En el trasfondo de una España marcada por la dictadura de Franco y un incipiente turismo que transformaba su economía, un grupo de figuras políticas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se reunieron con Juan Bosch en Benidorm a finales de noviembre de 1968. La comisión, encabezada por los líderes Antonio Guzmán y José Francisco Peña Gómez, tuvo como objetivo discutir el futuro del partido ante una República Dominicana inmersa en un contexto posrevolucionario.
El propósito de la reunión en Benidorm fue sostener una conversación con el máximo dirigente del PRD en ocasión de un mensaje que él envió a través del Dr. Jottin Cury, diciendo que el partido debería disolverse por haber cumplido sus fines históricos, lo cual fue rechazado por los principales dirigentes nacionales.
El grupo que viajó desde República Dominicana a Benidorm estaba integrado por Sofía Leonor Sánchez Baret, Antonio Guzmán, José Francisco Peña Gómez, Ambiorix Díaz Estrella, José Ovalles, José Augusto Vega lmbert, Tonito Abreu, Winston Arnaud, y “cuatro o cinco más", incluyendo otra mujer.
Vega Imbert ha relatado a ACENTO sus recuerdos al respecto:
“En el año 1968, dos años después de las elecciones, yo ejercía de lleno mi profesión, cuando de repente, a mediados de noviembre, un domingo me llamó por teléfono don Antonio Guzmán y me dijo: “Te estoy llamando para que vengas a mi casa porque el doctor Peña Gómez dice que nos trae una noticia muy importante y viene acompañado de Jottin Cury, que acaba de venir de Europa y visitó a Bosch en Benidorm”.
A todo esto, ya se sabía que Caamaño estaba desaparecido, pero yo no sabía que estaba en Cuba.
Yo le dije que sí a don Antonio y cuando llegamos a su casa, no tuvimos que esperar ni media hora cuando llegaron el doctor Peña Gómez y Jottin Cury. Peña Gómez le dio la palabra a Cury, diciendo que “traía un mensaje de Bosch”, palabras textuales.
Cury nos dijo lo siguiente: “El profesor Bosch les manda a decir a todos los dirigentes del PRD que él considera que el PRD cumplió su misión histórica, que el PRD debe disolverse”. Aquello fue recibido como una bomba. Todos, de una manera muy categórica, dijimos que eso era imposible, que el PRD era un frente de clases donde había de todos los estratos sociales, que había que pedirle a Bosch que reconsidere y recapacite. Se acordó eso, que no estábamos de acuerdo con la disolución del PRD y que había que comunicarle esto a Bosch.
Según lo que se nos dijo en esa reunión, Bosch quiso mandar a decir que, después de lo sucedido en República Dominicana, el PRD fue el primero que llegó luego de la muerte de Trujillo a iniciar una etapa democrática, gana las elecciones, lo tumban, pero con gran apoyo popular y militar hace la revolución de abril, se va a las elecciones, se pierden, había represión contra la izquierda, etcétera. En resumen, según Cury, Bosch quiso decir que el PRD era un partido de la democracia representativa tradicional, que ya el ámbito era para otro tipo de lucha donde no cabía el PRD.
Después de esa reunión en Santiago, que fue un domingo en la tarde, los líderes de la capital siguieron conversando y no pasó una semana cuando resolvieron mandar una comisión de perredeístas de todos los estratos (sindicales, agrarios, damas, juventud y altos dirigentes) a Benidorm. Fue una forma también de darle apoyo y seguir adelante.
De Santiago estábamos don Antonio Guzmán, el doctor Ambiorix Díaz, José Ovalle y yo. Jorge Blanco dijo que no podía ir.
Se configuró el viaje a Benidorm, se buscó el patrocinio correspondiente porque casi ninguno teníamos los medios para ir a Europa. La comisión viajó en los últimos días de noviembre y regresó la segunda semana de diciembre.
En la comisión conformada para este viaje, recuerdo que había dos damas, entre ellas una muy destacada que se llamaba Sofía Leonor Sánchez Baret; estaban don Antonio Guzmán, Ambiorix Díaz, José Ovalle, Tonito Abreu, Winston Arnaud, Miguel Soto y yo, así como algunos más cuyos nombres no recuerdo.
Peña Gómez se fue primero a hablar con Bosch y estaba allá con Héctor Aristy cuando nosotros llegamos. Volamos a mediados de la última semana de noviembre. Volamos en Iberia a Madrid. En Madrid pasamos dos días y tomamos un tren nocturno hacia Alicante, ciudad cercana a Benidorm. Fue una noche entera viajando en un tren incómodo, donde había de todo, hasta malos olores.
Llegamos muy temprano en la mañana a Alicante. Recuerdo que desayunamos allí y había un vehículo tipo van grande esperándonos, que Bosch se había ocupado de hacerlo llegar para trasladarnos a Benidorm.
A Benidorm llegamos cerca del mediodía. Bosch nos recibió y estaba muy contento, una gran hospitalidad, una gran cortesía.






En esa época Benidorm era una zona de gran turismo, pero sucede que en ese momento era un enclave turístico desierto, era temporada baja, en pleno invierno.
Ese primer día fue de festejo, almuerzo, compartir alegremente, porque al otro día sería una sesión grande puramente política con Bosch. Recuerdo que esa noche fuimos a un espectáculo y uno de los recuerdos que guardo es de Peña Gómez cantando, la gente lo aplaudió mucho. Estábamos en una especie de sala de fiesta y lo pasamos muy bien.
Antes, en Madrid, habíamos hecho un viaje a Toledo e hicimos un tour por Madrid. Ese fue mi primer viaje a Europa y me encantó Madrid, a pesar de que estaba bajo la dictadura de Franco, pero era una ciudad que ya comenzaba a ser vibrante porque la economía había cambiado mucho: a mediados de los años 1960, España se abrió al turismo y eso fue espectacular.
El primer contacto con Bosch y Peña Gómez fue en la noche del día que llegamos. Estoy seguro de que era un viernes. El profesor Bosch quiso hablar con don Antonio, el doctor Ambiorix Díaz y yo primero porque éramos santiagueros y él le daba mucha importancia a Santiago. Nos dijo que antes de la reunión formal del día siguiente él quería que nosotros le diéramos una visión sobre la situación del país. Nosotros coincidimos plenamente en que había algo que no encajaba, que a pesar de la represión política que había, en el país no había condiciones objetivas para iniciar una lucha armada, mucho menos con los militares constitucionalistas fuera del país.
Al otro día fue la gran sesión de Benidorm. Bosch dijo que estaba muy satisfecho y de acuerdo con que el PRD no se disolviera, pero que bajo ningún concepto podía pensarse que dentro de las circunstancias que estaba viviendo el país posrevolución se podía alcanzar el poder mediante unas elecciones. Entonces él, Bosch, explicó que para salir del subdesarrollo y poder llegar a una democracia plena era necesario instaurar lo que él llamaba una dictadura con apoyo popular.
Luego de eso, uno de los jóvenes dijo que el pueblo dominicano estaba esperando la voz de Bosch para comenzar la lucha y eso produjo diversos comentarios hasta que yo le dije: “Profesor, hay dos partidos socialistas enormes en Europa, que son el de Francia y el de Italia. Es muy difícil que esa gente llegue al poder, pero van a todas las elecciones y consiguen ganar en distintos municipios, y una de las vertientes de la lucha son los procesos electorales, entonces creo que el PRD no puede totalmente cerrarse las puertas y decir que no va a participar más en elecciones”. Ese argumento fue tímidamente apoyado por Peña Gómez. Bosch se dio cuenta de la situación y dijo que sí, que era posible la participación del PRD en procesos electorales con fines tácticos, pero sin una pretensión de que se pueda ganar y alcanzar el poder.
Eso fue un elemento, y ahí Peña Gómez tuvo mucha participación, que sirvió para que los acuerdos que se tomaron en Benidorm dejaran una puerta abierta para la participación en elecciones.
Ahí se redactó un acuerdo que surgió en Benidorm, donde no se cerraba la puerta de participación táctica en las elecciones para alcanzar determinadas metas o posiciones. No tengo información de si ese texto se conserva.
Bosch nos autorizó a don Antonio Guzmán, Ambiorix Diaz y a mí a que cuando llegáramos a Madrid pidiéramos una entrevista a la agencia EFE. Les dimos una síntesis del acuerdo en base a la memoria, pero ellos la difundieron con una distorsión tremenda. La referida agencia enfatizó la posible participación en el proceso eleccionario, y quien leía eso entendía que en Benidorm se había decidido que el PRD iría a las elecciones de 1970.
A mí me tocó, por instrucciones de Bosch, llamar a un periódico de aquí, creo que fue El Nacional, y hacer un aclarando.
Después de la reunión de Benidorm, nuestro grupo se dividió en subgrupos, y fuimos a París don Antonio Guzmán, Ambiorix Diaz, José Ovalle y yo. Estuvimos invitados por Héctor Aristy, que era embajador dominicano en la Unesco.
El 15 de diciembre regresó toda la comisión, excepto Peña Gómez y yo. Él, porque eran los primeros contactos del PRD con la Internacional Socialista y había un encuentro de juventudes en Suecia al que iría Peña Gómez como representante. Y yo regresé el 18 porque mi boleto de avión permitía, con una gran rebaja, pasar de 15 a 21 días en España, como una forma de atraer turistas.
Ese domingo 15 de diciembre yo me hospedaba en el hotel Memphis y Bosch se iba a juntar en el área del bar con un amigo que estaba en Madrid, y me invitó a participar. A las 8:00 de la noche nos juntamos en el bar, en un sótano. Comenzamos a esperar que llegara el invitado, que era un empresario de Elche. El hombre tardó unos 45 minutos en llegar y en ese tiempo Bosch y yo hablamos mucho.
No sé si metí la pata, después me arrepentí. Le pregunté: “¿Usted cree que después de que los americanos hicieron lo que hicieron en la guerra de abril van a dejar que se instale la dictadura con respaldo popular?”. Él se engrifó un poco y me dijo: “Sí, porque el mundo está cambiando y los Estados Unidos están cambiando. ¿No te has dado cuenta de lo que ha pasado en este 1968, que mataron a Robert Kennedy? ¿No te das cuenta de que mataron a Luther King también? Los Estados Unidos están en efervescencia. Dentro de poco tiempo ya estarán dadas todas las condiciones para lograr en nuestro país la dictadura con respaldo popular”.
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