Conocí al entonces muy joven Milton Teófilo Morrison Ramírez en mi época de estudiante universitario en el INTEC por el año 1995, él con un par de años delante cursando el grado, muy buen estudiante, al punto que luego fue profesor y director de la Carrera de Ingeniería Eléctrica para la misma alma mater.
Desde esa época le noté ser una persona con formación familiar basada en los mejores valores y principios y con una fuerte convicción de poder contribuir positivamente a la sociedad.
Y cómo no, siendo hijo del gran poeta y escritor Don Mateo Morrison; pero también hermano de Nelson Morrison, a quien conocí siendo su estudiante de Fortran, un profesional de altísimo nivel y respeto, al igual que su hermano Franklin, y los demás a quienes no he tenido oportunidad de conocer, lo cual ratifica que el nido familiar era bastante sólido en su formación integral.
Más tarde me encontré con Milton en marzo del 2019, siendo él uno de los invitados por el Grupo Santo Tomas Moro en las aulas de la PUCMM-RSTA, para dar una charla sobre su participación como laico en la vida pública, en el marco de un Diplomado Sobre Liderazgo Ético en la Vida Pública, que contó con muchas otras destacadas personalidades, y solo por citar algunos: Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, Monseñor Víctor Masalles, Orlando Jorge Mera, Pelegrín Castillo, Víctor Bisonó, entre otros no menos destacados.
Milton, ya antes había agotado cargos relevantes en la administración del 2000-2004, pero también había agotado una exitosa carrera en el ámbito privado, tanto en emprendimiento personal junto a sus hermanos, como en empresas de alto nivel, su último cargo en lo privado como máximo ejecutivo de la Asociación de la Industria Eléctrica Dominicana.
Es producto de la citada charla que me entero de que Milton estaba dando los pasos para formar un partido político que haría posible que los dominicanos que estuviésemos comprometidos con mejorar el porvenir de la nación pudiéramos sumarnos de manera activa y poder asumir roles importantes basados en el mérito y la preparación.
Aquellos que por mucho tiempo habíamos temido entrar en la arena política por la decadente reputación que han adornado a sus actores vigentes y pasados, encontramos un espacio creado por este joven que irradiaba esperanzas y una positividad contagiosa, con su forma llana y sincera de invitar a sumarse a hacer un País Posible para todos los ciudadanos.
Desde ese momento, decidí acompañarle en sus esfuerzos, y durante estos 6 años le he tratado de primera mano y he visto como todo su accionar está basado en lograr los mejores resultados, procurando siempre que la ética, la transparencia y la honestidad sean el norte que acompañen cada acción y decisión.
En un hecho histórico y sin precedentes, has enfrentado la corrupción con una acción directa y concreta desde la función pública, rechazando lo que muchos hubiesen aceptado, negociado y procurado. Esto es lo que hemos anhelado por tantos años muchos dominicanos que deseamos un país decente.
Sigue adelante amigo, que estos ataques que han desatado sobre ti en días recientes, los cuales sabemos provienen de un aquilatado sistema de corrupción que envuelve de alguna manera una parte de cada uno de los sectores del quehacer nacional, no sean más que el combustible que dé más energía para seguir avanzando. Porque sí es posible hacer política de forma decente y procurando el bienestar de todos, y tú eres un ejemplo de esto.
Ing. Johann E. Peña
johannpena@icloud.com
Compartir esta nota