Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este jueves de un aumento en el número de víctimas civiles que llegan a sus instalaciones en Puerto Príncipe, donde casi dos de cada cinco haitianos necesitan atención médica urgente y entre el 60 % y el 80 % de los centros de salud no funcionan tras haber sido atacados, saqueados, incendiados o amenazados.
La organización humanitaria recordó que solo un gran hospital público sigue funcionando en Puerto Príncipe, el Hospital Universitario La Paz, un centro que se ve desbordado con frecuencia.
En su comunicado, MSF informó de que en los primeros seis meses de 2025 atendieron a 2.600 supervivientes de violencia sexual, ingresaron a 13.300 pacientes en urgencias y trataron a 2.267 víctimas de violencia.
De entre las víctimas de violencia en dicho periodo, el 26 % eran menores de edad, frente al 11 % en el mismo lapso de tiempo en 2024.
Según la ONG, uno de cada tres menores ingresados por lesiones relacionadas con la violencia sufría heridas de bala.
"Esta violencia se produce en el contexto de un conflicto territorial en el que la población se encuentra expuesta en primera línea, atrapada entre la amenaza de los drones explosivos y la brutal violencia de los grupos armados que saquean y queman casas, destruyen barrios, aterrorizan a las comunidades y utilizan cada vez más la violencia sexual como arma de control, castigo y extorsión", indicó MSF.
Barrios controlados por bandas
La organización humanitaria denunció que alrededor del 18 % de los pacientes atendidos en su proyecto de atención primaria, ubicado en barrios controlados por grupos armados, "afirman que evitan usar el transporte público para acudir a centros médicos fuera de esas zonas por temor a ser atacados".
De acuerdo con MSF, la restricción de la movilidad de los residentes, junto con el cierre generalizado de hospitales desde 2024, debido a los ataques armados, los asaltos, el éxodo del personal médico y las dificultades para suministrar medicamentos, ha reducido y centralizado de forma drástica la disponibilidad de la atención sanitaria, dejando a una gran parte de la población sin acceso a servicios vitales.
Este contexto "ejerce una presión extrema sobre los centros que siguen funcionando, en particular el hospital de traumatología de MSF en Tabarre (Puerto Príncipe), que ha aumentado su capacidad en un 50 %, con uno de cada cuatro traumatismos relacionados con la violencia", añadió la información.
La ONG informó también de que el pasado 20 de septiembre, diecisiete heridos fueron atendidos en su hospital de Drouillard, al este de Puerto Príncipe, tras un ataque con drones llevado a cabo ese mismo día en el barrio de Cité Soleil.
Entre dichos pacientes se encontraban: dos hombres, que ya habían fallecido a su llegada al hospital y otro hombre que murió durante el traslado; diez mujeres, una de las cuales murió de camino al Hospital de traumatología de MSF en Tabarre, y tres niños que fallecieron "trágicamente" debido a que "no sobrevivieron a sus heridas".
Además, otras dos mujeres heridas en el mismo ataque fallecieron en el cercano Hospital materno Isaïe Jeanty.
"Este contexto devastador alimenta una profunda sensación de abandono entre la población. Y hay que decir que el grave deterioro de la disponibilidad de atención sanitaria —una crisis dentro de la crisis— también deja a los pocos actores humanitarios y médicos que quedan con la impresión de estar desbordados por unas necesidades cada vez mayores", indicó Mumuza Muhindo Musubaho, coordinador general de MSF en Haití.
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