“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su antojo, no la hacen bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias ya existentes, dadas y transmitidas desde el pasado”. (Carlos Marx: 18 Brumario).

Los seres humanos nos realizamos en la historia, expresión de ella, y, por consiguiente, en gran medida, de nuestro pasado. Empero, por fortuna, somos lo que creamos en el futuro. Tenemos que trascender significativamente el presente y el pasado.

Los partidos políticos, principalmente PLD y FP, crearon una narrativa, un relato, cargado de la falacia lógica de la equivalencia. El relato se expandía y de tanto generalizarlo parecía verdad. Estaban haciendo con la problemática de la DEUDA como hicieron con la crisis financiera de los tres bancos. La gente terminó por percibir que Hipólito Mejía fue el culpable de la misma, de una crisis que se gestó a partir de 1986. La estrategia comunicacional fue tan exitosa, que, en su afán de culpabilizar, perdieron el horizonte del protagonista principal de aquel crac desbastador, que todavía hoy, estamos pagando y representan en la actualidad el 12.7% del PIB (Deuda cuasi fiscal del Banco Central).

Estaban creando, ahora, en el imaginario, que la deuda pública de hoy es causa, efecto y consecuencia de la actual gestión gubernamental. Pero, cuál ha sido la verdad para asumir la hermosa frase de Platón “Vamos juntos a cazar la verdad”, o como diría Antonio Machado en su Cantar de los cantares “¿Tu verdad? No. Ven conmigo a buscar la verdad. La tuya, guárdatela”. De eso se trata, veamos:

Los actores políticos que han gobernado, responsables de esta irresponsabilidad, han asumido conceptualmente el hablar de la deuda como si fuese una frase polisémica, en la que tendríamos que resignificar la categoría de DEUDA PUBLICA. Están ahí, glosadas y desglosadas, segregadas, por años y montos en el Banco Central. La elite política, en complicidad y colindancia con la elite empresarial, han preferido comprometer a las generaciones futuras con una deuda que ellos no crearon.

Una deuda irresponsable, pues sabemos que somos, después de Guatemala, el país con la presión tributaria más baja de la región (15-16% del PIB). Desde el 2008, esto es, 17 años, venimos arrastrando déficits por alrededor de 3.2% del PIB, sin que hayamos realizado una reforma fiscal de calado y progresiva. En un país donde el 67% de los impuestos son regresivos y el empresariado evade el ITBIS en un 43% y el Impuesto Corporativo, alrededor de un 62%.

La partitocracia ha sido insensata, irreflexiva, imprudente, ligera, por no haber realizado la reforma fiscal integral y por no poner a pagar a los evasores y delusores. ¡Un crimen abominable, pues nos cobran el ITBIS a los consumidores finales y no lo transfieren a la Dirección General de Impuestos Internos! En la clave del poder por el poder mismo, para regodearse en lo personal y lo particular. Es una parte nodal de la locura del poder. De ahí la poca circulación, de la pírrica movilidad partidaria de la partidocracia política.

En esa modorra tautológica y eterno procrastinar nos encontramos, cuando escuchamos hablar de DEUDA PUBLICA; allí, donde al final, los sectores más pobres, vulnerables y clase media sufren y sufrirán las consecuencias si seguimos con ese discurrir. En este 2025 pagaremos solo de intereses RD$298,000 millones de pesos y en el 2026: RD$322,000 millones. Una sangría que solo con un verdadero torniquete, que es la reforma fiscal, podría disminuir la deuda y tener más capacidad el Estado para invertir en el capital humano. La Estrategia Nacional de Desarrollo, consignada en la Constitución, subrayaba que para el 2021 la presión tributaria debió estar en 21% del PIB.

Los economistas, en su inmensa mayoría apologistas del status quo, solo hablan de gastos de capital, acusa una verdadera importancia. Pero, de que sirve gastar el 50% del presupuesto en gastos de capital cuando los seres humanos languidecen en el costo social humano, ante la ausencia, la falencia, de la inversión en el capital humano. Es el caso de Balaguer con respecto a la educación, salud, los sueldos, agua potable, protección social. Costa Rica tiene 3,000 kilómetros cuadrados más que la República Dominicana, no es la séptima economía de la región, no tiene el grado y nivel de infraestructura que nosotros, sin embargo, su esperanza de vida al nacer es de 80 años y nos llevan casi 100 puntos en desarrollo humano. La mortalidad materna es de 67 y en Dominicana de 107. La mortalidad infantil aquí es de 35 y la costarricense es de 21. La muerte neonatal está en 16 en Dominicana y en Costa Rica en 9.

Hay que asumir un golpe de timón con la deuda como si fuese algo impostergable para el Estado, entendiendo el prorrateo de la culpa, donde los dominicanos no tengamos que abogar por el presente ni mucho menos por ese pasado donde un presidente señaló en Nueva York que tenía RD$40,000 millones para la campaña del 2012 en favor de Danilo Medina Sánchez. Es el déficit fiscal más grande de la historia sin que en la sociedad dominicana ocurriera una crisis, ni nacional ni internacional. Fue de tan hondo calado el déficit que el mismo señor Medina Sánchez se vio abocado a una reforma tributaria y a decir “Que le habían dejado un maletín lleno de facturas”.

¿Cuál es el síntoma dañino que tenemos hoy con respecto a la deuda? Que sigue aumentando y el peso de la acumulación de la deuda: US$60,885 al mes de julio de 2025, donde Leonel y Danilo tomaron US$38,038.3 millones de dólares. Esos compromisos que conllevan pagos del Principal, de Intereses y Comisiones lo que hace dolorosa la deuda. ¿Alguien serio, mínimamente objetivo, me puede decir si los RD$298,000 millones de pesos de este año y los RD$322,000 millones que tendremos que pagar en el 2026 son resultados de las tormentas de deuda de Abinader o de los huracanes de Fernández Reyna y Medina Sánchez?

Veamos el cuadro de pagos de Intereses y Comisiones desde el 2021 al 2026:

Entre el 2021 y 2025 el pago de Intereses y Comisiones de la deuda serían de RD$1,172,241). Si adicionamos los Intereses y Comisiones de la deuda del año 2026, contemplado en el Anteproyecto de Ley del Presupuesto, estaríamos hablando de RD$1,608,750.8.

En el Informe del Ministerio de Hacienda: Informe trimestral sobre la situación y evolución de la deuda de Enero/Marzo del 2025, se establece que para el 2025:

Aplicaciones Financieras: RD$108,120.8, segregadas así:

  • Amortización Deuda Externa: RD$78,977.2 millones.
  • Amortización Deuda Interna: RD$10,525.5 millones.
  • Disminución de Cuentas x Pagar: RD$13,500.0 millones.
  • Incremento Activo Financiero: RD$5,117.7 millones.

Como vemos, en esta parte del 2025 no están señalados ni los Intereses ni las Comisiones, que harían para el 2025 un total de la deuda de RD$405,607.2 millones de pesos, equivalente a 5.18% del PIB.

Es tan difícil para mi generación reconocer que Balaguer, estando en la oposición, no jugaba un rol tan ríspido, tan gris y con tantas pocas luces de la profesionalidad, aun habiendo pasado por el Estado varias veces. Lucen como dos políticos más, no que pasaron por el Estado y sus seguidores parecen fundamentalistas y dogmáticos de los años 60 del siglo pasado. Han querido crear una especie de sociología del deterioro, es como si quisieran imponer en la sociedad dominicana el triunfo de la estupidez. Las elecciones son en el 2028 y se mueven como si estuviese programada para mayo de 2026. Solo hay que ver lo que dijo un ex presidente con el apagón del Aeropuerto y con las visas a los haitianos. También dijeron que cerca de 315,000 y 400,000 niños se quedarían sin escuelas.

Un economista, para “desmentir” al presidente Abinader, que la oposición lo ha puesto reactivo, llevándolo a las canchas de ellos, dijo que el pago de las aplicaciones financieras (principal) fueron tanto. Sin embargo, fue un acto de deshonestidad sin límites y de poca honradez intelectual, “desconociendo” que el pago de la deuda implica: Principal, Intereses y Comisión. Los dirigentes políticos de la sociedad dominicana son parte medular del problema, crean mayor incertidumbre y desconfianza en nuestra formación social. Stanley Kubrick dijo una vez “Si un oficial al mando carece de confianza, ¿Qué puede esperar él de sus hombres?”

Tenemos que otear, vislumbrar un futuro más halagüeño, más inclusivo, con más transparencia y más imperio de la ley. Allí donde el liderazgo de la simulación, el cinismo, la mitomanía y el espectáculo no encuentren espacios ni eco. Es la necesidad de la regeneración como MORENA en México, para renovar la democracia y el impacto de la desafección, la abulia y la apatía no sigan carcomiendo esta democracia de papel.

Cándido Mercedes

Sociólogo

Sociologo. Experto en Gerencia. Especialidad en Gestion del Talento Humano; Desarrollo Organizacional y Gerencia Social y Sociología Organizacional. Consultor e Instructor Organizacional. Catedrático universitario.

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