevo tránsito que la vida le ha deparado. Saben la temporalidad del puesto, esto es, cuando entran y cuando se van. No obstante, el “peso” que jugaron y el grado de hiperpresidencialismo en el que se colocan por encima de las leyes, de las normas establecidas y primero en todo, los bloquean emocionalmente y pierden no solo la inteligencia emocional, sino también, al mismo tiempo, la inteligencia social. ¡Pierden la perspectiva y el horizonte!
Veamos algunos países que han sido seleccionados por el peso de sus inversiones en República Dominicana, por la cantidad de dominicanos (diáspora), por las remeses que se envían desde ellos (Estados Unidos y España). Otros países de la región por su estabilidad política-económica e institucional (Uruguay, Colombia, México, Brasil, Costa Rica, Panamá, Chile). En cada uno de ellos detallamos los nombres de los expresidentes:
- Estados Unidos, en ese enorme país tenemos 2,398,009 de dominicanos, equivalente al 83.4% de los 2,874,124 que hay en el exterior, según el Instituto de Dominicanos en el Exterior (INDEX). De esa gran nación recibimos el 80.3% de las remesas que ingresan y que cuantifica el Banco Central. Representa el principal país en la inversión extranjera directa (IED) y la cuota mayor de turistas (47%). En los últimos 30 años tiene de expresidentes a Bill Clinton, George Bush hijo, Barack Obama y Joe Biden. Independientemente del presidente actual y como este ha puesto al mundo en una estela de mayor incertidumbre y de desconfianza. Del país líder del liberalismo se “transformó” en líder del “proteccionismo” generando una guerra comercial, a partir del uso de los aranceles como instrumento político de dominación y de buscar “competitividad” sin más productividad e innovación. Aun así, en medio de la perplejidad, desconcierto y escozor que genera Donald Trump, no vemos a esos cuatro expresidentes hablando diariamente, con toda la polarización y fragmentación que existe hoy en día, en el país que representa el 25% del PIB mundial.
- España representa para nosotros el segundo país en inversión extranjera directa, con una diáspora dominicana de 201,162, equivalente al 7%. Allí tenemos la segunda tasa más alta de nuestra población fuera del territorio. Desde ese país europeo llega el 7% de las remesas totales. Tienen cuatro expresidentes: Felipe González, José Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Grandes situaciones políticas han ocurrido, sin embargo, no vemos su presencia en el mundo de la visibilidad mediática ni un nivel de protagonismo tan pronunciado. ¡Saben jugar su papel y ninguno ha querido volver, a pesar de que la Constitución no se lo impide!
- Chile, después de la férrea dictadura de Pinochet que terminó en el 1990, los chilenos han tenido como expresidentes a Patricio Aylwin Azocar, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos Escobar, Michelle Bachelet Jeria, Sebastián Piñera Echeñique. La Constitución chilena plantea que usted termina su mandato y no existe la reelección consecutiva, sino que puede postularse después de un periodo. Solo dos han asumido esa modalidad: Michelle Bachelet y Sebastián Piñera (fallecido en un accidente). Ricardo Lagos, que se fue con un 76% de aprobación, se dedica a su fundación y participa por el mundo en el abordaje sobre la democracia. Hoy tiene 84 años, cuando dejó la primera Magistratura tenía 61 años.
- Costa Rica, la otrora denominada la Suiza de América, ha tenido éxito en el desconcierto latinoamericano, gracias a la visión de la elite política de la inversión en el capital humano. En Costa Rica, técnicamente, no hay analfabetos. La esperanza de vida al nacer es de 80-81 años y el Índice de Desarrollo Humano se encuentra en 0.833 y la Republica Dominicana en 0.776. Ha tenido como presidentes a: Oscar Arias Sánchez, Rafael Ángel Calderón, José María Figueres, Miguel Rodríguez, Abel Pacheco, Laura Chinchilla Miranda, Luis Guillermo Solís, Carlos Alvarado Quezada. Solo Oscar Arias se ha reelegido una vez. Lo propusieron de nuevo y declinó. José Figueres se postuló y perdió, y no ha vuelto a postularse.
- Uruguay ha avanzado significativamente, independientemente del espectro ideológico político. Han gobernado presidentes de izquierda y de centro derecha: Julio María Sanguinetti, Tabaré Vásquez, Luis Alberto Lacalle Herrera, José Mujica, Jorge Batlle Ibáñez. El actual presidente, del Frente Amplio, es Yamandu Orsi. Solo Tabaré Vásquez y Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), se reeligieron, después de un periodo Tabaré Vásquez cuando terminó su primer periodo se fue a trabajar a su consultorio como oncólogo. Julio María Sanguinetti es periodista, ensayista, conferencista, abogado, escritor. Un verdadero intelectual. Cuando dejó su último periodo tenía 64 años. Hoy tiene 89. Uruguay tiene un Índice de Desarrollo Humano muy alto: 0.862.
- Colombia ha tenido desde 1995 a los expresidentes: Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Iván Duke. Álvaro Uribe logró modificar la Constitución para una nueva postulación, al igual que Manuel Santos.
- Panamá ha tenido como expresidentes a: Guillermo Endara, Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso, Martín Torrijos, Ricardo Martinelli, Juan Carlos Varela, Laurdatino Cortizo. Martin Torrijos se postuló tres periodos después y perdió. No ha vuelto a postularse, aunque la Constitución lo permite.
- Los dos países más grandes latinoamericanos: México y Brasil, con las economías entre las más grandes del mundo.
- México ha tenido como presidentes a: Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, Andrés López Obrador. Nunca se ha tocado la Constitución para la reelección. No han tomado en cuenta su tasa de aprobación al final del periodo.
- Brasil: Fernando Collor de Melo, Fernando Henríquez Cardoso, Dilma Rousseff, Michel Temer, Jair Bolsonaro. Fernando Henrique Cardoso es el intelectual más consecuente en la correlación entre su nivel intelectual y su práctica política. Verdaderamente consecuente. El catedrático, el investigador, el académico imbricó su pensamiento con su praxis social y política. Lo mejor como expresidente de Brasil. Cuando se fue tenía 68 años. No trató de volver jamás. Lula da Silva es un adicto al poder político. Lleva tres periodos presidenciales y quiere volver a una cuarta ocasión, sin contar las veces que aspiró y perdió.
Los expresidentes “analogizados” como jarrones chinos, porque estos últimos “nadie sabía dónde ponerlos por incómodos”. Sin embargo, en el cuerpo político institucional de nuestra formación social, no habíamos asistido a una permanente presencia de los tres expresidentes. Lo triste y descabellado es que ninguno se refiere al futuro. Solo hablan de la actual coyuntura, sin contextualizar. Lo de Danilo Medina es, sencillamente, patético. Danilo, sin posibilidad de acceder al poder, no conduce a nada. No es líder más allá de la estructura partidaria y de todo el poder que cobijó en su mandato. En otro país estuviera en el ostracismo más escalofriante.
Danilo, un hombre que parece sacado del abismo de la penumbra. “Representa” todas las semanas a su partido. ¡El político que llevó a su organización partidaria a un 61% de los votos en las elecciones de 2016, a 37% en el 2020 y a un 10% en el 2024! ¿Qué activo es ese? Es el mayor pasivo con que cuenta el PLD. No verlo así es el más terrible de los sentimientos del espíritu de grupo y la más lacerante alienación de sus directivos.
De Leonel Antonio Fernández Reyna, su caso es triste. Simplemente penoso. Tres veces presidente, más dos aspiraciones sin éxito. Decía que él no “aspiraba”, que a él lo “aspiraban”. La praxis política demuestra que es un adicto al poder y que parte de sus diferencias con Danilo y Temístocles Montás, el núcleo medular, viene de ahí y de su falta de responsabilidad en los compromisos contraídos. Hoy, habla y se expresa como si no pasó tres periodos como presidente. A partir de 2005 montó un aparato de hegemonía y dominación, basado en el clientelismo y la corrupción más abyecta, más abominable, que hayamos conocido.
Mirando los videos de Nuria (2004-2012) no había semana que no trajera un escándalo de corrupción. Nada hacían. Doña Licelott Marte, con los expedientes que enviaba a PEPCA y a la Procuraduría, llegó a decir que con lo que se perdía en corrupción se podía construir dos Republica Dominicana. Más de 200 expedientes. Dos directores del PEPCA renunciaron porque allí no se hacía nada ni había ni siquiera una resma de papel. En cualquier país de mediana intensidad democrática, lo de la Sund Land se hubiese llevado de encuentro al presidente de entonces. Lo de Embraer, lo enterraría y lo de ODEBRECHT “demonizado”.
Es la más ostensible cultura de la complicidad que comienza con la elite empresarial, que no le importa un comino la institucionalidad y la democracia. Por eso, no sabemos lo que aportan a cada candidato. Es la cultura de la tolerancia frente aquellos que fueron poder, en el sentido oblicuo de la gratitud, mal entendida y peor llevada. Las universidades, que no existen como esfera de la sociedad civil y fuente de creación del conocimiento, de la investigación, en la búsqueda de la verdad.
Hipólito Mejía, “el guapo de Gurabo”, representa el canto espontáneo en el plano político del pueblo dominicano. En el ejercicio del poder y en su vida familiar resultó ser más decoroso, más pudoroso, más estimable y más decente que sus colegas expresidentes. El deseo es que mañana, junto con Luis Abinader, nos permitan darnos la oportunidad de conocer nuevos actores, sin el protagonismo de ellos. ¡Conocer algo nuevo es el crisol de una esperanza renovada!
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