La vida humana contemporánea, especialmente en los centros urbanos, ha demandado el uso intensivo de los recursos de la Tierra, siendo más explotativa que sostenible. Esto ha resultado en el cambio climático, alteraciones naturales causadas por el ser humano, violación a leyes internacionales, explotación agrícola, ganadera e industrial para alimentar a una población creciente, y avances tecnológicos que demandan más recursos y manipulan la biodiversidad. Esta explotación ha ocasionado daños dramáticos, tales como la pobreza, inseguridad y guerras.
Por estas razones e inspirada en un movimiento iniciado en los años 70s, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas decidió en 2009 dedicar cada 22 de abril el Día Internacional de la Madre Tierra. El Día Internacional de la Tierra es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra relación con el entorno y comprometernos a prácticas sostenibles. Adoptar las energías renovables, reducir emisiones de carbono y cumplir metas de desarrollo sostenible son pasos esenciales.
La Agencia Internacional de Energía (siglas en inglés “IEA”) elaboró un mapa de ruta para alcanzar la meta de cero emisiones para el año 2050, en especial uno para el sector energético.
En dicho informe, y otros similares se establece que para reducir las emisiones de carbono es crucial transformar la economía, de una dominada por los combustibles fósiles a una basada en las energías renovables tales como solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica.
Integrar energías renovables requiere inversión en infraestructura, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, y políticas que incentiven su uso. La colaboración entre gobiernos, empresas y comunidades es esencial para superar desafíos y garantizar beneficios.
El riesgo al que se enfrentan miles de dominicanos cada año debido a huracanes, inundaciones súbitas y sequías, cada vez más frecuentes e intensas por el cambio climático, tiene un impacto económico estimado en una pérdida del 2.2% del PIB anual, afectando sectores como el turismo y la agricultura conforme a datos del Banco Central.
República Dominicana debe priorizar sus recursos en proyectos de adaptación ante su alta exposición a estos fenómenos climáticos, para fortalecer la resiliencia del país y garantizar la seguridad y bienestar de la población, especialmente los más vulnerables, y mitigar el riesgo de perder casi el 17% de su PIB para 2050 debido al cambio climático.
Se estima que el costo de los daños causados por eventos hidrometeorológicos es de 0,69% del PIB por año. A estos daños directos deben sumarse las interrupciones en la actividad económica, con pérdidas económicas de aproximadamente US$1.100 millones, equivalente a 1,5% del PIB.
Las principales medidas de mitigación del cambio climático podrían ayudar a incrementar la productividad y competitividad del país, fomentando un mayor crecimiento económico sostenido que se reparta como una mejora de la calidad de vida de la gente.
El compromiso internacional de la República Dominicana con la transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible se satisface a través del incentivo a las inversiones en proyectos de generación de energía con fuente renovable.
La Ley de Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales No. 57-07 (Ley No.57-07) regula la asignación de incentivos fiscales y administrativos a los proyectos de generación de energía renovable bajo régimen especial en la República Dominicana. El Reglamento de Aplicación de la No. 57-07 (“Ley No. 57-07”), anteriormente contenido en el Decreto No.202- 08, fue derogado y sustituido por el Decreto No. 65-23 (“el Reglamento”), promulgado el 1 de marzo de 2023.
Esta ley ha contribuido a la diversificación de la matriz energética del país, con un enfoque en fuentes renovables, lo que resulta fundamental para garantizar la seguridad energética y mitigar los efectos negativos del cambio climático, que se evidencia en la evolución de la energía generada a partir de fuentes renovables.
Gracias a este marco legal favorable y su adecuada aplicación, así como al crecimiento económico sostenido del país por encima del 4%, en los últimos cinco años la generación de electricidad de fuente renovable aumentó aproximadamente 1000 Mw en los últimos cinco años.
Se han adoptado medidas tendentes a mejorar la intermitencia que generan las renovables propiciando la instalación de almacenamiento con baterías de litio (conocidas por sus siglas en inglés como “BESS”).
Se requieren medidas adicionales para garantizar la continuidad en el crecimiento de las energías renovables en el país, tales como las inversiones necesarias para la expansión de las líneas de transmisión que eviten las restricciones (curtailment) de generación que se estarían provocando en la actualidad. Asimismo, es importante que se resuelvan ciertos temas regulatorios, como la generación distribuida, la instalación “stand alone” de baterías para almacenamiento de energía.
El mantenimiento de un marco legal que permita a las energías de fuente renovable competir efectivamente en el mercado eléctrico con las energías de fuente combustible también será crucial para garantizar la transición energética de la República Dominicana.
Fuentes:
https://www.iea.org/reports/net-zero-by-2050
https://cne.gob.do/nosotros/marco-legal/
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