Ha fallecido en Salcedo, Provincia Hermanas Mirabal, Don José “Cheo” Tabar. El pasado 20 de abril domingo de resurrección murió a la carne y nació a la vida eterna el incansable león dedicado al servicio de los más necesitados, los menos cero o desarrapao' (como solía llamarles) han perdido a su padre protector. Fue Cheo con la última persona que conversé vía Whatsapp el sábado en la noche; me remitió videos cantando en un karaoke, con un puro y sus amigos. Don Cheo se notaba simplemente feliz.
El domingo tipo 8:00 a.m. al recibir la llamada del general (R) Román Brache P.N., sabia que no eran buenas noticias. Ante mi pregunta de si estaba todo bien, un no rotundo y lapidario acompañó la voz del general al decirme: “magistrado, le tengo la infausta noticia que Cheo ha fallecido”. Impensable, repentino y sobre todo doloroso.
Hace más de una década conocí al Español (como algunos cercanos le decíamos a Cheo), anfitrión por excelencia de esas tertulias sabatinas donde, cual intruso, me fui haciendo parte del grupo de los muchachos (Cheo, el general y Cesar Polanco) jóvenes todos por encima de los 65 años de edad con los cuales acostumbraba yo a compartir un trago entre anécdotas, música vieja y muchos actos de caridad.
Mi amigo Cheo era el vivo ejemplo que para servir no es necesario tener riquezas, que se debe dar hasta el dolor. Incontables las veces que regalo a los necesitados hasta los medicamentos de su uso personal. Cuando menos esperaba recibía la llamada de Cheo, indicándome que teníamos un desarropao' en algún hospital en la capital y que a mi que tomara acción. Como olvidar el caso de aquella joven quien por falta de recursos cumplió por 5 días la dieta del agua y hasta allá fuimos.
Cheo tenia una oficina en su residencia de Salcedo donde a diario, sin importar la hora o día, acudían personas en busca de medicamentos, pampers, gestión de alguna colaboración medica y ni hablar de los que buscaban alimentos. La labor altruista de Cheo desbordo los limites territoriales de su pueblo, llegando a ser tan conocido su trabajo desinteresado que la comisión a la medalla al merito presidencial por intermedio de Don Rafael Chaljub Mejía y el Conape, le galardonaron como protector de la persona envejeciente siendo dicha medalla impuesta por el presidente Luis Abinader en un acto muy emotivo en el Palacio Nacional.
Incontable son la cantidad de personas que Cheo gestionó operaciones, sillas de ruedas, medicamentos de alto costo, etc. Eso sí, toda acción siempre a nombre de su tan amado Club De Leones, organización a la cual dio los mejores años de su vida día a día, con el lema de que “los leones servimos”. Quien con más energía que Cheo a la hora de ayudar, participando en operativos médicos en todas partes del país.
Cheo era el hombre alegre, que le buscaba la jocosidad a la situación más incomoda de calamidad; tenía la capacidad de disfrutar a plenitud las pequeñas cosas. Era miembro de toda comisión que en post de desarrollo de su provincia y los más necesitados le requirieran (Conani, Rehabilitacion, Conape,etc.) Mi amigo Cheo no era a media tintas, era directo y franco en sus opiniones, le daba un boche al más bonito, eso sí, que el boche siempre era merecido. Quizás por eso de ser cascarrabias (igual que yo) llegamos hacer tan buenos amigos a pesar de nuestros casi 50 años de diferencia de edad.
Sin lugar a dudas, el Español era esa mezcla entre el padre de mano dura al corregir, de sabias palabras y el abuelo bondadoso, protector cuya inmensidad del corazón no le cabía en el pecho. A todos los miembros de su familia les bautizaba con un apodo particular. Mi Cheo hoy la Sisi, Sangre Cansada, la Suiza, el Tostao', la Rata al igual que todos los menos cero y desarropao' lloran tu partida; pero Corta Frio te ha recibido en el cielo con los brazos abiertos. Coincidencia, Diocidencia o destino partiste de este mundo justo a los 3 meses del fallecimiento de tu querida madre, pero no cumpliste tu promesa de llegar a los 78 que serian este jueves 24 abril cual el revolucionario y luchador por las mejores causas.
Se que desde el cielo miras y te ríes de estos pendejos que lloramos tu partida, no me alcanzo el tiempo para decirte lo especial que eras para mí, a donde tertuliaremos con los muchachos, mis amigos casi octogenarios. ¿Qué tristeza saber que ya no tendrán el mismo sabor los brazos gitanos?, ¿a dónde pedirán los necesitados?
Al comunicar la terrible noticia de partida, me dijo Rafael Chaljub Mejía que “imposible, un hombre tan servicial y bueno no debe morirse en esta época de mezquindades y egoísmo”. Por eso mi amigo Cheo para mi no has muerto, por eso mi Español solo te digo hasta luego.
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