“El afán del día no entra en conflicto con dedicar algunos minutos para mejor comprender dónde estamos y qué somos”.

La materia presente en todo lo que existe, tiene su base o punto de partida en los átomos; pero no se queda ahí, solo pensar en el propio cuerpo humano, en un vehículo de motor o hasta en una piedra, la verdad es que no son átomos los que se observan, sino una compleja integración de muchos de ellos.

Esa compleja integración de átomos que constituyen la materia presente en todo lo que existe la veremos “un tanto más allá”. A partir de las fuerzas que actúan en esa integración. Se trata de fuerzas que mantienen esa unión en uno u otro caso. Son dos grupos: fuerzas intramoleculares y fuerzas intermoleculares.

Las fuerzas intramoleculares son aquellas que mantienen unidos a los átomos para formar moléculas. Entre las principales fuerzas intramoleculares se encuentran las que corresponden a los enlaces covalentes y los enlaces iónicos.

En los enlaces covalentes los átomos se combinan compartiendo los electrones de sus últimas capas; como es el caso de la combinación del oxígeno y el hidrógeno al formar: ¡El agua!

En cuanto a los enlaces iónicos un átomo cede electrones a otro; uno se llama anión pues tiene un desbalance al tener uno o varios electrones en exceso o catión si tiene uno más electrones en déficit. Con relación a los enlaces iónicos vemos un ejemplo de referencia que corresponde   al sodio que tiene un electrón en exceso el cual lo cede al cloro que le falta un electrón, formando así: ¡La sal!

Las fuerzas intermoleculares son atracciones entre moléculas que determinan propiedades de la materia así formada. Son más débiles que las fuerzas intramoleculares, pero suficientes como para mantener unidas a diferentes moléculas ya formadas.  Se trata de que las moléculas formadas tienen a su interior comportamientos que las llevan a tener polos que se originan debido a fluctuaciones momentáneas o permanentes entre sus electrones, como las llamadas fuerzas de Van der Waals.

Las fuerzas intermoleculares determinan- por ejemplo- el estado de agregación, el punto de fusión o temperatura en que una sustancia cambia de estado sólido a liquido; son fundamentales para la estructura y función de las moléculas biológicas. Además, el control de las fuerzas intermoleculares es crucial en la fabricación de materiales de propiedades específicas como los plásticos.

Las fuerzas intramoleculares e intermoleculares hacen posible las agregaciones de los átomos.

Se explica así la primera mirada al macro mundo, después de los átomos. Un tanto más allá.

Ramón Morrison

Consultor en Desarrollo Organizacional

Profesor de ciencias de primaria, secundaria y universitario ya jubilado, con la misma pasión de entonces.

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