El Gobierno israelí volvió a apuntar hacia el enclave este 11 de marzo con un ataque contra el corredor de Netzarim, donde murieron al menos cuatro personas que estaban retirando piedras de la carretera de Salah al Din, mientras el ejército dijo haber detectado a "varios terroristas" realizando "actividades sospechosas". Por su parte, Hamás afirmó que si persiste el bloqueo de ayuda humanitaria en la Franja estallará la hambruna.
Siguen los ataques del Gobierno de Israel hacia la población palestina, pese a estar en vigor un alto el fuego desde el 19 de enero. Este martes, el ejército israelí mató al menos a cuatro personas, entre ellas dos hermanos, en un ataque contra el corredor de Netzarim, una carretera artificial construida por el Ejército que divide la Franja.
Según dijo el portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmoud Basal, las víctimas eran palestinos que estaban retirando piedras de la carretera de Salah al Din, que conecta el norte con el sur de Gaza y que miles de gazatíes han utilizado desde la entrada en vigor del alto el fuego para regresar a sus hogares.
En cambio, el Ejército de Israel apreció que los sujetos eran "varios terroristas" realizando "actividades sospechosas" cerca de las tropas israelíes en el centro de Gaza.
"Una aeronave de la FAI (Fuerza Aérea de Israel) atacó a los terroristas", aseguró el Ejército, que no dio detalles sobre el número de víctimas.
Desde que el alto el fuego dio comienzo, el gobierno israelí ha violado el alto el fuego hasta en 85 ocasiones, a juzgar por los muertos que se acumulan desde que se firmó el pacto, en cifras facilitadas por el ministerio de Sanidad gazatí.
En Cisjordania, donde el alto el fuego no aplica, las matanzas y operaciones militares siguen al orden del día. Cinco palestinos, entre ellos una mujer de 60 años, murieron a manos de las fuerzas israelíes en Jenin en las últimas 24 horas, según informó la misma Autoridad Palestina, sumándose así al creciente número de víctimas de una de las mayores operaciones vistas en Cisjordania en años.
La operación en Cisjordania ocupada se ha saldado con decenas de miles de palestinos que han tenido que huir de sus hogares, mientras las tropas israelíes han arrasado campos de refugiados en Jenín y alrededores, demoliendo casas e infraestructuras, incluidas carreteras y tuberías de agua.
Para Israel, "se trata del derecho a la autodefensa", dijo Sharen Heskel, viceministra, en una rueda de prensa con medios internacionales celebrada en Jerusalén.
¿Se nos permite defendernos de las organizaciones terroristas que atacan y cometen actos asesinos contra nuestros civiles?", preguntó Sharen Heskel.
Al menos 40.000 personas han sido desplazadas forzosamente por esta operación, según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), lo que ha hecho de estos campamentos zonas desiertas casi completamente.
Riesgo de hambruna
El bloqueo de ayuda humanitaria es total. Mientras Israel admitió que se trata de una maniobra para ejercer presión y arma negociadora en las conversaciones que se producen en Doha y El Cairo, Hamás pronuncia la palabra hambruna para definir el futuro próximo del enclave.
Ya van diez días sin la entrada de camiones con ayuda esencial para dos millones de personas. Por ello, la organización islamista Hamás advirtió este martes en un comunicado de que estallará la hambruna si persiste el bloqueo israelí.
Según denuncia el grupo, "la ocupación sionista continúa cerrando completamente los cruces de la Franja de Gaza, impidiendo la entrada de ayuda humanitaria y materiales básicos, lo que aumenta el sufrimiento de más de dos millones de palestinos"
También agregan que esta decisión ha supuesto una subida de los precios de alimentos en Gaza.
El texto original del acuerdo alcanzado entre ambas partes destaca el compromiso de Israel de abrir los pasos fronterizos y permitir la entrada diaria de unos 600 camiones con ayuda –60 de ellos con combustible– a Gaza.
Finalmente, Hamás concluye su nota pidiendo a los mediadores que presionen a Israel para que "cumpla sus compromisos y garantice el flujo de la ayuda y poner fin a la política de castigo colectivo".
Israel envió una delegación a la capital catarí, Doha, para seguir las conversaciones sobre el alto el fuego, y los dirigentes de Hamás concluyeron una ronda de conversaciones en El Cairo a principios de esta semana.
Sin embargo, no hay indicios de que se hayan producido avances para resolver las disputas que amenazan con una vuelta al conflicto armado.
Con Reuters y EFE
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