La Asociación Dominicana de Profesores (ADP) amenazó con realizar una huelga si no se  atiende su demanda de un aumento salarial del 20 %, aunque ha trascendido que en las últimas negociaciones ha rebajado sus ambiciones, en tanto que el Ministerio de Educación (Minerd) sigue firme en que las cuentas públicas impiden que sea más de un 8%, pero se confía en que las negociaciones prosigan y se diksipe la amenaza.

Ya son varias las reuniones que culminan sin acuerdos y se recuerda que Eduardo Hidalgo, el presidente de la ADP y diputado del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), declaró que el sindicato dio a las autoridades una semana para responder a sus demandas.

"Si no cumplen con estos plazos, a partir de la próxima semana, la Asociación Dominicana de Profesores se verá obligada a recrudecer sus acciones de lucha por el cumplimiento del convenio por una Mejor Educación”, afirmó.

La ADP pidió otras mejoras de las condiciones para los docentes, incluyendo unas en la jornada extendida, el nombramiento del personal docente necesario y la creación de un Banco de Docentes Sustitutos, entre otras cosas.

Padres y EDUCA

Mientras tanto, los padres de familia con hijos en escuelas públicas reiteraron su permanente desacuerdo con las huelgas en las escuelas públicas y lo hicieron tanto frente a las sedes del Minerd, en la Av. Máximo Gómez, como de la ADP, en Gascue, distante una cuadra de la casa del PLD, hasta donde marcharon en los últimos días.

Aunque dijeron que apoyan a los maestros en su lucha por mejores condiciones, también creen que las huelgas afectan a los estudiantes y a ellos mismos, y que los maestros más obtendrían si los buscaran a ellos como aliados para sus demandas y no seguir teniéndolos como sus víctimas.

En este contexto, la organización privada de educación, EDUCA, propuso una alternativa que no afecta las cuentas públicas y obviamente no lesiona a los estudiantes; todo lo contrario.

Sugieren la creación de un Fondo de Reconocimiento al Profesionalismo Docente que premiaría con un 50 % de ingresos adicionales a aquellos educadores con inasistencias injustificadas inferiores al 2 %, un rendimiento de sus estudiantes por encima del promedio de su distrito, y una alta valoración de más del 50 % de los padres de sus alumnos.