La titular de la Dirección de Desarrollo Social Supérate, Gloria Reyes, enfatizó la importancia de la agricultura familiar como motor de inclusión económica, sostenibilidad ambiental y reducción del hambre en la República Dominicana. Señaló, que la erradicación del hambre y la pobreza rural constituye una prioridad de Estado.
Explicó cómo la entidad estatal impulsa proyectos que combinan protección social, productividad y sostenibilidad, como las Casas Sombra, cooperativas lideradas por mujeres y jóvenes, y programas de capacitación y acceso a mercados.
La directora resaltó que estas experiencias forman parte de la hoja de ruta rumbo al hambre cero 2028, construida con 30 instituciones nacionales y el acompañamiento técnico de organismos internacionales como FAO, BID y Banco Mundial.
Explicó que las estrategias buscan aumentar la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, fortalecer la agricultura familiar, mejorar la conectividad rural y asegurar la sostenibilidad financiera del sector agroproductivo y social.
Reyes estuvo acompañada por la agricultora Ámbar Rijo, representante del Proyecto Casa Sombra María Ruiz, en La Altagracia; Anthony Franco, encargado de Agricultura Familiar de la DDSS, y Luis Yanuel Cordero, especialista en protección social y juventud, seleccionado e invitado por la FAO.
Rijo compartió su testimonio sobre la experiencia de las mujeres rurales en la agricultura familiar, quien señaló que el trabajo en el proyecto les permite generar ingresos adicionales sin tener que abandonar sus hogares ni a sus hijos.
“Poder colaborar y ser útil a la sociedad es algo muy grande y muy grato para nosotras, abrir este mercado a la mujer del campo ha sido un gran logro. Antes, no sabíamos qué hacer con nuestra producción, hoy podemos vender directamente al mercado turístico, asegurando productos de calidad para nuestras mesas y nuestras familias”, afirmó.
Destacó que el proyecto ha permitido producir ajíes y tilapia, alcanzando 42,000 libras de tilapia en el año.
“Ver que sí se puede sostener nuestras mesas y nuestras familias sin abandonar la tierra, nos llega al corazón. Esta experiencia demuestra que con acompañamiento y oportunidades, la agricultura familiar transforma vidas”, agregó.
Reyes subrayó la relevancia de la transición generacional del campo y la formación de jóvenes rurales, afirmando que no hay hambre cero sin agricultura familiar, ni agricultura familiar sin jóvenes en el campo. Concluyó, destacando que cuando un joven rural cultiva la tierra, no solo siembra alimentos, siembra futuro.
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