Frases de cajón que yo prohibiría: "militar pundonoroso" (¡miren cuántos andan por ahí sin ningún pundonor!), "institución del orden" ("orden" no siempre va con policía); "la esquina que forman las calles" (no hay manera de hacer una esquina que no sea con dos calles); "objetividad periodística" (perdonen lo burdo de este chiste de mal gusto); "la piel arrugada por los años" (no hay otra forma de arrugar la piel); "evacuó la sentencia" (si yo fuera juez, le meto treinta años al que diga que yo hice eso), y "en virtud de las atribuciones que me confiere el Artículo 55…" (si yo fuera Presidente simplemente diría: "Porque me da la gana…").
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.