La ola internacional de condena y repudio que salpica desde hace un tiempo a República Dominicana por su política migratoria se incrementó hoy otro poco con la expresión de "profunda consternación e indignación ante las brutales y masivas oleadas de deportaciones de personas de origen haitiano" denunciada por los jesuitas.
Un día después de que la ONU y Amnistía Internacional condenaran al país por lo mismo, el Servicio Jesuita a Migrantes–Solidaridad Fwontalye (SJM/SFw-Haití) expresó en un comunicado que "en pleno siglo XXI es inadmisible presenciar tratos tan violentos, marcados por la discriminación sistémica y que constituyen una violación flagrante de los derechos humanos más fundamentales" .
"Desde el anuncio del presidente dominicano Luis Abinader, el 6 de abril de 2025, relativo al refuerzo de las medidas migratorias, los ciudadanos haitianos se enfrentan a una situación de extrema vulnerabilidad", añadió el texto de los jesuitas.
"Brutalidad sin precedentes"
La creciente militarización de la frontera y la multiplicación de las operaciones represivas, "incluso en espacios sensibles como los centros de salud, dan testimonio de una política migratoria de una brutalidad sin precedentes", remarcó.
Sostuvo que se han denunciado "repetidas redadas nocturnas en domicilios de haitianos, así como casos de detención de mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz, a las que se les ha privado de atención médica esencial antes de ser expulsadas en condiciones inhumanas".
El 22 de abril de 2025, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó de la expulsión de 416 personas en condiciones precarias, entre las que se encontraban 11 mujeres embarazadas y 16 madres lactantes.
Golpizas, torturas y otras crueldades
"Estas prácticas brutales -prosigue el texto- ponen en peligro directo la salud y la vida de estas mujeres y sus hijos. El mismo día, un hombre de 29 años, detenido por agentes de migración dominicanos, fue brutalmente golpeado y torturado. Fue encontrado inconsciente en la frontera (Ouanaminthe/Dajabón) y trasladado al hospital por un agente de la Oficina Nacional de Migración (ONM de Haití). Lamentablemente, falleció al día siguiente, jueves 23 de abril de 2025, en el Centro Médico-Social de Ouanaminthe (CMSO)".
Dos días después de ello, el viernes 24 de abril, precisó que "varias personas con discapacidad, así como cinco mujeres que acababan de sufrir una cesárea, fueron expulsadas de los hospitales dominicanos mientras aún se encontraban en recuperación, acompañadas de sus recién nacidos".
"Estas prácticas inaceptables, que constituyen un trato cruel, inhumano y degradante, son contrarias no solo a las normas internacionales de derechos humanos, sino también a las propias leyes dominicanas. El SJM-Haití las condena con la mayor firmeza".
Ante esta alarmante situación, el SJM-Haití hace un llamado:
• A la conciencia de los dominicanos que aún creen en la dignidad intrínseca de cada persona humana para que se movilicen contra estos abusos xenófobos y humillantes;
• A las autoridades haitianas para que asuman plenamente sus responsabilidades de protección de los ciudadanos y ciudadanas haitianos, tanto en el territorio nacional como en el extranjero
• A la comunidad internacional, a los organismos de defensa de los derechos humanos y a las representaciones diplomáticas, para que intervengan urgentemente y exijan un diálogo respetuoso y constructivo en torno a esta crisis humanitaria y migratoria.
"El SJM/SFw-Haití reafirma su compromiso con la defensa de la dignidad, la vida y los derechos fundamentales de los migrantes haitianos. Continuará denunciando, con rigor y determinación, toda forma de violencia, política opresiva o trato discriminatorio", finaliza el comunicado firmado por el sacerdote Germain Clerveau, director nacional del Servicio Jesuita a Migrantes.
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