Juancito Rodríguez acaudalado hacendado cibaeño, pudo contemporizar con Trujillo, pero no resistió continuar inmerso en el valle de abyección que el tirano imponía a los dominicanos, enrumbando sus pasos hacia el exilio militante. No descansó hasta el último de sus días en los aprestos para extirpar la tiranía, que mantenía en total aflicción a la sociedad dominicana.
El teniente coronel de la policía Luis Arzeno Colón (quien llegó a ser jefe de la Policía) en octubre de 1945 enviaba a Trujillo un “Memorándum confidencial” en torno a las actividades antitrujillistas en La Vega. En un grupo que estaba clasificado en “observación” se ubicaba a Juancito Rodríguez que ya había salido del país, refería la nota su partida tenía como motivo la confiscación de tierras de su propiedad, este será el argumento utilizado para tratar de desnaturalizar su radical oposición al régimen, resaltaba se llevó 250,000 y un cheque de crédito en blanco, añadiendo:
[…] También habló mucho contra el Gobierno y dijo que no volvería mientras el generalísimo Trujillo sea presidente.
Los enemigos del Gobierno están explotando la ausencia de Juancito, como un filón precioso de propagandas subversivas y han hecho circular las siguientes, muy especialmente en los campos:
- Que Juancito llevó dinero para adquirir armas que sirvan para un movimiento revolucionario que se iniciaran dentro de uno o dos meses;
- Que por Barahona introdujeron armas para el movimiento revolucionario que se avecina;
- Que los yanquis están contra la reelección del Generalísimo Trujillo;
- Que Juancito, volara hoy o mañana a La Habana, y al terminar el mes volará a México, donde tiene un hijo hace años.
(esto está debidamente investigado por mí, y es completamente cierto). (Bernardo Vega. La vida cotidiana dominicana través del archivo particular del generalísimo. Fundación Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1986. p. 180).
Era un secreto a voces en La Vega que Juancito volvería con una expedición armada a luchar contra la tiranía, y muchos ciudadanos estaban atentos para integrarse al movimiento armado antitrujillista. Juancito de inmediato se entregó a esa labor transcendental para la necesaria terapia de la patria. Fue de los lideres del fracasado intento de invasión patriótica de Cayo Confites, y las gestas de Luperón, Constanza, Maimón y Estero Hondo.
En la convocatoria patriótica de Cayo Confites en 1947 fue de sus principales comandantes. Dispuso de buena parte de sus bienes para este proyecto, que fracasó cuando Trujillo logró sobornar al jefe del ejército cubano, general Genovevo Pérez Damera, y el campamento de Cayo Confites fue disuelto.

Se estima que Juancito Rodríguez invirtió de 300,000 a 600,000 pesos en la frustrada expedición. (Humberto Vázquez García. La expedición de Cayo Confites. Archivo General de la Nación. Santo Domingo, 2014. p. 46).
El historiador y maestro José Antinoe Fiallo reveló que su padre Antinoe, de los lideres de la resistencia interna, cumplió la arriesgada misión de llevarle a Juancito cincuenta mil dólares que tenía escondido en el país, y eran necesarios para la organización de la expedición. Con la colaboración de médicos se usó el pretexto que Antinoe tenía una enfermedad que no se podía tratar en el país y se le permitió la salida. Su esposa arregló el dinero dentro de una corbata y Antinoe pudo pasarlo de manera desapercibida por el aeropuerto. En esos tiempos no existían máquinas para detectar dinero.
Doña Conina Mainardi, incansable luchadora antitrujillista, apuntó que pese al inminente fracaso de la expedición de Cayo Confites, Juancito Rodríguez insistió en la necesidad de venir a combatir la satrapía: “Sale Juancito Rodríguez en un gesto de desesperación y de exaltado patriotismo y decide que la expedición no se frustra, que la expedición va a Haití, que hay que meterse por Haití a la República Dominicana, cueste lo que cueste”. (Carolina Mainardi.(Doña Conina) Obra citada pp. 130-131).
Como represalia Trujillo ordenó apresar a una joven hija de Juancito Rodríguez, estudiante de término de medicina, que todavía permanecía en el país, María Mercedes Rodríguez Vásquez. Originalmente fue conducida al presidio de Nigua y luego sufrió prisión domiciliaria. Trujillo amenazó con ejecutarla por las actividades opositoras de su progenitor. (Félix A. Mejía. Viacrucis de un pueblo. Relato sinóptico de la tragedia dominicana bajo la férula de Trujillo. Segunda edición. Editorial Jus, S. A. México, 1960. p. 414. Charles D. Ameringer. La Legión del Caribe. Patriotas, políticos y mercenarios, 1946-1950. Academia Dominicana de la Historia. Santo Domingo, 2015. p. 117).
María Mercedes Rodríguez fue ubicada en abril de 1947 como frecuente visitante de la residencia de Carmen Natalia Martínez Aybar, de los líderes de la opositora Juventud Democrática. (Bernardo Vega. Un interludio de tolerancia. El acuerdo de Trujillo con los comunistas en 1946. Fundación Cultural Dominicana. Santo Domingo, 1987. p. 390-391).
Finalmente, en un acto de demagogia, la joven fue puesta en libertad, y en opúsculo intitulado Trujillo perdona, coordinado por Félix W. Bernardino, aparece una foto de la dama; fue desterrada a La Habana, imputada de pertenecer a los expedicionarios de Cayo Confites. (Trujillo perdona. Publisher. Azteca Press, 1952. p. 3).
Juancito Rodríguez y sus compañeros lograron rescatar parte del armamento de Cayo Confites y obtuvieron la colaboración del presidente progresista de Guatemala, Juan José Arévalo, y pasaron a entrenarse en ese país para retomar la idea de la oposición armada contra la tiranía.
Tulio H. Arvelo héroe de la invasión patriótica de Luperón en 1949, apuntó en sus memorias sobre la gesta, que a través de Antonio Román Duran, médico español antitrujillista, se enteró que Juancito Rodríguez organizaba un nuevo proyecto de repatriación armada, a la que se integró de inmediato. (Tulio H. Arvelo. Cayo Confites y Luperón. Memorias de un expedicionario. Editora UASD. Santo Domingo, 1981. p. 120).
La actividad patriótica fue planificada por la vía área, dos aviones y un hidroavión, que salieron a combatir el 19 de junio de 1949 por adversidades los aviones fueron detenidos en la isla de Cozumel, México, mientras trataban de reabastecerse de combustible, en uno de ellos viajaba Juancito Rodríguez. Solo logró llegar al país el hidroavión, que amarizó en Luperón, Puerto Plata. Aunque breve, fue la primera invasión patriótica contra el trujillato.
La tiranía en su célebre Libro blanco del comunismo, describía la acción patriótica de la siguiente manera:
“El plan de los sediciosos, como se ha dicho, era audaz; seis aviones, cargados de hombres y material de guerra, literatura subversiva, etc., aterrizarían en distintos puntos de la República. Dos en la costa norte de la República con expedicionarios al mando del “Coronel” Horacio Julio Ornes Coiscou, dos en un sitio seleccionado del valle de La Vega, con hombres al mando del “General” Juan Rodríguez García (Juancito) y dos en algún punto del Sur de la República, posiblemente en San Juan de la Maguana, al mando del ”General” Miguel Angel Ramírez”. (Libro blanco del comunismo en la República Dominicana. Editora del Caribe. Santo Domingo (C. T.) 1956. p. 140).
En realidad, fueron dos aviones y un hidroavión.
Cuando se produce la convocatoria para la invasión patriótica del 14 de Junio de 1959, que llegó por Constanza, Maimón y Estero Hondo, de nuevo se moviliza Juancito Rodríguez, su edad septuagenaria, le impedía ser un combatiente. No obstante, se vinculó de manera directa con el movimiento patriótico y fue miembro del Comité Organizador de la actividad en calidad de consejero de la dirección central.
Aunque militarmente la repatriación armada fue neutralizada por la tiranía, como estableció el himno del 14 de junio, los héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, con su sangre noble encendieron la llama augusta de la libertad. Dos años después de esta inolvidable acción patriótica la tiranía fue extirpada.
Lamentablemente Juancito Rodríguez se deprimió ante el sangriento revés de los héroes, incluyendo a su hijo José Horacio Rodríguez caído en la gesta, lo que provocó que se suicidará. Gloria eterna al intenso héroe nacional Juancito Rodríguez.
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