Este 27 de septiembre es el Día Mundial del Turismo, cuyo lema es “Turismo y transformación sostenible” poniendo énfasis en cómo la industria de viajes puede ser un agende cambio para las comunidades.
De hecho, la directora de Iniciativas Provinciales del Ministerio de Turismo (Mitur), Yira Vermont, destacó que el turismo sostenible es la vía para impulsar el desarrollo económico de las comunidades del interior del país y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030.
“El turismo es una actividad económica noble, con poder para erradicar la pobreza. Si se desarrolla de forma sostenible, garantiza que las generaciones actuales y futuras puedan vivir de los mismos recursos”, explicó Vermont.
Añadió que esta visión no se limita al sol y la playa, sino que integra montañas, ríos, cultura, gastronomía y comunidades locales.
Vermont señaló que provincias como Espaillat cuentan con recursos naturales únicos como montañas verdes, ríos turquesa, gastronomía local y comunidades organizadas que las convierten en destinos ideales para un turismo de aventura de calidad, con derrama económica directa y menor intermediación.
“Este tipo de viajero busca conectar con la gente local, conocer su cultura e interactuar con la naturaleza”, indicó.
De acuerdo con la funcionaria, este modelo no solo diversifica la oferta y descentraliza los destinos tradicionales de sol y playa, sino que también incentiva la conservación.
“Antes, muchas personas talaban árboles; ahora entienden que mantener el bosque vivo y los ríos limpios atrae visitantes una y otra vez, generando ingresos estables”, dijo.
El turismo especializado, como el avistamiento de aves, es un ejemplo del potencial de los territorios rurales. Vermont explicó que este segmento atrae turistas de alto gasto que permanecen varios días en zonas del interior y luego complementan su viaje con destinos de playa, ampliando su conocimiento del país y fortaleciendo la industria turística.
“El turismo sostenible no es un tipo de turismo, es la única forma de realizar cualquier actividad económica, incluida la turística”, concluyó Vermont, subrayando que este enfoque hace más inclusiva la industria, incrementa el gasto por visitante y contribuye al crecimiento del Producto Interno Bruto del país.
El impulso al turismo sostenible permite descentralizar los destinos tradicionales de sol y playa al dirigir flujos de visitantes hacia comunidades del interior del país.
Esto contribuye a reducir la presión sobre polos turísticos consolidados y, al mismo tiempo, canaliza inversión y oportunidades hacia territorios históricamente rezagados.
Con ello, los beneficios del turismo se distribuyen de forma más equilibrada y se estimula la creación de empleo y microempresas locales.
Además, este modelo diversifica la oferta turística nacional al incorporar actividades como senderismo, avistamiento de aves, gastronomía rural, rutas culturales y experiencias comunitarias.
Esta variedad de productos permite captar a viajeros con intereses más amplios que el sol y la playa, alargando la estadía promedio y aumentando el gasto diario por visitante.
De este modo, se construye una industria menos vulnerable a la estacionalidad y más competitiva en mercados internacionales.
El turismo sostenible también hace la industria más inclusiva, al integrar de manera activa a emprendedores, cooperativas y pequeños negocios de las comunidades receptoras. Al generar ingresos directos sin grandes intermediarios, fortalece la economía local y fomenta la preservación de los recursos naturales y culturales.
Con una planificación adecuada, se convierte en un motor para la igualdad de oportunidades y el bienestar comunitario, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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