Los combates entre Camboya y Tailandia se intensificaron a lo largo de su frontera en disputa. Los dos países, que se culpan mutuamente de haber iniciado nuevos enfrentamientos, afirman que no cederán en la defensa de su soberanía.
El ex primer ministro camboyano Hun Sen anunció el martes 9 de diciembre que su país había “respondido” en el marco de los enfrentamientos fronterizos con Tailandia, que se reanudaron el domingo por la noche, menos de dos meses después de un acuerdo de alto el fuego.
“Después de haber mostrado paciencia durante más de 24 horas para respetar el alto el fuego y para tener tiempo de poner a la población a salvo, respondimos ayer (lunes) por la noche”, escribió en Facebook el influyente exdirigente.
“Nuestras fuerzas deben combatir en todos los lugares donde el enemigo haya atacado. Ahora volvemos a luchar para defendernos”, añadió, invitando a las tropas camboyanas a “destruir las fuerzas enemigas”.
Las autoridades camboyanas informaron el martes sobre un nuevo balance de seis víctimas civiles.
Por su parte, el ejército tailandés anunció la muerte de otros dos soldados en estos enfrentamientos, con lo que el balance asciende a tres soldados muertos y 29 personas heridas desde la reanudación de los combates.
“En total, tres soldados han muerto, uno el 8 de diciembre y dos el 9 de diciembre”, precisó el ejército en un comunicado.
Mandos militares tailandeses narraron enfrentamientos en cinco provincias fronterizas y esperan concluir pronto una operación dirigida por la Marina en la provincia de Trat para expulsar a soldados camboyanos. Señalaron que Camboya estaba utilizando artillería, lanzacohetes y drones lanzabombas para atacar a las fuerzas tailandesas.
El ministerio de Defensa de Camboya acusó a Tailandia de cometer "acciones brutales e ilegales", afirmando que desde el lunes nueve civiles habían muerto y 20 resultaron gravemente heridos
El ministro de Exteriores de Tailandia afirmó que cualquier propuesta de alto el fuego en Camboya deberá ser evaluada por las fuerzas armadas tailandesas antes de que Bangkok adopte una posición oficial.
Ambos países aseguraron haber evacuado a cientos de miles de personas de las zonas fronterizas.
El Ejército de Tailandia, por su parte, informó que se han instalado casi 500 refugios temporales en cuatro provincias fronterizas, donde se alojan 125.838 personas.
La embajada de China en Tailandia emitió un comunicado en el que aconseja a sus ciudadanos evitar viajar a las áreas de conflicto situadas en la frontera tailandesa-camboyana.
Alto el fuego suspendido
La reanudación de los combates inquieta a la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, y la Unión Europea llamaron el lunes a ambos países a la “desescalada” y a “la máxima contención”.
En julio, cinco días de combates terrestres y aéreos dejaron 43 muertos y obligaron a unas 300 000 personas a evacuar a ambos lados de la frontera. Los dos países vecinos del sudeste asiático firmaron el 26 de octubre un acuerdo de alto el fuego, bajo los auspicios del presidente estadounidense Donald Trump, pero ha sido suspendido.
Las dos partes se comprometieron a retirar sus armas pesadas, desminar las zonas fronterizas y proseguir el diálogo, pero nada se ha resuelto en el fondo.
El conflicto se basa en un antiguo diferendo sobre el trazado de ciertas partes de su frontera, de 800 kilómetros de longitud, que se remonta a la época de la colonización francesa.
’Aranceles no deben forzar la paz'
El ministro de Exteriores tailandés afirmó el martes que la amenaza de aranceles no debería utilizarse para presionar a Tailandia a iniciar conversaciones con Camboya y detener los nuevos enfrentamientos fronterizos.
"No creemos que los aranceles deban utilizarse para presionar a Tailandia para volver a la declaración conjunta, para volver a un proceso de diálogo", dijo Sihasak Phuangketkeow en una entrevista en Bangkok, en la que además aseguró que la situación no es propicia para una mediación de terceros.
Se refiere a la intervención previa del presidente de los Estados Unidos quien advirtió a los líderes de los dos países que suspendería sus negociaciones con Washington para reducir los aranceles comerciales si no detenían los combates y, por esto, se logró la firma de un acuerdo de paz, que no se está cumpliendo.
Trump no se pronunció inmediatamente sobre la reanudación de los combates, pero el presidente está "comprometido con el mantenimiento del cese de la violencia y espera que los gobiernos de Camboya y Tailandia cumplan plenamente sus compromisos para poner fin a este conflicto", dijo el lunes un funcionario de su gobierno.
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