El río Niágara con sus caudalosas aguas y sus cataratas que la han colocado en la lista de las 7 maravillas del mundo, no hay manera de navegar en gran parte del trayecto por donde cruza y que marca de manera natural la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Impresionante y abundante caudal pluvial, que con los lagos Superior, el más grande de agua dulce del mundo, Ontario, Hurón, Erie, Michigan y otros lagos como son Gran Lago del Oso, Gran Lago del Esclavo, Lago Moraine y Lago Peyto, acumulan más del 22% de las aguas dulces del mundo y que, además de irrigar las plantaciones de trigo, soja, colza y vegetales, es un espacio en el que en promedio aproximadamente 13 millones de turistas de todo el mundo visitan anualmente, para disfrutar de esa obra de arte acuática de la naturaleza. De paso, es importante señalar que Canadá es el principal exportador de trigo del mundo.

La analogía que ha creado nuestro artista dominicano Juan Luis Guerra con su tema El Niágara en bicicleta nos trae a la memoria lo que quería expresar en términos de la situación de los servicios de saludpor la que atravesaba la población dominicana allá por el año 1990, cuando surgió ese tema musical que, como otros temas del artista, se ha universalizado.

A 35 años de haberse difundido el tema del Niágara en Bicicleta, donde se describían las precariedades y las penurias que tiene que sufrir la mayoría de la población, persiste la situación descrita en la actualidad, cuando tienen que acudir ante la necesidad de ser atendidos en los centros de atención de salud en la República Dominicana.

El tema de Juan Luis Guerra expresa las disparidades o desigualdades que existen en la atención de salud. Estas disparidades son aún mayores en la zona rural que en la zona urbana, donde las UNAP funcionan de forma muy precaria, tanto desde el punto de vista de personal médico, así como de medicamentos y materiales para hacer intervenciones ante situaciones de emergencias, que continuamente se presentan en esos centros de salud que están ubicados en las comunidades. Existen zonas rurales de la República Dominicana en las que las UNAPs funcionan a tiempo parcial, llegando algunas a funcionar solo a medio tiempo, de 8 de la mañana a 12 meridiano.

Aunque a través de la existencia del Seguro Nacional de Salud (SENASA), en el cual para el año 2024 el 60% de la población estaba afiliada, tanto al régimen contributivo como al subsidiado, este último dirigido a los segmentos de la población de menores ingresos, cuando los asegurados necesitan acudir a los centros públicos de salud, se encuentran con la situación de que hay ausencia de medicamentos, materiales quirúrgicos y equipos para la realización de diagnósticos. Pero aun teniendo seguro, hay medicamentos y equipos que no los cubre el seguro. teniendo que salir a pedir a manos caritativas para poder comprarlos.

A nivel del seguro contributivo, tanto en el pago de diferencias en las consultas de los médicos especialistas y estudios diagnósticos, que en ocasiones el monto que se paga por ese concepto es mayor que lo que efectivamente cubre dicho seguro, y gran parte de los medicamentos también debe comprarlo el asegurado, porque el seguro no lo cubre.

Uno de los objetivos de edificar centros de atención primaria, sobre todo en la zona rural y en barrios distantes de los hospitales, además de detectar y prevenir enfermedades a tiempo, es descongestionar los hospitales; sin embargo, el hecho es que estos centros de atención funcionan precariamente. Hace que las personas que viven en las proximidades donde están ubicados prefieran dirigirse directamente a los hospitales.

Para que las personas en sus comunidades donde existen centros de salud de atención primaria confíen en estos, es necesaria inversión para garantizar la sostenibilidad y la calidad de los mismos, así como la formación de más médicos familiares para que se contraten, así como mejorar la infraestructura y equipamiento.

Es fundamental que se aumente la partida en el presupuesto público de atención en salud, para que tanto en los hospitales como en las UNAPs, los ciudadanos que acudan a los mismos, que en su inmensa mayoría son de escasos recursos, tengan la oportunidad de recibir atención adecuada y por esa vía reducir la tasa de frecuencia de enfermedades prevenibles y las tasas tanto de mortalidad infantil como materna.

EN ESTA NOTA

Juan E. Taveras Vargas

Juan E. Taveras Vargas Economista y profesor universitario UASD. Masters en negocios y relaciones económicas internacionales, masters en políticas publicas y globalización, especialidad en docencia virtual Especialista en planificación estratégica y formulación de proyectos. Promotor cultural.

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