María Cristina Camilo Rodríguez (Maíta) fue una pionera incansable que ahora deja, además de su legado en la comunicación, dos tesoros: su sonrisa luminosa y optimista, y su defensa de las personas envejecientes.

Su historia es una mezcla de valor, talento, perseverancia y legado cultural. Esta mujer dedicó enormes esfuerzos, tanto en su entorno como desde los medios de comunicación, para exponer las necesidades y problemas de las personas de la tercera edad. Su presencia en programas y entrevistas siempre incluyó mensajes de respeto y cuidado hacia los envejecientes, siendo un ejemplo de vejez vital.

Hasta los últimos 20 años de su vida, aprovechó su influencia en la radio, la televisión y los escenarios para sensibilizar sobre la situación de los adultos mayores. Proclamó que no deben ser excluidos ni marginados, sino valorados por su experiencia, y denunció reiteradamente la indiferencia social hacia ellos, criticando la falta de políticas públicas sólidas y el abandono familiar al que muchas personas mayores eran sometidas.

Durante una intervención testimonial en el Centro Cultural Banreservas en agosto de 2015, María Cristina Camilo, ante una audiencia de admiradores de todas las edades, jóvenes y artistas de la radio y la televisión, dijo:

"Me alegra que estén hoy prestándome atención como mujer que se entregó al servicio a su comunidad desde la comunicación… ¿Pero cuántas personas envejecientes dominicanas permanecen en el anonimato, sin atención, sin titulares, sin protección? Mi llamado es a que despertemos, porque todos vamos hacia la vejez y nadie debería sentirse abandonado por la sociedad".

Defendía que los adultos mayores tenían derecho a una vida digna, con oportunidades de participación, acceso a la cultura, la salud y el respeto social. En este sentido, se convirtió en una especie de embajadora moral de la tercera edad.

Esa lucha fue tan significativa que el consejo directivo del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) bautizó con su nombre el salón de eventos de su sede principal, en una sesión de su consejo ejecutivo aprobada por unanimidad por el consejo directivo.

CONAPE consideró que María Cristina apoyaba la reintegración social de los adultos mayores "con sabiduría, honestidad, gallardía, entereza, responsabilidad y un amor infinito que solo ella sabe dar". María Cristina Camilo era la representante de los envejecientes en el referido Consejo.

Una vida, muchas gestas

Desde que era enfermera provincial en su natal San Francisco de Macorís con un salario mínimo hasta la primera locutora y presentadora de televisión en la República Dominicana, y una de las primeras en el continente.

Su voz acompañó a generaciones, su talento abarcó la radio, la televisión, el teatro y el cine, y su legado continuó hasta bien entrada la tercera edad, mientras era honrada con múltiples distinciones.

Familiarmente, era prima segunda de las Hermanas Mirabal, ya que su padre era primo hermano de Mamá Chea (madre de las hermanas asesinadas en 1960). Estudió en el Colegio Inmaculada Concepción, donde aprendió piano, mandolina, pintura y desarrollo de dicción, lo que la preparó para su carrera en los medios.

La característica más importante en la vida de María Cristina Camilo es su rol como pionera de la radio y la televisión en la República Dominicana, un logro que la consagra como la primera mujer locutora de radio y la primera presentadora de televisión del país.

Conocida como "Maíta", se destacan varias anécdotas que muestran su carácter y su trayectoria como pionera de los medios de comunicación en la República Dominicana.

Como enfermera en San Francisco de Macorís, ganaba 20 pesos mensuales, un salario insuficiente para sostener a su hijo, por lo que se mudó a Santo Domingo en 1947 en busca de mejores oportunidades. Estando en la capital, escuchó por la radio una solicitud para cinco locutores con bachillerato y buena dicción. Era la radiotelevisora del Estado.

Se presentó al día siguiente en la estación y grande fue su sorpresa cuando la llevaron ante el administrador, el general J. Arismendi (Petán Trujillo), quien extrañado le preguntó: “¿Muchacha, qué tú haces aquí?”, a lo que ella respondió con decisión que quería ser locutora, pese a no tener experiencia.

Tras una audición, fue aceptada gracias a una dicción limpia, una enorme seguridad en sí misma y al hermoso metal de su voz. Estos factores impactaron a los profesores de locución a cargo del escrutinio.

Ya nombrada, se le asignó un sueldo de RD$75,00 pesos mensuales, una suma considerable en ese momento. En solo quince días su salario, subió a cien pesos . En septiembre de 1948 empezó a trabajar en la emisora La Voz del Yuna, que poco después cambió su nombre a La Voz Dominicana.

El 1.° de agosto de 1952 fue la voz seleccionada para presentar el programa Romance Campesino, considerado el primer programa televisado en la República Dominicana. Así se convirtió en la primera mujer en aparecer en televisión dominicana y la tercera en América Latina. Romance Campesino, una comedia que recreaba la vida rural dominicana, destacaba por personajes como Macario y Felipa (interpretados por Luis Mercedes Miches y Toña Colón) y, más adelante, Ciriaca y Felipito.

A los sorteos de la Lotería Nacional les puso voz desde el primero, el 24 de octubre de 1951, por más de 60 años. En su honor, la sala de extracción de números de la Lotería lleva su nombre.

Antes de dedicarse a la radio y la televisión, María Cristina Camilo soñaba con ser monja, ya que amaba el colegio de monjas donde estudió. Sin embargo, su vida la llevó por otro camino, dedicándose a la comunicación y el arte para mantener a su familia.

En un momento de su carrera, se cuenta que un promotor mexicano, impactado por su voz y presencia, le ofreció un contrato fabuloso para trabajar en México por un año, con un salario de mil pesos semanales y todos los gastos cubiertos. A pesar de ser una gran oportunidad, lo rechazó porque su hijo estaba enfermo y no quiso abandonarlo. Esta decisión resalta su gran dedicación a su familia.

Carrera, premios, reconocimientos

En el cine participó en películas como Un macho de mujer (2006) y Arrobá (2013).

A los 102 años, condujo el programa Abuelos 911, dirigido a personas mayores y emitido por RTVD desde 2005 hasta al menos 2019.

  • 1977: Recibió la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella.
  • 1991: Ganó el primer Gran Micrófono de Oro otorgado por el Círculo Dominicano de Locutores.
  • 2021: Obtuvo un Premio Soberano especial, de ACROARTE.
  • 2023: Premio Soberano Especial al Mérito Escénico de ACROARTE. Fue reconocida como una leyenda viva de la comunicación dominicana. Su nombre quedó inscrito en la historia nacional como referente de talento, disciplina, valentía y amor por la cultura.
  • 2023: Premio Gran Voz de Oro (2023), de la Cámara de Diputados.
  • 2020: Premios Gardo, creados por Juan Carlos Albelo; reconocimiento especial del Club Rotario Santo Domingo y reconocimiento del Senado dominicano.

Un sentido “hasta luego”

El país despide este 6 de septiembre a una de las  personalidades de la comunicación, una activista por los adultos mayores, una voz promotora de valores, un ser reconocido y premiado, una personalidad que estableció más de una precedencia nacional e internacional gracias a una dilatada carrera, frente a la cual el tiempo parecía no tener cronómetro.

Hasta luego, María Cristina Camilo, nuestra amada Maíta.

José Rafael Sosa

Periodista

Escritor, periodista y animador cultural. Nació en Puerto Plata en 1950. Tiene una amplia trayectoria en el periodismo cultural dominicano. Se ha caracterizado por cultivar géneros que le faciliten una comunicación efectiva con sus lectores, como el cómic y el origami. Es el principal escritor de literatura de crecimiento personal en República Dominicana.

Ver más