No tienen rostro, pero lo dicen todo. Nacidas en los talleres de El Higüerito en Moca, y presentes en casi cada rincón turístico del país, estas muñecas se han convertido en un símbolo nacional.

Pero, ¿qué representan estas muñecas para los dominicanos? ¿Y por qué no tienen cara?

Carlos Andújar, director de Museos, explicó que las muñecas sin rostro nacieron en Moca como una iniciativa de un proyecto de desarrollo comunitario de emprendimiento en comunidades empobrecidas.

Precisó que las muñecas son un sello particular de la provincia Espaillat, caracterizadas por su estilo de figura corporal, trajes típicos del siglo XX y ausencia de rostro para generalizar que la identidad dominicana y diversidad de rasgos físicos: puede ser negra, caucásica o mulata.

Andújar indicó que en sus inicios criticó que las muñecas no tuvieran rostro, pero con el pasar de los años comprendió que el objetivo de evitar asignarle un rostro a las muñecas era sesgar una identidad especifica que desvinculara el resto de la diversidad cultural dominicana.

“Las muñecas sin rostro son estéticamente atractivas por el entorno del cuerpo. El artesano logra una silueta del cuerpo femenino muy agradable y bien definida, de traje largo y una belleza particular para tener en la casa, pero no se cuestiona mucho el por qué no tiene rostro”, enfatizó Andújar.
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Muñecas sin rostro, Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

Añadió que en República Dominicana, las denominadas muñecas sin rostro rompieron el esquema tradicional de crear muñecas deformadas o poco trabajadas, elaboradas de trapo, con tez negra o hechas de guano y de fibra vegetal, las cuales, aseguró no lograron un posicionamiento como las de barro.

“Los artesanos de Moca no solamente crearon un sello, sino que con esta artesanía se abrieron paso en el mercado, por su estilo en la forma del cuerpo, vestimenta y el sombrero, el cual las hace muy atractivas”, expresó.

La artesana Milagros Familia explicó que las muñecas no poseen rostro porque los dominicanos no tienen raíces definidas, sino que poseen rasgos culturales de los indígenas, españoles y africanos.

Artesana Milagros Familia elaborando una muñeca sin rostro. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

“Las muñecas no tienen rostro porque nosotros -los dominicanos- no nos identificamos con una raza en especifica, sino que tenemos varias”.

Milagros, oriunda de San Juan de la Maguana y radicada en Moca, provincia Espaillat inició el oficio de la artesanía en 1985, centrándose en las muñecas sin rostro, las cuales representan la mujer campesina dominicana.

Desde cero

Desde sus inicios, en 1977, la técnica para realizar una muñeca sigue siendo la misma. El tornero Julio Rodríguez explicó que, para elaborar una muñeca desde cero, se hace un cono de barro en el torno. Una vez formado el cuerpo de la muñeca, se pone a secar y luego de estar dura, proceden a hornearla durante dos horas.

“Nos subimos en el torno, y hacemos una combinación para tener la mano siempre mojada para que el barro no se corte, porque se seca, pero si se mantiene húmedo, podemos manipularlo”, destacó.

De su lado, Milagros explicó que, en la elaboración de la muñeca, lo primero que se hace es el cuerpo, luego la falda, los brazos, las flores, el cuello, la cara, el peinado y finalmente el sombrero.

En cuanto al precio, precisó que han variado con los años, indicando que en sus inicios una muñeca de 4 pulgadas valía RD$ 20.00 y en la actualidad se comercializa a RD$ 75.00.

Destacó que las muñecas sin rostro se presentan en 6 dimensiones: 14, 12, 10, 8, 5 y 4 pulgadas, siendo la de mayor demanda las de 5 pulgadas, con un precio de RD$ 100.00. Mientras que las de 14 pulgadas se venden en RD$ 1,200.00; 12 pulgadas RD$ 400.00; 10 pulgadas RD$ 250.00; 8 pulgadas RD$ 200.00 y 4 pulgadas RD$ 75.00.

En ocasiones solicitan muñecas de 13 pulgadas. Estas tienen un valor de RD$ 450.00.

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De izquierda a derecha muñeca sin rostros de 4, 5, 8, 10, 12 y 14 pulgadas, realizadas por la artesana Milagros. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO.

Según los artesanos entrevistados por Acento, desde el 1977 hasta la fecha existen más 100 modelos de muñecas sin rostros, los cuales representan acciones que realizan las mujeres campesinas dominicanas: las que llevan flores representan bondad, aquellas que poseen cartera significa que van de compra o a recolectar tabaco, otras son vendedoras de frutas o vegetales. También hay muñecas con sombrillas cubriéndose del sol o de la lluvia.

“Son innumerables las figuras artesanales que representan las muñecas sin rostros y es alegórico a la mujer dominicana”, manifestó el artesano  Rodríguez.

Para Rodríguez las muñecas sin rostro representan principalmente las raíces culturales, por lo que sus diseños están enfocados en la línea tradicional, con colores llamativos que representan la alegría de los dominicanos.

“Existen más de 100 modelos, pero, con la experiencia se sabe cuál es el modelo que va comercializándose mejor. Aunque todo ha evolucionado y hay vestidos más modernos y pisados, me he quedado en la línea tradicional”, manifestó.

Aunque definió las muñecas como una tradición que representa la cultura dominicana, Luis Rodríguez indicó que esta artesanía no es un atractivo para los jóvenes.

De su lado, el artesano Domingo Mejía con más de 40 años en el oficio, destacó su labor con la creación de la muñeca sin rostro Matusalén, la cual se caracteriza por llevar un bolso en la parte delantera, representando el trabajo de la mujer campesina cargando café, cacao y tabaco.

Con un valor que oscila entre los RD$ 175 y RD$ 600, Domingo Mejía manifestó que Matusalén tiene mayor demanda en Puerto Plata y Punta Cana, indicando que estos son puntos de gran flujo turístico.

“Al turista siempre le gusta llevarse una muñeca sin rostro para dar identificar que él llegó a nuestro país”, manifestó.

En el caso de los dominicanos, manifestó que algunos son conocedores y adquieren las muñecas, así como otros artículos de barro como maceteros, tarros y piezas decorativas para lucir el trabajo local en sus hogares, mientras que otros, han perdido esa tradición y optan por artículos industriales.

“El dominicano es conocedor de ese arte de la antigüedad hecho a mano. Las muñecas sin rostro tienen una cultura muy significativa, nosotros lo hacemos a mano y con amor, no es industrializado”, subrayó.

Desde la Asociación de Artesanos del Higüerito (Asoarteh), los artistas del barro les enseñan a estudiantes nacionales y extranjeros cómo hacer las muñecas sin rostro, así como vasijas de barro, a través de talleres artesanales con una duración de una hora y 45 minutos, con la finalidad de continuar con este legado cultural.

Las muñecas sin rostro se han exhibido en las ciudades de Nueva York y Miami, así como en ferias turísticas internacionales como muestra representativa de la cultura dominicana.

Crisis, pérdida y resistencia

El artesano Luis Rodríguez lamentó que esta artesanía no tiene relevo por falta de atractivo económico, atribuyendo la “baja” al Estado, indicando que dejó “demasiado” abierta la entrada de otro tipo de artesanía y artículos industriales.

“Los artículos chinos les tumbaron el pulso a las muñecas. Eso no es artesanía, son figuras industrializadas… muy bonitas y baratas. La gente, en vez de comprar la historia de una muñeca sin rostro, el trabajo que lleva hacerlas, el amor que le ponen los artesanos y tener una representación como dominicano, las están sustituyendo por esos artículos”, enfatizó Rodríguez.

Artesano Luis Rodríguez con dos modelos de sus muñecas de estilo tradicional. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

Añadió que otros artesanos provenientes de Ecuador, Bolivia, Colombia y México se han establecido en el país elaborando artesanías distintas a las muñecas sin rostro y son adquiridas por los dominicanos, desvaluando el trabajo local.

“Ellos no están exportando, sino que sus artículos son para el consumo de los dominicanos, entonces, eso ha traído consecuencia negativa para nosotros los artesanos locales”, destacó.

De su lado, Domingo Mejía consideró que con el paso de los años se perderá la tradición de tener una muñeca sin rostro en los hogares dominicanos, indicando que esta artesanía originaria de Moca no recibe el apoyo y la promoción necesaria, lo que ralentiza su venta.

Muñecas sin rostro. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

Sostuvo que los artesanos necesitan apoyo del Gobierno para relanzar el comercio de las muñecas y continuar con su fabricación, indicando que, si solo fabrican, pero no venden, irán a la quiebra.

En ese orden, el director de Museos, Carlos Andújar exhortó al Centro Nacional de Artesanía (Cenadarte) y Consejo Nacional de Promoción y Apoyo a la Micro, Mediana y Pequeña Empresa (Promipyme) prestar atención a esta artesanía y promoverla con la finalidad de brindar un relanzamiento económico y recolocar las muñecas sin rostro en el mercado, “que no se pierda la tradición de tener una muñeca en casa”.

“Una pieza como esta es una creatividad que logró posición en el mercado y genera más fuentes de empleo, mayor nivel de vida a través de las destrezas que da el arte popular y la creatividad de sus artesanos. El reconocimiento cultural ya sea comprándolas, asistiendo a actividades o viniendo al país para conocer la cultura nuestra, nos engrandece. Fomentemos esas acciones”, expresó Carlos Andújar, director de Museos .

Explicó que las muñecas no se exhiben en los museos dominicanos, debido a que en estos no se muestran artesanía, sino colecciones y piezas originales. Destacó que pueden estar presentes en los museos cuando hay ferias artesanales, en las noches largas de museos o en actividades particulares como los hits show.

Andújar señaló que la falta de circulación de esta artesanía en el mercado puede hacer que esta tradición pierda relevancia cultural y económica, pero advirtió que una sobreabundancia de este estilo artesanal puede llevar a la pérdida de interés comercial.

“Cuando hay demasiado de lo mismo llega un momento que se ahoga en el mercado, pero la producción debe mantenerse activa, especialmente en El Higüerito, y acompañarse de estrategias, promoción y venta”, puntualizó el director de Museos.

Agregó que para que las muñecas sigan siendo un referente identitario, deben estar presentes en espacios familiares, turísticos y comerciales. Si no se proyectan hacia el futuro, corren el riesgo de ser reemplazadas por otros referentes culturales.

“Todo dependerá de cómo se proyecta en el tiempo. Porque la cultura se va construyendo. Hay cosas que van desapareciendo y otras que van entrando”, precisó el funcionario.