Rusia volvió a azotar a la población ucraniana este 27 de agosto con ataques que dejaron más de 100.000 hogares sin electricidad, confirmaron las autoridades locales. Entretanto, y mientras se discuten garantías de seguridad para la nación invadida en una eventual posguerra, el Kremlin rechazó cualquier despliegue de tropas europeas en Ucrania. Sin embargo, el enviado especial de EE. UU., Steve Witkoff, declaró que su Gobierno espera un acuerdo sobre la guerra para finales de este año.
Al menos tres muertos y más de 100.000 hogares sin electricidad es el saldo de los asaltos rusos contra Ucrania en lo corrido de este miércoles 27 de agosto.
Las fuerzas ucranianas indicaron que derribaron 74 de 95 drones durante la madrugada y los equipos de expertos se encuentran trabajando para restablecer los servicios críticos.
Los apagones se desataron luego de que las tropas de Moscú lanzaran embestidas contra seis regiones: Poltava, Chernihiv, Sumy y Járkiv, en el norte, así como Donetsk, en el este y Zaporizhia, en el sur del país.
De la noche del 26 al 27 de agosto, "el enemigo llevó a cabo otro ataque terrorista masivo con vehículos aéreos no tripulados contra la infraestructura civil de Ucrania", señaló el Ministerio de Energía de Ucrania.
Tras lo ocurrido, el presidente Volodímir Zelenski exigió a Estados Unidos que adopte una postura firme contra los continuos ataques de Moscú, mientras los esfuerzos de paz se tambalean.
"Los rusos continúan la guerra e ignoran los llamamientos del mundo para detener las matanzas y la destrucción. Se necesitan nuevas medidas para aumentar la presión sobre Rusia, detener los ataques y asegurar garantías reales de seguridad", declaró el mandatario mediante sus redes sociales.
En Sumy, además, todas las instalaciones de suministro de agua quedaron sin electricidad, pero se han activado los sistemas de emergencia, declaró el jefe de la Administración Militar de la ciudad, Serhii Kryvosheyenko.
En Poltava, el jefe interino de la Administración Militar de la región, confirmó que al menos una instalación del sector energético resultó dañada. "Anoche, el enemigo lanzó un ataque masivo contra la región de Poltava. Se registraron escombros e impactos directos en el distrito de Poltava. Una instalación del sector energético resultó afectada. Un edificio administrativo, vehículos y equipos resultaron dañados", describió el funcionario
El Ministerio de Energía ucraniano calificó estos ataques como una "política deliberada de destrucción de la infraestructura civil de Ucrania en vísperas de la temporada de calefacción".
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“Podríamos llegar a un acuerdo sobre Ucrania hasta el final del año”
En entrevista con ‘Fox News’ y mientras señalaba una “nueva fecha límite” para llegar a un acuerdo que conduzca al fin de la invasión rusa a Ucrania, el enviado de EE. UU., Steve Witkoff, declaró que el Gobierno de Donald Trump espera que el conflicto se resuelva para finales de este 2025.
“El presidente Trump probablemente será necesario terminar el acuerdo (…) Podríamos llegar a un acuerdo sobre Ucrania hasta el final del año”, aseveró Witkoff.
Cuestionado sobre si Kiev debería ceder los territorios que Rusia ha capturado durante la invasión, Witkoff respondió que “solo los ucranianos pueden tomar esa decisión, pero este acuerdo es más complicado”.
Asimismo, el enviado estadounidense confirmó que esta semana se reunirá en Nueva York con representantes de Ucrania y agregó que Washington continúa dialogando con Rusia. "Me reuniré con los ucranianos esta semana. Así que me reuniré con ellos esta semana en Nueva York, lo cual es una gran señal. Hablamos con los rusos a diario", sostuvo el empresario inmobiliario convertido en representante de EE. UU. para mediar ante la guerra rusa en Ucrania y en Medio Oriente.
Witkoff añadió que cree que el presidente ruso, Vladimir Putin, está dispuesto a poner fin a la guerra. "Creo que (Putin) ha hecho un esfuerzo de buena fe para dialogar. Ciertamente lo hizo en la cumbre de Alaska. Pero es un conflicto muy complejo", remarcó.
Sus declaraciones llegan tras la cumbre entre Trump y Putin en Alaska, el pasado 15 de agosto, y una reunión con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, así como con líderes de la OTAN y europeos, en la Casa Blanca el 18 de agosto.
Tras estas reuniones, Trump anunció que Zelenski y Putin mantendrían una reunión bilateral antes de una reunión trilateral en la que también participaría el líder de la Casa Blanca.
Pero en los últimos días ese posible acuerdo se ha dilatado en medio de las exigencias de las dos partes: el mandatario ucraniano exigió garantías de seguridad en una posguerra antes de cualquier cara a cara con el líder del Kremlin y Moscú señaló que debe tener poder de veto ante cualquier acuerdo entre los aliados para la defensa de Kiev.
Rusia rechaza eventual despliegue de tropas occidentales en Ucrania
La definición de garantías de seguridad para la nación invadida en un periodo de posguerra marca la ruta para un posible acuerdo, pero, mientras Ucrania y sus aliados europeos barajan soluciones y Trump asegura estar dispuesto a respaldarlas, Rusia vuelve a fijar obstáculos.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, mostró su rechazo enfático frente a cualquier despliegue de tropas europeas en Ucrania, al señalar que implicaría la presencia de la OTAN, a lo que Moscú se ha opuesto durante años. De hecho, la extensión de la organización político-militar hacia sus fronteras fue una de las situaciones con las que justificó la orden de invasión a su vecino país, el 24 de febrero de 2022.
"Desde el principio, el avance de la infraestructura militar de la OTAN y su infiltración en Ucrania probablemente podrían considerarse una de las causas fundamentales del conflicto que surgió (…) Por lo tanto, tenemos una actitud negativa hacia estas conversaciones", sostuvo Peskov este 26 de agosto.
La nación invasora, además, remarca que debería ser uno de los "garantes" de la seguridad de Ucrania.
Si bien no todas las naciones de la OTAN ni de Europa respaldan la posibilidad de desplegar tropas en suelo ucraniano como forma disuasiva para prevenir otra invasión rusa en el futuro, algunas naciones sí se han manifestado a favor de ese panorama. Es el caso de Reino Unido y Francia.
El pasado marzo, el presidente francés, Emmanuel Macron, propuso el despliegue de "unos pocos miles de soldados por nación", en referencia a los aliados occidentales, para que sean estacionados en lugares clave como Kiev, la capital, Lviv, en el occidente y en la frontera con Polonia-miembro de la OTAN-, u Odessa, en el sur del territorio ucraniano.
Y es que el líder del Elíseo insiste en la necesidad de "garantías sólidas o de lo contrario volveremos al punto de partida", como declaró recientemente a TF1/LCI.
Otras naciones como Eslovaquia y Hungría muestran sus reservas ante lo que sería una especie de misión de paz internacional en Ucrania.
Todas las partes coinciden en que las garantías de seguridad para Ucrania deben formar parte de cualquier acuerdo de paz, pero discrepan fundamentalmente sobre su forma.
Con Reuters y medios locales
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