Seguimos con la tercera entrega de esta serie de personajes históricos que forman parte de nuestro carnaval dominicano, personajes llenos de historias pueblerinas, creados por nuestra gente desde las entrañas de sus vivencias, personajes que nos traen recuerdos y que hemos disfrutado por años de sus actuaciones pintorescas en los carnavales dominicanos.
Hoy ponemos en valor "El papelón", un personaje que por sus características desde el punto de vista del vestuario debe ser por lo menos primo hermano de los muy conocidos y pintorescos personajes del carnaval: "Robalagallina y "Se me muere rebeca", lo establezco tomando en cuenta que una de las características de estos personajes es que debe ser un hombre que se vista de mujer, además de los parecidos en las indumentarias y el performance que hacen en sus pasos por los desfiles.
El papelón es el resultado de nuestras raíces de las tradiciones africanas y españolas, reflejando esa historia multicultural que somos.
Al grito de ¡A que no me quemas el Papelón!, el hombre disfrazado de mujer, con vestido de colores, cartera de lado, peluca, coloretes en su rostro y un rabo largo hecho de papel que le llega hasta al suelo, deleitando al público en los carnavales con su gran trasero y su jocosidad, mientras otro personaje caracterizando un señor mayor que le acompaña vestido de negro, con sombrero campesino y un con tizón prendido en su mano, va detrás y trata de quemarle el papelón, acompañado de un grupo tocando tambora y güira, haciéndolo con una gracia tan extraordinaria que a todo el mundo le provoca risa. El papelón es una alegoría al gran trasero del personaje que lo mueve hasta más no poder.
Si estudiamos el personaje de El papelón desde la mirada de la antropología sociocultural, en su esencia es el resultado de la ingenuidad del dominicano, convertida en una estampa de la vida cotidiana que ha sido llevada al carnaval con toque estrafalario, excesivo, extrovertido, picaresco, voluminoso y coqueto, siendo estos elementos muy propios de las características de los personajes de los carnavales.
En los carnavales de Santiago este personaje de nuestra cultura carnavalesca siempre ha estado presente, así como en otros carnavales del país, en Santiago establecen que originario. Los carnavaleros santiagueros manifiestan que este personaje simboliza una mujer adultera de la alta sociedad santiaguera que es perseguida siempre por un mamarracho detrás con un jacho prendió para quemarle el rabo.
El personaje fue encarnado por más de medio siglo por el carnavalero santiaguero Mario Esteban Reynoso, apodado Mario Papelón, que hacen varios años falleció y con él se llevó el personaje. Josué Gómez sobre este personaje refiere que era sordo y usaba audífonos y cuando se disfrazaba de papelón se transformaba y entraba en trance en el carnaval de Santiago. En mis investigaciones sobre este personaje me he dado cuenta que Mario Papelón ha sido el más trascendentes y por eso donde quiera que este lo honramos y recordamos con las mismas letras que por años cantaban al su personaje:
¡Yo vine de Guayabita
y me fui pa Guayabón
Buscando un negro sabroso
que me queme el papelón!
¿A qué te lo quema?
¿A que no me lo quema?
Que te quemo el papelón
¡A que lo quemo por jodón!
¡A que lo quemo por ladrón!
Carlos Andújar estudioso de los carnavales del país, sobre el personaje refiere: "El papelón como Robalagallina, Califé, La muerte en jeep, el Oso Nicolás y otros personajes del carnaval dominicano no son solo localistas, los son también nacionales y con historias particulares, que suelen representar situaciones locales de personajes destacados en comunidades y que traídos como sátira, se convierten en protagonistas que los recupera y los reivindica, como persona, es que, si bien son motivos de risas, son parte de las historias y la memoria social de mucha gente".
El carnaval dominicano o los carnavales son un espacio de participación democrática que posibilitan la diversidad, la convivencia, la coexistencia vinculando las raíces del pasado, con la presente con una mirada al porvenir. Donde se da una lucha entre la vida y la muerte, triunfando siempre la vida.
El papelón no debe perder vigencia en el tiempo, el pueblo quien crea los personajes y los mantiene vigente debe valorar el personaje y reivindicarlo cada año para que con su gran trasero y su baile se mantenga en el tiempo. Ya que indiscutiblemente el papelón junto a otros personajes de nuestro carnaval, enriquecen y dan vida a esta manifestación cultural que el pueblo espera, disfruta y vive como ninguna otra.
¡A que lo quemo por jodón! ¡A que lo quemo por ladrón! Hasta la próxima semana.
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