El período comprendido entre 1795 y 1820 es uno de los capítulos más complejos y decisivos en la historia militar del territorio que después se convertiría en la República Dominicana. A diferencia de siglos anteriores, marcados por la estabilidad colonial española, esta etapa estuvo dominada por cambios abruptos de soberanía, crisis internas, rebeliones locales, incursiones extranjeras y una profunda reconfiguración militar. Las fuerzas armadas de este período no pueden verse como un ejército nacional moderno, sino como una sucesión de estructuras militares híbridas, mezcla de milicias criollas, tropas regulares españolas, contingentes franceses y presencia militar haitiana.
Las fuentes históricas, entre ellas Moya Pons (2013), Rouse (1992), Emilio Rodríguez Demorizi (1971) y Herrera (1601), aunque centradas en distintos momentos, permiten reconstruir este período decisivo de transición militar.
1. 1795: El Tratado de Basilea — España cede Santo Domingo a Francia.
En 1795, la Corona española, debilitada por las guerras europeas contra Francia revolucionaria, firmó el Tratado de Basilea, mediante el cual cedió la colonia de Santo Domingo a Francia.
Sin embargo, como señalan Rouse (1992) y Moya Pons (2013), aunque la cesión fue legal, la entrega efectiva tardó años en materializarse.
Esto creó una situación militar insólita:
- El territorio era oficialmente francés.
- Pero seguía ocupado por soldados españoles.
- Y la población criolla quería mantener sus instituciones tradicionales.
La incertidumbre abrió una etapa en la que las fuerzas militares del Santo Domingo oriental carecían de dirección unificada.
2. 1795–1799: España administra, pero Francia manda
Durante este período de transición, el gobernador español García de la Concha continuó administrando el territorio, pero bajo instrucciones francesas. La milicia criolla, formada durante los siglos XVII y XVIII, quedó en una situación ambigua. Según Moya Pons (2013): “Era un ejército sin patria clara: español en lealtad, francés en papel y criollo en su base social”.
Los oficiales locales, acostumbrados a defender la frontera contra Saint-Domingue, se vieron obligados ahora a obedecer a un poder francés que desconocían y que no les ofrecía garantías.
3. 1791–1804: La Revolución haitiana y su impacto militar
El estallido de la Revolución Haitiana en 1791 transformó por completo el escenario militar de la isla. Para 1798–1802, líderes como Toussaint Louverture, Dessalines y Christophe habían organizado un ejército revolucionario formidable.
El Santo Domingo español, debilitado y sin una estructura militar sólida, se convirtió en un territorio estratégico para Francia y luego para Haití.
Rouse (1992) subraya que la revolución haitiana “desbordó las fronteras tradicionales y redefinió la guerra en toda la isla”.
4. 1801: Toussaint Louverture ocupa Santo Domingo — nuevo orden militar.
En 1801, Toussaint Louverture invadió y ocupó Santo Domingo, aplicando la Constitución haitiana que abolía la esclavitud en toda la isla. Según Rodríguez Demorizi (1971), durante este período:
- Se reorganizó parcialmente la administración militar.
- Se incorporaron tropas dominicanas al ejército haitiano.
- Y se reforzaron las guarniciones costeras.
Aunque la ocupación fue breve, dejó un precedente importante: la primera militarización unificada de toda la isla bajo un solo ejército.
5. 1802–1804: La reconquista francesa — derrota de Toussaint y surgimiento de Haití independiente
Napoleón Bonaparte envió en 1802 a su cuñado Charles Leclerc para recuperar el control de toda la isla. Las tropas francesas lograron expulsar a Louverture de Santo Domingo y restablecieron el dominio colonial.
Sin embargo:
- una guerra brutal,
- enfermedades,
- y la rebelión generalizada en Saint-Domingue.
Provocaron el colapso de la presencia francesa. En 1804, los revolucionarios haitianos lograron la independencia definitiva y proclamaron el Estado de Haití.
Moya Pons (2013) señala que la caída francesa dejó a Santo Domingo en un limbo militar, sin tropas suficientes y sin apoyo metropolitano real.
6. 1808–1809: La “Guerra de la Reconquista” — España vuelve al poder.
Con la invasión napoleónica de España en 1808, los criollos dominicanos aprovecharon la debilidad francesa para levantarse en armas. Esta rebelión, conocida como la Guerra de la Reconquista, liderada por Juan Sánchez Ramírez, derrotó a las tropas francesas en la Batalla de Palo Hincado (1808).
Rodríguez Demorizi (1971) y Moya Pons (2013) coinciden en que esta guerra marcó el renacer del espíritu militar criollo.
En 1809, tras la capitulación francesa, España retomó el control del territorio en el período conocido como España Boba.
7. 1809–1821: España Boba — abandono militar y economía de miseria
Con España ocupada por Napoleón y luego en crisis interna, Santo Domingo quedó prácticamente abandonado. La Corona no enviaba tropas, pagaba mal a los soldados locales y tenía nula capacidad administrativa.
Las fuerzas militares del período consistían en:
- milicias rurales mal armadas,
- pequeños destacamentos urbanos,
- oficiales criollos sin apoyo,
- y guarniciones mínimas de artillería costera.
Moya Pons (2013) sintetiza la situación:
“Era un ejército fantasma, pobre y atrasado, sostenido por criollos que sobrevivían a base de ganadería y contrabando.”
Durante este período, la frontera con Haití quedó prácticamente sin vigilancia, lo que facilitó incursiones y el intercambio irregular de bienes.
8. 1820: Crisis final del régimen colonial — el territorio se prepara para la ruptura.
Para 1820, las condiciones estaban dadas para el colapso final del dominio español:
- Oficiales criollos descontentos.
- Tropas sin paga.
- Frontera desprotegida.
- Economía arruinada.
- Influencia creciente de líderes haitianos.
- Corrientes políticas independentistas.
Rouse (1992) afirma que “la estructura militar española en Santo Domingo era una sombra incapaz de sostener al Estado”.
Los criollos armados, acostumbrados a sobrevivir sin apoyo metropolitano, serían los protagonistas de la revolución de 1821, aunque esta abriría una nueva etapa bajo la influencia haitiana.
Conclusión: 1795–1820, el laboratorio militar de la futura nación
Entre 1795 y 1820, Santo Domingo vivió:
- la cesión francesa,
- la expansión haitiana,
- la reconquista criolla,
- el abandono español,
- y la formación de fuerzas militares híbridas.
Este período no creó un ejército nacional formal, pero sí forjó la cultura militar criolla que luego alimentaría la independencia de 1844. Como sintetiza Moya Pons (2013): “En estas décadas nació la tradición militar dominicana: localista, resistente y sostenida por criollos más que por imperios”.
El Santo Domingo de 1820 estaba militarmente en ruinas, pero espiritualmente listo para la siguiente etapa: la lucha por su soberanía definitiva.
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