Los colegios electorales en Guinea-Conakry cerraron tras una jornada de elecciones presidenciales que busca sellar un proceso de transición del poder para restaurar el orden constitucional en el país, luego de cuatro años desde el golpe de Estado del 5 de septiembre de 2021.
En ese sentido, el general Mamady Doumbouya, presidente de transición y líder de la junta militar que dirige al país desde la insurrección, busca en esta votación consolidar su mandato con legitimidad democrática.
De los más de 14,5 millones de guineanos, unos 6,8 millones de electores estaban llamados a las urnas para elegir a su próximo jefe de Estado en unos 17.000 centros de votación que abrieron oficialmente a las 7:00, hora local.
Por su parte, las autoridades anunciaron el cierre temporal de fronteras y restricciones de viaje en todo el país, mientras desplegaron más de 11.600 policías para garantizar la seguridad de la votación, que transcurrió en calma, tres meses después de la aprobación de una nueva Constitución y en medio de un clima de represión contra los grupos disidentes.
Estas elecciones tuvieron lugar un día después de que las fuerzas de seguridad neutralizaran el sábado a un grupo armado en la capital, Conakry, con “intenciones subversivas que amenazan la seguridad nacional”, según informaron las autoridades.
El presidente de esta nación africana se elige por sufragio directo en un sistema de doble vuelta electoral: si en la primera ronda ningún candidato alcanza la mayoría absoluta (más del 50% de los votos), se celebra una segunda jornada electoral entre los dos más votados.
El general Doumbouya, de 41 años, era el favorito en estas elecciones, en las que se enfrentó a otros ocho candidatos, que en su mayoría carecían de respaldo político y no confrontaban de manera directa a la junta militar, tras la exclusión de más de 50 aspirantes.
Dicho eso, uno de los antecedentes más importantes de estos comicios es la aprobación de una nueva Constitución, tras un referéndum celebrado el pasado septiembre.
El texto, que fue respaldado con cerca del 89% de los votos y boicoteado por la oposición, aspira a restablecer el orden constitucional que se quebró con el golpe de Estado de 2021. Entre sus cambios más significativos destaca la ampliación del mandato presidencial de cinco a siete años, dando luz verde a una única reelección.
Una jornada decisiva para el futuro constitucional del país
Como se mencionó anteriormente, estas elecciones marcan la culminación de un proceso de transición que comenzó tras el derrocamiento del entonces presidente Alpha Condé por parte de Doumbouya en el golpe de Estado.
La restauración de la constitucionalidad es crucial para el rumbo de Guinea, ya que, a pesar de ser un país rico en recursos minerales, más de la mitad de sus 15 millones de habitantes padecen niveles récord de pobreza e inseguridad alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos.
“Esta votación es la esperanza de los jóvenes, especialmente de los desempleados”, dijo Idrissa Camara, un joven de 18 años residente de Conakri, quien afirmó haber estado desempleado desde que se graduó de la universidad hace cinco años.
“Me veo obligado a hacer trabajos esporádicos para sobrevivir. Espero que esta votación mejore el nivel y la calidad de vida en Guinea”, añadió.
Con AP y EFE
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