Los estudios realizados por neuropsicólogos, antropólogos, sociólogos, psicólogos sociales y economistas de la Universidad Oxford constataron que la deuda personal es la nueva esclavitud en la sociedad actual.

En tal sentido, los estudios referidos en el párrafo anterior refieren que la mayoría de las personas desconocen el costo psicosocial de endeudarse, por un lado; mientras que, por el otro lado, estas no saben cómo manejarse cuando no pueden pagar sus deudas.

Asimismo, descubrieron que el 68% de las 684,904 personas que participaron en los estudios de referencia trabajaban hasta 16 horas para poder obtener los recursos económicos necesarios para saldar sus respectivas deudas, situación que les provocó problemas graves de salud física y mental.

Las personas que deciden tomar créditos para establecer una microempresa o ampliar las operaciones de sus empresas o negocios deberían analizar y ponderar la viabilidad

Además, el 61% de las personas encuestadas dijo sentirse esclavas de las deudas que habían contraído con las entidades crediticias y administradoras de las tarjetas de crédito, ya que cuando se atrasaron en sus respectivos pagos, fueron sometidas a una presión psicológica que les causó estrés, tristeza, ansiedad, trastornos de ansiedad, insomnio y depresión.

Según se sabe, las entidades financieras y crediticias necesitan crecer sistemáticamente para aumentar sus plusvalías, por lo que utilizan estrategias de preaprobar líneas de préstamos, préstamos personales y/o tarjetas de crédito a personas sin experiencias crediticias.

De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que la mayoría de las personas de escasos recursos económicos toman créditos para comprar cosas que no producen o generan los recursos económicos necesarios para capitalizarse y saldar sus respectivas deudas, lo que las hace esclavas de estas.

También sabemos que las personas ricas se endeudan para comprar bienes o hacer negocios rentables, lo que les permite incrementar su capital y pagar las deudas contraídas, así como obtener plusvalías, sin importar los medios utilizados para lograr su fin.

Como se sabe, las prácticas y las estrategias de las entidades financieras de nuestro país definen y ponen en marcha campañas dirigidas a inducir y/o captar a jóvenes y a personas incautas para que estas acepten sus préstamos y/o tarjetas de crédito mediante una transacción riesgosa al estilo del juego de la ruleta rusa.

Asimismo, también existe el crédito estudiantil, cuya deuda es un compromiso formal que, al graduarse, el profesional debe pagar el capital y sus intereses. En tal sentido, los graduados que no logren empleos dignos o dispongan de capital para emprender un negocio y/o una actividad comercial rentable, no podrán saldar sus respectivas deudas, lo que les causa estrés, ansiedad, trastorno de ansiedad y se deprimen.

Las entidades financieras y crediticias necesitan crecer sistemáticamente para aumentar sus plusvalías

No obstante, en el caso de nuestro país, cuando una persona de clase media o pobre decide tomar un crédito, esta debe presentar ante la entidad crediticia un fiador solidario, quien se responsabiliza formalmente de saldar dicho crédito en caso de que el deudor o la deudora se atrase en el pago de la deuda, se declare insolvente o esta persona muera.

Por su parte, las personas que deciden tomar créditos para establecer una microempresa o ampliar las operaciones de sus empresas o negocios deberían analizar y ponderar la viabilidad y la factibilidad del negocio o la actividad comercial en la que estas se piensan involucrar, tomando en cuenta sus capacidades de gestión, negociación, presión económica y prevención de conflictos.

En tal sentido, un estudio de viabilidad y factibilidad es un análisis exhaustivo de un proyecto, iniciativa, plan o idea de negocio, para determinar su potencial éxito al evaluar los factores claves, especialmente el grupo meta o el mercado, las finanzas, la gestión o administración, las operaciones logísticas, el marco legal, entre otros, con el fin de tomar decisiones informadas que garanticen el retorno del capital invertido, así como los beneficios esperados.

Según nos consta, la mayoría de las personas con deudas que acuden a ver a un especialista en higiene y salud mental están atravesando por un problema asociado con la falta de previsión, planificación y organización de sus empresas, negocios o actividad comercial, ya que los resultados económicos no les permiten saldar sus respectivas deudas.

Por lo que hemos visto en el cuerpo de este artículo, las deudas contraídas se pagan sí o sí, ya que la entidad crediticia dispone de los mecanismos legales para cobrar el capital y los intereses devengados, sin importar los medios que tenga que utilizar para lograr su propósito.

Desde nuestro punto de vista, tomar un crédito es una decisión que debe ser analizada y ponderada cuidadosamente, ya que las personas responsables que no pueden saldar experimentan episodios de estrés, ansiedad, trastorno de ansiedad y muchas de estas se deprimen, lo que compromete su salud física y mental.

Finalmente, las personas que han contraído deudas que no están en capacidad de saldar en el período establecido deben buscar asesoría de un contador, un economista, un administrador de empresas y/o un mercadólogo, profesionales que tienen experiencias organizando las finanzas, negociando, reprogramando y gestionando deudas.

“No hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague” (refrán popular dominicano).

Telésforo González Mercado

Psicología Social

Telesforo Gonzalez Mercado es Especialista en Psicología Social, Dr. en Planificación Estratégica, académico e investigador. Profesor y tutor para estudiantes de Maestrías y Doctorados en Ciencia para estudiantes de los USA y Canada. Es Conferencista y articulista sobre temas relacionados con el medio ambiente y el cambio climático, resiliencia, construcción de ciudadanía, planificación estratégica, inteligencia emocional y liderazgo. Es Experto en Cooperación Internacional para el Desarrollo. Fue Rector de la Universidad Agroforestal Fernando Arturo de Meriño (UAFAM).

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