Hace unos días vi el video de una conferencia de la vicepresidenta Raquel Peña en la Cámara de Diputados. Uno de los temas referidos fue la cuota de candidaturas femenina. Voy a citar un fragmento de lo que ella dijo, para luego hacer algunos comentarios.
“Yo creo que ya nosotras las mujeres hemos inspirado a otras mujeres para que se lancen, para que se atrevan, y para que no tengamos nosotras que contar con una cuota sino, quién sabe, si en un futuro muy cercano no me tienen que poner una cuota de un 50%, porque podemos ser un 60, un 70, un 80, no tenemos límites. Por eso yo le llamo odiosas cuotas. Que sí entiendo… en un momento determinado ha sido necesario fijar esas cuotas, pero yo entiendo que ya no hay necesidad…” (fin de la cita)
Mis comentarios:
La cuota fue necesaria porque, aunque el voto femenino se inició en el año 1942, pocas mujeres accedían a puestos de elección.
Para ilustrar, en el año 1962 había dos mujeres en la Cámara de Diputados y una en el Senado. En 1978, año de la transición democrática, las mujeres lograron 13.2% de las diputaciones y 7.4% de las senadurías. Pero en las elecciones de 1982 bajaron a 6.7% en las diputaciones y 3.7% en las senadurías, y los números fueron similares en el 1986. En el 1990 no fue electa ninguna mujer al senado y obtuvieron 11.7% de las diputaciones.
La cuota de candidaturas femeninas se introdujo en la Ley Electoral 275 del año 1997 en 25% para las diputaciones y regidurías (candidaturas plurinominales, a diferencia de alcaldes y senadores que son candidaturas uninominales). Eso contribuyó a elevar el porcentaje de mujeres en las elecciones de 1998 a 16.1% de las diputaciones y 24.4% de las regidurías.
En el año 2000 se elevó la cuota al 33% para diputaciones y regidurías, con esfuerzos posteriores de la Junta Central Electoral (JCE) para que los partidos cumplieran con la cuota. En el año 2000 también se introdujo la figura de vice síndico, a ser asignada por género en función de quién ocupara la candidatura a sindico.
Los porcentajes de diputadas y regidoras siguieron aumentando ligeramente, pero las posiciones de síndicos (luego llamados alcaldes) se concentraron en los hombres, y las mujeres de vice. Hasta el día de hoy, solo alrededor del 10% de alcaldes son mujeres.
Posteriormente, en el 2019, se introdujo la representación por rango, en vez de cuota, para las candidaturas plurinominales con un mínimo de 40% de hombres o mujeres y un máximo de 60%. Eso ha contribuido también a aumentar la representación de mujeres, alcanzando ahora 36.8% de las diputaciones y 41.4% de las regidurías.
En el Senado, donde no hay cuota, la representación de mujeres se ha mantenido muy baja, actualmente en 12.5%.
Conclusión, la representación de las mujeres ha mejorado donde hay cuota o rango de representación porcentual de candidaturas. Donde no, como en el Senado y las posiciones de alcaldes y directores municipales, los hombres controlan alrededor del 90% de las posiciones.
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