
El museo más visitado del mundo se vio obligado a cerrar repentinamente sus puertas el domingo, después de que ladrones entraran a robar varias piezas de dos vitrinas de cristal en la galería Apolo, donde se guardan las joyas de la corona francesa.
Armados con herramientas eléctricas, y a plena luz del día, los ladrones irrumpieron en el Louvre, en el centro de Paris, y en tan solo siete minutos sustrajeron ocho artículos de un valor incalculable, antes de escapar en motonetas.
Se estima que las piezas contienen en su conjunto miles de diamantes y piedras preciosas.
Alrededor de 60 investigadores están trabajando actualmente en el caso, con la teoría de que los ladrones estaban bajo órdenes de una organización criminal.
Pero aunque el espectacular caso tomó por sorpresa a las autoridades francesas y la noticia dio la vuelta al mundo, esta no es la primera vez que el museo más famoso de Francia está en el centro de la tormenta por un robo.
Hace ya más de un siglo, en agosto de 1911, un ladrón sin demasiadas luces ni ingenio ingresó al museo un día que estaba cerrado y se robó la Mona Lisa.
No fue sino hasta el día siguiente que notaron el hurto. La policía empezó la investigación y el centro permaneció cerrado durante una semana en medio del escándalo.
"La Joconde" -como le llaman los franceses a la Mona Lisa- estuvo desaparecida por más de dos años. Fue recuperada el 10 de diciembre de 1913, cuando el ladrón, Vicenzo Peruggia fue atrapado luego de que le entregara la pintura a Alfredo Geri, un anticuario de Florencia.
"Fue el robo de propiedad más famoso en tiempos de paz", señala Noah Charmey, autor de "Los robos de la Mona Lisa".
Celebridad
Es fácil asumir que el caso generó tal sensación porque la obra de Leonardo da Vinci es "la pintura más famosa del mundo". Pero para entonces no lo era.
Lo que verdaderamente impulsó su fama fue, precisamente, el hecho de haber sido robada.

Fue el primer delito contra la propiedad en recibir la atención de los medios internacionales, le dijo Charney a la periodista Olivia Sorrel-Dejerine, de la BBC.
El primer ingrediente de su amplificada fama fue la cantidad de cobertura que se le dio durante el tiempo que estuvo perdida, señaló Simon Kuper, del diario británico Financial Times, quien ha escrito sobre el tema.
Antes de eso, mucha gente no la había visto. Gracias a eso, pasó a ser un ícono popular.
"Aparecía en noticieros cinematográficos, cajas de chocolate, postales y vallas. De repente se transformó en una celebridad al estilo de estrellas de cine y cantantes", escribió Darian Leader, autor de "Robar la Mona Lisa: lo que el arte no nos permite ver".
Sin pistas
Notablemente, multitudes acudían al Louvre sólo a ver el espacio vacío donde el pequeño retrato de esa mujer del siglo XVI solía estar.

El hurto se tornó en asunto de Estado y despertó grandes pasiones en Francia.
El problema para los diarios franceses era que tras describir las circunstancias del robo, no tenían nada más que decir. Entonces se inventaron historias, como que Leonardo se había enamorado de "La Joconde" y otros cuentos similares, dice Jerome Coignard, autor de "Una mujer desaparece".
La policía siguió muchas pistas sin éxito. Al poeta Guillaume Apollinaire lo metieron en la cárcel por una semana y su amigo pintor Pablo Picasso fue uno de los sospechosos. Ambos eran inocentes.
No tan difícil
El acto aparentemente espectacular del ladrón no había requerido ningún plan grandioso o audaz.
El museo tenía un sistema de seguridad dudoso y pocos guardias. De hecho, el trabajo que se hizo para mejorar la seguridad fue lo que inspiró a Peruggia.
El inmigrante italiano había trabajado en el Louvre en 1910 y había instalado la puerta de vidrio que protegía la obra maestra. Tenía el uniforme blanco que los empleados del museo vestían y sabía cómo estaba fijada la pintura en el marco.

"Todo eso se juntó cuando tuvo una oportunidad", dice Charney.
"No tuvo que planear mucho, no había nada tremendamente difícil, tuvo suerte", señala Kuper. "No era un delincuente genial".
Motivo desconocido
Tras su captura, Peruggia trató de alegar que su motivación era patriótica, diciendo que pensó que Napoleón había robado la pintura de Italia y que su misión era regresarla a casa. Estaba equivocado. La pintura había sido comprada por Francisco I de Francia en el siglo XVI, y por una suma considerable.
Como inmigrante italiano, también argumentó que había sido víctima de racismo de parte de sus colegas franceses.
Pero había hecho una lista de coleccionistas de arte estadounidenses, lo que indicaba más bien que estaba planeando venderla, comenta Charney.
Y hay otra hipótesis más imaginativa, dice Coignard. Un artículo titulado "La confesión de Peruggia", publicado en 1915 en un diario francés, decía que Peruggia podría haber sido manipulado por un alemán.

Como éstas, hay varias teorías sobre los motivos de Peruggia.
"La verdad es que no tenemos ni idea. Sigue siendo un misterio", señala Coignard.
Peruggia no era un conocedor de arte, ni un ladrón especializado, indica Kuper. Escogió la Mona Lisa en parte porque era pequeña (mide 53cm x 77cm).
"Peruggia había pensado primero en robarse una pintura de Mantegna, otro pintor italiano, pero se decidió por la Mona Lisa porque alguien le dijo que era la pintura más espectacular del Louvre", asegura Coignard.
El hecho de que mantuvo a la Mona Lisa escondida en su pequeño apartamento en París parece indicar que era un hombre ordinario abrumado por lo que había hecho.
Peruggia fue condenado a un año y 15 días de cárcel, que luego se redujeron a siete meses y nueve días.
"La Primera Guerra Mundial estaba empezando. Fue olvidado rápidamente", dice Kuper.
"Es una historia feliz pues todo terminó bien. La pintura fue entregada justo antes de que empezara la guerra. Es la gran historia feliz en 30 años de guerra".
Mejor joyas que pinturas
Aunque el robo del domingo tuvo lugar en una galería que se encuentra muy cerca de la Mona Lisa y otras pinturas famosas, los grupos criminales que ordenan operativos como el reciente ya no reparan en cuadros mundialmente reconocidos que nunca podrían exponerse ni venderse, señala el corresponsal de la BBC en París, Hugh Schofield.
Prefieren objetos que puedan convertirse en dinero en efectivo, y las joyas obviamente encabezan la lista.
Por más grande que sea su valor histórico y cultural, las coronas y diademas pueden romperse fácilmente y venderse por partes.
Incluso los diamantes grandes y famosos pueden cortarse. El precio de venta final puede no ser el que valía el objeto original, pero seguirá siendo considerable.
Tal es así que las autoridades temen que, a menos que los ladrones sean capturados rápidamente, los objetos invaluables —incluido un collar de diamantes y esmeraldas que el emperador Napoleón regaló a su esposa— sean destruidos y sacados de contrabando del país.

La policía francesa "sabe que en las próximas 24 o 48 horas, si no atrapan a estos ladrones, esas piezas probablemente desaparezcan", declaró a la BBC Chris Marinello, director ejecutivo de la empresa Art Recovery International.
"Puede que atrapen a los delincuentes, pero no recuperarán las joyas".

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp, donde encontrarás noticias de última hora y nuestro mejor contenido.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
- Cómo fue el robo al museo del Louvre en París y cuáles son las valiosas joyas que se llevaron
- Un robo de joyas de "valor incalculable" obliga a cerrar el museo del Louvre de París mientras la policía se lanza a la caza de los ladrones
- El misterio de la otra Mona Lisa de Leonardo Da Vinci y por qué existe una disputa legal
!function(s,e,n,c,r){if(r=s._ns_bbcws=s._ns_bbcws||r,s[r]||(s[r+"_d"]=s[r+"_d"]||[],s[r]=function(){s[r+"_d"].push(arguments)},s[r].sources=[]),c&&s[r].sources.indexOf(c)<0){var t=e.createElement(n);t.async=1,t.src=c;var a=e.getElementsByTagName(n)[0];a.parentNode.insertBefore(t,a),s[r].sources.push(c)}}(window,document,"script","https://news.files.bbci.co.uk/ws/partner-analytics/js/fullTracker.min.js","s_bbcws");s_bbcws('syndSource','ISAPI');s_bbcws('orgUnit','ws');s_bbcws('platform','partner');s_bbcws('partner','acento.com.do');s_bbcws('producer','mundo');s_bbcws('language','es');s_bbcws('setStory', {'origin': 'optimo','guid': 'c5y9dv842ndo','assetType': 'article','pageCounter': 'mundo.articles.c5y9dv842ndo.page','title': 'Cómo fue el robo de la Mona Lisa en el Louvre hace más de un siglo y por qué ahora los ladrones prefieren joyas en vez de pinturas','author': 'Redacción – BBC News Mundo ','published': '2025-10-20T12:14:46.831Z','updated': '2025-10-20T12:14:46.831Z'});s_bbcws('track','pageView');
Compartir esta nota