Los líderes comunitarios, en su mayoría, convergen en un partido político. Votan por los candidatos que se presentan en las elecciones. Pero lo comunitario y lo político es como el vinagre y el aceite. Difícil de mezclar.

Aviso que el título cabecero de este artículo es ajeno. Corresponde a una dinámica de planificación que aprendí con el amigo Roque Feliz, hace aproximadamente 30 años. La técnica es frecuente en los procesos de planificación y educación popular en boga durante la segunda mitad del siglo XX.

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en su momento, manejaba estrategias y métodos para insertar a sus miembros en las diferentes organizaciones sociocomunitarias. El PLD las llamaba Organizaciones de Masa. El nombre del área responsable de manejarlas era Línea de Masas.

La Secretaría de Línea de Masas desarrollaba capacitaciones para especializar a los compañeros peledeístas en el arte de dirigir organizaciones. Pretendían tener especialistas en línea de masas en todo el territorio nacional.

Lo comunitario y lo político es como el vinagre y el aceite

La meta era lograr que los miembros del partido morado fueran parte de una agrupación. Que pudieran contribuir al buen funcionamiento del grupo del que son integrantes y convertirse en dirigentes del mismo.

Se les enseñaba, por derivación, trucos para evitar que la actividad político-partidaria nunca interfiriera con la defensa de la agrupación y la comunidad.

La formación técnica en cuanto al manejo de las organizaciones sociales o de masas llevaba —en la mayoría de los casos— a cultivar dos tipos de liderazgos paralelos. Es decir, líderes comunitarios y líderes en el partido al mismo tiempo.

Quiere decir lo anterior que el fin último de la estrategia morada consistía en formar líderes políticos en cada rincón del país.

El PLD cobró con creces la plusvalía de los resultados debido a la implementación del método. Pero el ascenso al poder los empujó a abandonar el trato especializado a las agrupaciones de masas. Incluso, disolvieron la secretaría.

Son pocos los peledeístas de hoy que conocen las razones del abandono. Pero dejar de lado el método les está costando tan caro que la acumulación originaria no les alcanza para recuperarse de la caída. El liderazgo construido se fue a pique.

O sea, el partido morado logró el poder del Estado. Pero por lograr el objetivo, terminó perdiendo el objetivo que lo llevó al poder.

La dinámica se desenvuelve de la manera siguiente: los líderes comunitarios son apetecidos por los partidos políticos mientras estos gocen del respeto de la comunidad.

Los líderes políticos, por el contrario, son interesantes para la comunidad, en tanto conserven influencia en los estamentos del Estado. En consecuencia, puede afirmarse que existe un complemento entre uno y el otro.

Lo anterior es un indicador de que, cuando un líder comunitario pierde su autoridad y el respeto, el político pierde con ello un activo clave en esa localidad.

El partido logró el poder, pero terminó perdiendo el objetivo que lo llevó al poder

Por tanto, los líderes comunitarios tienen el compromiso de buscar los medios para formarse en materia de cómo gestionar las luchas. Aprender los trucos de las diferentes modalidades de movilización de masas, los métodos de presión y la pericia en la planificación.

Los políticos, en cambio, tienen la responsabilidad de mantener vivo el activo comunitario que los puede catapultar en el poder.

Un empujón

La Fundación Solidaridad, ubicada en Santiago de los Caballeros, dispone de material didáctico útil a los grupos de base y a sus líderes.

El compendio disponible es amplio y puede ser descargado gratis. Aquí les dejo, si desean comunicarse: la página web, www.solidaridad.org.do, y el correo electrónico, fs@solidaridad.do.

En suma, los líderes comunitarios deberían —en vez de desperdiciar tiempo— desistir de querer mezclar el vinagre y el aceite. En su lugar, sería más rentable si ese tiempo lo dedican a la formación para construir liderazgo. Con guías definidos y seguros de su rol, se realza la importancia de la comunidad.

Entonces, los políticos de turno estarán obligados a negociar soluciones con la comunidad. Acogidos a procesos de alianzas transparentes y respetuosas.

Ese es el objetivo que nunca debería perderse.

Miguel Ángel Cid Cid

Municipalista

Especialista en fortalecimiento y planificación institucional, con experiencias exitosas en RD y Haití. Experto en resolución de conflictos y capacitación de jóvenes y adultos. Creador e impulsor de la primera experiencia de presupuesto participativo en Villa González, República Dominicana, recorriendo decenas de municipios promoviendo iniciativas de planificación estratégica y participación socio-política a nivel local.

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