La historia dominicana, como se ha de saber, es amplia, compleja y diversas, por la gran cantidad de hechos, acontecimientos, eventos y fechas que, entre otras cosas, conforman y caracterizan su contenido.
A sabiendas de eso, Juan de la Cruz, profesor de larga data de la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), escribiría una interesante obra que lleva por título:” HISTORIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DOMINICA”, la cual ofrece un análisis riguroso y desprejuiciado de la historia dominicana.
Con reposada calma, de hecho, estudia, investiga y reflexiona, desde una perspectiva crítica, el pasado, reciente y lejano, de nuestra sociedad.
Ello, no se puede menos que decir, posibilitaría su certeza interpretativa de los sucesos más relevantes y no tan visible de nuestro pasado, lleno de luces y sombras.
Juan F. Santo Viloria, prologuista de la obra, no hace si no argumentar con sobrada razón que:
“El texto Historia Social y Política de la REPÚBLICA DOMINICANA, recoge la labor investigativa y de divulgación de la historia del pueblo dominicano, que su autor, Juan de la Cruz, viene haciendo de forma regular y sistemática por más de tres décadas, y de manera más intensiva en la última década”.
Es así, en tanto cuanto no contraviene, ni siquiera por asomo, la verdad y sintetiza, sobre todo, la esencia del texto.
Después de estudiar, no sin rigor, la referida obra, Viloria Santos expresaría con argumentos sólidos y convincentes:
“(…) estamos frente a un texto de historia social y política crítica, que tiene como pensamiento y eje transversal el núcleo crítico liberal, versus el conservadurismo y, además, al pueblo como sujeto activo de su proceso histórico en pos de garantizar que la República Dominica se mantenga como una Nación soberana, libre e independiente de todo poder externo, tal como lo concibió su padre fundador Juan Pablo Duarte”.
Francamente, de ningún manera, podría ser de otro modo, ya que la obra“ HISTORIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA”, refleja, en todo caso, profundo espíritu crítico en el tratamiento cuidadoso de los hechos históricos, al tiempo que toma muy en cuenta los grandes y nobles esfuerzos del pueblo dominicano en procura de su independencia.
Eso, de ningún modo, sería fruto del azar, sino, más bien, del vasto universo cognoscitivo y buen dominio que posee Juan de la Cruz en varios ámbitos: historia, filosofía, política, educación y comunicación social.
Tales conocimientos, de suyo, le proporcionarían el marco teórico necesario para abordar claramente, sin vestigios conceptuales y presupuestos ideológicos desfasados, la historia dominicana.
En su variada y fructífera trayectoria intelectual, de la Cruz ha logrado, con denodados esfuerzos, la condición de buen poeta, creando poemas de admirable calidad estética y perfeccionado, en cierto modo, con sensibilidad y frecuentes lecturas de poetas de la talla de Homero, Dante, Vallejo, Machado, Manuel de Cabral, Pedro Mir, Wihtman, F. Deligne y Neruda, entre otros notables poetas.
Además, sería razonable recordar que de la Cruz fue parte del cuerpo docente del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC ), así como de la Universidad Iberoamericana (UNIBE).
Y que, a decir verdad, desempeñó con eficiencia el cargo de director del Instituto de Historia (2009- 2011) de la Facultad de Humanidades de la UASD y que, con honrosa determinación, fue profesor de posgrado en la Facultad de Humanidades de la UASD, así como
miembro activo del Equipo de Investigación Social (EQUIS) del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.
Cabría resaltar, por consiguiente, que de la Cruz estuvo al frente de la coordinador de la Maestría de Historia Dominicana (2019-2021) y de la especialidad en Historia y Geografía para docentes de la Universidad del Este (UCE) .
Durante varios año (2014-2019) dirigió, con eficiencia y responsabilidad, la División de Evaluación y Acreditación del Departamento de Evaluación y Acreditación, perteneciente a la Dirección General de Gestión de la Calidad de la UASD.
En la actualidad, funge, sin aire de petulancia, como coordinador del programa de Televisión “ Entre Opiniones”, que se transmite diariamente por la plataforma educativa y cultural EDU+ del Ministerio de Educación de la República Dominicana y el Canal 17 de Radio Televisión Dominicana y, desde hace algunos años, es encargado Técnico del Viceministerio de Evaluación y Acreditación de las Instituciones de Educación Superior (IES) del MESCYT.
Después de lo anterior, habría que señalar, sin ambages, que el profesor de la Cruz ha logrado, en el decurso de su existencia, lo siguientes grados académicos:
Licenciado en historia, egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo; Maestría en Educación Superior; Magíster en Filosofía en un Mundo Global; Dr. en Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco (UPU/EHU), y Doctorado en Ciencias de la Educación de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (UCPEJV) de la Habana, Cuba.
Por esos y otros tantos conocimientos, de la Cruz es dueño de una extraordinaria capacidad analítica, interpretativa e investigativa.
Es más que significativo resaltar que
de la Cruz fue editor y periodista (en las áreas de Economía, Gobierno, Congreso Nacional y Cancillería) de los prestigiosos matutino Listín Diario, El Caribe, El Sigo y El Día, así como de la revista Ahora, en cuyas páginas aparecen cientos de crónicas, artículos y reportajes, en los cuales se pueden apreciar análisis suyos sobre asuntos económicos, sociales, políticos y culturales.
Mediante la praxis escritural intensa de un estilo impecable y depurado, de la Cruz trata temas (con profundidad racional) históricos, de hoy, mañana y siempre, con debida prudencia, y sin el más mínimo ápice de ortodoxia. De ahí su deslumbrante objetividad en el manejo de acontecimientos históricos.
Ese mérito irregateable, por así decirlo, amplia, se quiere, sus inigualables elucubraciones de naturaleza históricas, culturales, filosóficas, literarias y comunicacionales.
Ello, de por sí, es sumamente significativo, como también los habrían de ser los premios recibidos en diferentes oportunidades por la indiscutibles calidad de sus obras.
En noviembre del 2017, de la Cruz resultó ganador de Premio Anual de Historia “ José Gabriel García” y del concurso de Ensayo-diciembre 2012- Pedro Francisco Bono” con la obra:” Filosofía política y jurídica de Juan Pablo Duarte.
La Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE), como cada año, fue la entidad organizadora del evento.
En el desarrollo de su intensa labor creativa, de la Cruz ha dado a luz pública varias obras:
1-“Poemas mulatos de Amor y Fantasía”(1991);”Resistencia Indígenas y Negra” (1992); “El Batey: Participación y Descentralización” (1998); “Independencia Nacional, Guerra Restauradora y Masas Populares”(1993); “Poder Municipal, Gobierno Local y participación” (1998) y “la Utopía de Duarte” (2012).
Es coautor de importantes obras:
1-“Filosofía de la ignorancia, Duda de la Duda y cotidianidad”; “Andrés Avelino, el más grande filósofo dominicano” (pensamiento y trascendencia) y de “Hermenéutica y Filosofía de la Historia en la República Dominicana.”
Por todo lo referido, de la Cruz es, sin lugar a dudas, un intelectual de excelente formación profesional, que sabe interpreta y filosofar los hechos históricos con certeza y claridad impresionante.
Diríase, con toda seguridad, que el conocimiento a fondo de nuestra historia es fundamental para evitar, en cualquier caso, su absurda repetición en este aquí y ahora, teñido de incertidumbre y que, de más en más, habría de exigir, ante todo, minuciosos esfuerzos interpretativos y, en gran medida, comprensión y aclaración (teórico- práctica) que pudiese garantizar , en cierta medida, la alteridad justa y armonizada entre sectores de poder de la sociedad dominicana.
Por su enfoque exhaustivo, novedoso y creativo la obra” HISTORIA SOCIAL Y POLÍTICA DE LA REPÚBLICA DOMINICANA”, hace posible, con total limpidez, el entendimiento pormenorizado de nuestra historia.
Por eso, justamente, es de gran valor histórico, epistémico, filosófico y educacional, que enriquece, no en vano, nuestro acervo cultural, en tanto viene a llenar un vacío bibliográfico en el espacio- tiempo de la sociedad dominicana.
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