El Proyecto de Presupuesto General del Estado para el año 2026 vuelve a abrir la discusión sobre el uso, la eficiencia y la sostenibilidad del gasto público en la República Dominicana. Con ingresos estimados por RD$1,342,258 millones de los cuales el 99.8% corresponde a ingresos corrientes, el Gobierno Central proyecta un crecimiento de 8.1% respecto a 2025, sustentado en supuestos optimistas: mejoras en la recaudación, disminución de la evasión fiscal y un entorno favorable en los precios del oro y el petróleo. La ausencia de una reforma tributaria integral vuelve a generar dudas sobre la capacidad real de alcanzar estas metas.
Sin embargo, el nivel de gasto supera ampliamente los ingresos. El Presupuesto del Gobierno Central, 2026 prevé erogaciones por RD$1,622,833 millones, lo que crea un déficit financiero de RD$280,575 millones, equivalente al 3.2% del PIB. Para cubrirlo, se requerirá financiamiento neto por igual monto, sustentado en RD$401,767 millones de fuentes financieras brutas, de los cuales RD$118,201 millones provendrán del mercado interno y RD$283,566 millones del financiamiento externo. De este total, RD$121,192 millones se utilizarán para amortización de deuda, pago de cuentas por pagar y adquisición de activos financieros, reflejando el peso estructural del endeudamiento en las finanzas públicas.
La composición del gasto mantiene la misma rigidez que ha caracterizado los últimos años: el 86.8% del presupuesto corresponde a gastos corrientes, mientras que la inversión pública apenas alcanza un 13.2%, equivalente al 2.5% del PIB. Dentro de los gastos corrientes, el 38.6% corresponde a consumo público, 30.2% a transferencias, 7.2% a prestaciones sociales y un imponente 23% al pago de intereses de la deuda pública, cuyo monto RD$324,257 millones—se acerca al presupuesto completo destinado a Educación. Este comportamiento evidencia una estructura fiscal muy comprometida, donde los costos financieros desplazan la capacidad de invertir y transformar.
En materia de inversión, el 33.2% se dirigirá a adquisición de activos fijos, 33.9% a transferencias de capital y 30.5% a obras en proceso, muchas de ellas arrastrando años de retrasos. La percepción ciudadana es clara: buena parte de la inversión pública anunciada no se materializa en tiempo ni forma, y la calidad de la ejecución continúa siendo una deuda pendiente del Estado dominicano.
El presupuesto sigue siendo rígido y limitado, pero existen espacios para mejorar.
Desde la óptica funcional, el 45.5% del presupuesto se destina a Servicios Sociales, seguido por el servicio de la deuda, Servicios Generales, Servicios Económicos y la protección del medio ambiente, que apenas recibe RD$15,653 millones. En el gasto social, Educación concentra el 44.4%, seguido por Protección Social (26%) y Salud (22.9%). A pesar de ello, importantes áreas de atención crítica siguen sin recursos suficientes, como el drenaje pluvial del Gran Santo Domingo, un problema urbano y ambiental que nuevamente queda fuera de las prioridades de inversión.
OJO. Uno de los temas más debatidos del proyecto presupuestario es el gasto tributario las exenciones, subsidios y beneficios fiscales que asciende a RD$393,541 millones, equivalentes al 4.54% del PIB. Este monto supera por sí mismo el déficit fiscal estimado. La racionalización parcial de estas exenciones permitiría reducir el endeudamiento, aumentar la inversión pública o financiar alivios tributarios para los trabajadores sin afectar la estabilidad fiscal.
A lo anterior se suma la decisión del Gobierno de no indexar la escala del Impuesto Sobre la Renta conforme a la inflación acumulada. Esto implica que más de 764 mil trabajadores tributarán más sin haber incrementado su poder adquisitivo, una forma de presión fiscal silenciosa que afecta directamente a la clase media y baja. La falta de actualización de la escala provoca un aumento automático de la carga tributaria y profundiza la desigualdad impositiva.
El debate sobre cómo financiar la indexación salarial sin afectar el equilibrio presupuestario es legítimo y necesario. Una fuente realista y responsable podría provenir del gasto tributario, particularmente a través de la reducción de las pérdidas eléctricas, tal como establece el Pacto Eléctrico.
Las distribuidoras eléctricas pierden cada año entre US$1,000 y US$1,200 millones entre pérdidas técnicas y no técnicas. Si el Gobierno cumpliera las metas del Pacto Eléctrico postergadas desde 2021y lograra reducir estas pérdidas en apenas US$250 millones anuales (equivalentes a cerca de RD$15,000 millones), el país obtendría recursos suficientes para financiar la indexación salarial sin tocar ninguna partida del Presupuesto 2026.
Este ahorro no implicaría recortes, sino mejoras en eficiencia, reducción de fraudes y cumplimiento de acuerdos pactados. Es una solución fiscalmente neutra, económicamente racional y socialmente justa y lo más importante: no generaría presiones inflacionarias ni desbalances adicionales.
El presupuesto sigue siendo rígido y limitado, pero existen espacios para mejorar.
El Presupuesto del Gobierno Central del 2026 reafirma los desafíos estructurales que enfrenta la República Dominicana: alto gasto corriente, carga creciente de la deuda, baja inversión pública y dependencia de supuestos de ingresos difíciles de cumplir. Sin reformas fiscales y sin una revisión profunda del gasto tributario y no tributario, la sostenibilidad del modelo se mantiene frágil.
Sin embargo, existen alternativas viables para dar alivio a los trabajadores y mejorar la justicia fiscal. La indexación salarial es posible. El país tiene espacio para financiarla si decide cumplir acuerdos, mejorar la eficiencia energética y racionalizar exenciones. En un contexto de presiones económicas, la discusión pública debe girar hacia cómo usar mejor los recursos existentes, no solamente hacia cómo recaudar más.
***
La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jesusgeraldomartinez@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram
Compartir esta nota
