El cohete Starship de SpaceX, la empresa aeroespacial del magnate Elon Musk, sufrió un "rápido desmontaje imprevisto" cerca de una hora después de despegar desde el sur de Texas (EE.UU) en su noveno vuelo de prueba.
El también dueño de la red social X escribió en ella: "una gran mejora respecto al último vuelo", pero confirmó que "los escapes (de combustible) causaron la pérdida de presión del tanque principal", lo que afectó al vuelo y la maniobra de retorno.
El empresario también anunció que los próximos tres vuelos de prueba del Starship estarán menos espaciados en el tiempo y lanzará uno "cada 3 o 4 semanas".
"Como si el vuelo no fuera lo suficientemente excitante, el Starship ha experimentado un rápido desmontaje imprevisto", indicó la empresa y añadió que el éxito es fruto del aprendizaje y que la prueba ayudará a "mejorar la fiabilidad" del cohete.
La nave despegó a las 19:37 hora local desde Starbase, la base recién nombrada cerca de Brownsville, en la frontera con México, pero en torno a las 20:32 perdió el contacto, informó en la retransmisión el responsable de comunicación de SpaceX, Dan Huot.
Tras media hora del lanzamiento, el representante dijo que la nave tenía "fugas" de combustible, lo que provocó la "pérdida del control de altitud", necesario para orientarse; y aparte de eso, el cohete no pudo abrir un portón por el que se iban a lanzar satélites simulados.
Huot explicó que la nave estaba girando e iba a entrar de nuevo en la atmósfera terrestre de manera no controlada en dirección al Océano Índico.
Pese a su desmontaje, el Starship, que según SpaceX es el cohete "más grande jamás construido", superó las dos pruebas anteriores, en las que la parte superior de la nave explotó y esparció restos sobre el Golfo de México y partes del Caribe en visibles cascadas de fuego.
Los problemas no tardaron hoy en reaparecer: el cohete lanzador Super Heavy -conocido como la primera etapa de la nave, la que impulsa a la etapa superior- explotó en lugar de ejecutar su amerizaje previsto en el Golfo de México.
Una transmisión en directo mostró además que la nave espacial de la etapa superior no abría sus puertas para desplegar una carga útil de "simuladores" del satélite Starlink.
Aunque la nave voló más lejos que en sus dos intentos anteriores, presentó fugas y comenzó a girar sin control mientras se deslizaba por el espacio.
Los equipos de la misión purgaron combustible para reducir la fuerza de la explosión prevista, y las cámaras a bordo dejaron de funcionar aproximadamente a los 45 minutos de lo que debía ser un vuelo de 66 minutos, quedándose corto de su zona de amerizaje objetivo frente a la costa oeste de Australia.
– Aficionados al espacio –
Con 123 metros de altura, este coloso está diseñado para ser totalmente reutilizable y lanzarse a bajo costo, lo que impulsa la esperanza de Musk de convertir a la humanidad en una especie multiplanetaria.
La NASA también cuenta con una variante de Starship para que sirva como módulo de aterrizaje para la tripulación de Artemis 3, la misión que llevará a los estadounidenses de regreso a la Luna.
Varias embarcaciones turísticas también se encontraban en la zona marítima desde donde se divisa la base espacial, mientras que una transmisión en vivo mostraba a Musk sentado en el control terrestre de la Base Estelar, con una camiseta de "Occupy Mars".
"Sé que en ciencia nunca hay un fracaso; se aprende todo de cada prueba, así que fue súper emocionante verlo", dijo por su parte Joshua Wingate, un emprendedor tecnológico de 33 años de Austin, después del lanzamiento.
Entre los espectadores estuvo el australiano Piers Dawson, de 50 años, quien programó sus vacaciones familiares en torno al lanzamiento: su esposa y su hijo adolescente, a quien sacó de la escuela para estar allí.
– 'Fallar rápido, aprender rápido' –
Starship ha completado nueve vuelos de prueba integrados a bordo de su cohete Super Heavy. SpaceX apuesta a que su filosofía de "fallar rápido, aprender rápido", que le ayudó a dominar los vuelos espaciales comerciales, dará sus frutos.
Como parte de sus avances, la compañía ha logrado hacer retornar y atrapar el cohete lanzador Super Heavy en los gigantescos brazos robóticos de la torre de lanzamiento tres veces, una audaz hazaña que considera clave para una rápida reutilización y la reducción de costos.
Este noveno vuelo marcó la primera vez que SpaceX reutilizó un cohete Super Heavy, aunque optó por no intentar atraparlo, sino que prefirió que llevara una trayectoria con un ángulo de descenso más pronunciado y la desactivación intencional de un motor.
La Administración Federal de Aviación (FAA) aprobó a inicios de mayo el aumento de los lanzamientos anuales del cohete de cinco a 25 desde su base en Texas.
Dijo que el cronograma ampliado no dañaría el medio ambiente, pese a las objeciones de los grupos ambientalistas preocupados por los impactos en las tortugas marinas y las aves jugadoras.
(CON INFORMACIONES DE EFE Y AFP)
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