El senador y precandidato presidencial de Colombia, Miguel Uribe Turbay, murió este lunes 11 de agosto tras más de dos meses de sufrir un atentado que lo mantuvo hospitalizado con graves heridas. El joven político de 39 años era ampliamente conocido por el electorado, pero quien lo señaló como posible sucesor fue el mismo expresidente Álvaro Uribe. Visto como una renovación de la derecha en Colombia, su carrera estuvo marcada por su apellido, al ser nieto del expresidente Julio César Turbay e hijo de la periodista asesinada Diana Turbay.
El político colombiano Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial del partido derechista Centro Democrático, murió a la edad de 39 años tras ser víctima de un atentado, en el que recibió dos tiros en la cabeza y otro en una pierna.
El también senador de la república y firme presidenciable para las elecciones de 2026 fue atacado el pasado 7 de junio mientras hablaba ante simpatizantes en un parque de la capital del país.
Uribe recibió varios disparos –dos en la cabeza– y fue sometido a varias cirugías que no impidieron el fatal desenlace, ya confirmado por parte de las autoridades del país y del hospital donde estuvo internado desde el 7 de junio.
El atentado contra el precandidato despertó una oleada de solidaridad en todo el país, con miles de ciudadanos acercándose a los alrededores del centro hospitalario durante el tiempo que estuvo luchando por su vida.
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En un momento de especial repunte de la violencia en el país, la acción de repudio más contundente fue bautizada como Marcha del Silencio y tuvo lugar el domingo 15 de junio, en la que participaron miles de personas para decir no a la violencia.
La caminata partió del céntrico Parque Nacional de Bogotá, donde una marea de ciudadanos vestidos de blanco o con camisetas de la selección de fútbol se concentró para iniciar la movilización.
Además, la manifestación silenciosa también pidió el cese de los ataques terroristas, que recientemente dejaron al menos ocho muertos y decenas de heridos en el suroeste del país y que fueron atribuidos por las autoridades a las disidencias de las FARC.
Entre la tragedia y una percepción de elitismo
Turbay no es un simple apellido. Su abuelo, con el poderoso nombre de Julio César, ya lo llevó a lo más alto de la política, convirtiéndose en presidente de la república en 1978, pero a lomos del tradicional Partido Liberal colombiano.
El período presidencial de Turbay Ayala coincidió con el crecimiento de la guerrilla del M-19 – a la que perteneció el actual mandatario colombiano, Gustavo Petro,-, así como con el surgimiento de la violencia y el secuestro relacionados con el tráfico ilícito de drogas.
Justamente, uno de los pesos más duros de su infancia fue la trágica muerte de su madre, la célebre periodista Diana Turbay, a manos de Pablo Escobar.
En 1990, en un contexto de marcada violencia por parte de los carteles, Diana Turbay fue secuestrada por el cartel de Medellín y asesinada en medio de una operación de rescate que la misma familia dijo no aprobar.
Perteneciente a la clase más pudiente de Colombia, estudió la carrera de Derecho en la Universidad de los Andes y un máster en la Universidad de Harvard.
Con ese bagaje, sus mensajes eran caldo de cultivo para las llamadas "bodegas" de las redes sociales.
Fue ampliamente criticado por aupar a los colombianos a “trabajar, trabajar y trabajar” o por criticar una reforma tributaria de Petro que, afirmó, afectaría a "la clase media y la clase media alta, esas personas que ganan entre 25 y 60 millones (de pesos)".
Esa declaración generó numerosas críticas en un país en el que el salario mínimo supera apenas los 1,6 millones (unos 390 dólares) y un senador, como él, devenga más de 40 millones (casi 10.000 dólares) al mes.
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Un posible presidente
Un total de tres balas dejaron la vida de Uribe Turbay en el limbo. Y después de los innumerables esfuerzos por salvarle la vida, el que daba agigantados pasos por convertirse en presidente, falleció.
Líder prematuro, con tan solo 40 años habría dirigido un país. De hecho, sus aspiraciones le llevaron a ocupar un asiento en su Bogotá natal, como concejal, a la temprana edad de 26 años y no se desligó de las altas esferas políticas de la capital hasta el año 2022, cuando encabezó la lista del Centro Democrático al Senado, invitado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, y se convirtió en el senador más votado del país con 226.922 votos.
En el camino, una década ocupando importantes cargos en la alcaldía que le valdrían la entrada en la simbólica lista de la organización internacional One Young World: Uribe Turbay formó parte de los 10 políticos jóvenes más influyentes a nivel mundial.
Joven, intrépido y ajedrecista: las tablas de la política fueron su particular campo de batalla y Álvaro Uribe lo vio como su posible sucesor. “Atentaron contra una esperanza de la Patria”, aseguró el exmandatario el día que Turbay fue tiroteado en un parque del barrio Modelia, al occidente de la ciudad.
Azote del presidente Gustavo Petro desde que entró en las bancadas, este niño revelación de la política fue especialmente crítico con el entonces alcalde de Bogotá y lo siguió siendo hasta el último día, como presidente.
Un uribismo que le catapultó y una derecha que le abrió los brazos, como su gran esperanza. Pero esa carta ganadora se disipó con tres disparos.
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Con medios locales
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