No existe ninguna restricción fonológica que impida que una palabra pueda incluir las cinco vocales del español. Con relación a esto, suele decirse que murciélago es el único caso donde se da la concurrencia de /a, e, i, o, u/. Sin embargo, no es cierto. Existen varias decenas de palabras que ilustran esta misma peculiaridad fonética. Aquí se presentan varios ejemplos:
abuelito, adulterio, Aurelio, auténtico, comunicante, curiosear, deducíamos, ecuación, educación, enunciado, euforia, murciélago, neumático, peliagudo, perturbación, repudiado, simultáneo.
Otras curiosidades fonéticas del español son las siguientes:
La palabra oía tiene tres sílabas con solo tres sonidos, sin necesidad de consonantes.
La palabra electroencefalografista (‘el que estudia la interpretación de los electroencefalogramas’) es la más larga de todas las registradas en el diccionario de la Real Academia Española.
Y de tipo ortográfico:
La palabra pedigüeñería (‘condición del que pide con frecuencia, importunidad e insistencia’) contiene las cuatro marcas gráficas que una letra puede tener en español: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, el acento gráfico y el punto sobre la i.
¿Se dice ‘En Canadá nieva mucho’ o ‘En Canadá neva mucho’?
Lo correcto es En Canadá nieva mucho. El error de decir neva mucho ocurre incluso en el habla de personas con educación, no solo en la República Dominicana, sino también en otros países de habla hispánica. Nevar es un verbo irregular que se conjuga según el modelo de acertar o perder, en los que la vocal /e/ diptonga en ie cuando recibe el acento. Por eso se dice él acierta, tú pierdes, pero ella acertó, tú perdiste. Del mismo modo, son formas apropiadas de nevar, nevará, nevó, pero nieva, porque el acento cae sobre la /e/, igual que en el sustantivo nieve. Una confusión semejante ocurre a veces con el verbo forzar, que aparece mal conjugado en frases como ‘Su mamá lo forza a limpiar la habitación’. Este verbo se conjuga como contar, cuya /o/ diptonga cuando recibe el acento. De ahí que la versión estándar de la oración anterior es ‘Su mamá lo fuerza a limpiar la habitación’. Así como del verbo contar se dice contó, contarás, pero yo cuento, tú cuentas; de forzar tiene que ser forzamos, forzó, forzarás, pero yo fuerzo, tú fuerzas.
La alternancia entre las vocales medias /e, o/ inacentuadas y su diptongación cuando tienen acento es una herencia de la evolución fonética del castellano. El cambio se da en una gran cantidad de palabras españolas de distintas categorías gramaticales y los hablantes adquieren el dominio de su empleo, en la mayoría de los casos, de forma natural y espontánea. No tienen dudas a la hora de elegir entre tiene / tenía, tierra / terrenal, diente / dentista, abierto / abertura; puerta / portero, puedo / podría.
Una probable explicación del error de decir neva en vez de nieva habría que buscarla en el hecho de que nevar es un verbo muy inusual, casi desconocido, en los países hispánicos donde la gente no tiene la experiencia climatológica de la nieve. Al no formar parte del vocabulario habitual de la comunidad, los hablantes no tienen conciencia del cambio vocálico nieva / nevó, que realizan natural y automáticamente en formas frecuentes como pierde / perdió, tiene / tenía.
¿Qué es un cultismo?
El sentido general de cultismo, de acuerdo con la Academia, es el de ‘palabra culta, generalmente de origen grecolatino, usada en la lengua intelectual, literaria y científica’. Pero en Lingüística y en Fonética, específicamente, se consideran cultismos los términos que conservan los sonidos latinos originales y solo experimentaron los cambios necesarios para adaptarse a la estructura fonológica del español. Algunos ejemplos son artículo, insigne, operar. Dicho de otra manera, son palabras que no pasaron por las transformaciones fonéticas propias de las voces populares.
Se asigna el nombre de populares o patrimoniales a casos como hijo (de filium en latín), mujer (de mulierem), hombre (de hominem), que han experimentado diversos cambios fonéticos a lo largo de la historia. Esta oposición entre cultismos y palabras patrimoniales da como resultado, en muchas ocasiones, la presencia de dobletes léxicos derivados de la misma raíz de origen. Por ejemplo, del operare latino derivan operar (forma culta) y obrar (forma popular). Ambas palabras solo mantienen en común el origen, porque además de su diferencia fonética, también han adoptado significados o matices semánticos distintos. Se presenta, a continuación, una lista con algunos ejemplos similares.
| palabra latina | cultismo | palabra popular |
| anima | ánima | alma |
| collocare | colocar | colgar |
| decimus | décimo | diezmo |
| delicatus | delicado | delgado |
| directus | directo | derecho |
| frigidus | frígido | frío |
| planus | plano | llano |
| recitare | recitar | rezar |
| solitarius | solitario | soltero |
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