Trump ganó Wisconsin en noviembre por un estrecho margen de 29.000 votos, y ahora la elección de un nuevo juez para la Corte Suprema estatal se ha convertido en un campo de batalla clave entre demócratas y republicanos a nivel nacional. Sobre todo, porque Elon Musk está invirtiendo una fortuna en favor de su candidato, convirtiendo la campaña en una de las más costosas de la historia para este tipo de elección. Por Pierre Fesnien, periodista de RFI.
El 1° de abril Wisconsin elegirá un nuevo juez para su Corte Suprema. Actualmente, la instancia judicial más alta del estado cuenta con una ajustada mayoría progresista: cuatro jueces progresistas frente a tres conservadores. Esta mayoría fue obtenida en 2023 con la elección de la jueza Janet Protasiewicz, quien puso fin a 15 años de dominio conservador en esa Corte.
Sin embargo, la jubilación de la jueza liberal Ann Walsh Bradley vuelve a poner en juego el control de la Corte. Los republicanos han visto una oportunidad clave, especialmente con el respaldo de Elon Musk, quien ha decidido involucrarse directamente en la elección. En enero, Musk pidió en redes sociales votar por el candidato apoyado por los republicanos, Brad Schimel. Desde entonces, dos grupos financiados por el multimillonario, Building America’s Future y America PAC, han gastado cerca de 11 millones de dólares en publicidad contra la jueza progresista Susan Crawford, respaldada por los demócratas.
En 2023, esta elección ya había sido la contienda judicial más costosa de la historia de Estados Unidos, con cerca de 50 millones de dólares en gastos de campaña. Este año, la cifra ha superado los 59 millones y se estima que podría llegar a los 100 millones de dólares antes del 1 de abril, según el sitio WisPolitics.com.
Un revés simbólico a Musk y Trump
A pesar de contar con menos financiamiento, Susan Crawford no está fuera de la competencia. Su campaña ha recibido tres millones de dólares del Partido Demócrata, un millón del multimillonario George Soros y 500.000 dólares del gobernador de Illinois, JB Pritzker.
Sin embargo, la intervención de Musk ha transformado esta elección estatal en una batalla con alcance nacional. Los demócratas ven en esta contienda una oportunidad para propinar un revés simbólico tanto a Trump como a Musk, especialmente debido al nivel de inversión sin precedentes en la campaña.
Wisconsin es el swing state que Trump ganó con la menor ventaja en las elecciones presidenciales de 2024. Es uno de los estados más divididos políticamente: su gobernador es demócrata, la Cámara de Representantes está en manos de los republicanos y su Corte Suprema tiene una ligera mayoría liberal. Los demócratas han convertido esta elección en un referéndum sobre Musk y, por extensión, sobre Trump.
Además, Musk ha sido acusado de tener un interés personal en el resultado de la elección, ya que Tesla enfrenta una disputa legal con Wisconsin por la prohibición de abrir concesionarios en el estado. Este caso podría llegar a la Corte Suprema estatal para su resolución final.
’Musk quiere comprar un asiento en nuestra Corte Suprema'
Susan Crawford y sus aliados han aprovechado el rechazo que genera Musk en el electorado local: según una encuesta reciente, el 53 % de los votantes de Wisconsin desaprueban su actuación política. "Elon Musk intenta comprar un puesto en nuestra Corte Suprema para que Brad Schimel apruebe sin objeciones su agenda extrema", declaró Crawford en un mitin, añadiendo que "nunca imaginó enfrentarse al hombre más rico del mundo".
Por su parte, los demócratas han lanzado la campaña "The People v. Musk" (El Pueblo contra Musk), con un sitio web y anuncios digitales que retratan a Schimel como un simple títere del empresario. Carteles en las carreteras del estado advierten: "¡No dejen que Elon compre nuestra Corte!"
Aunque en teoría las elecciones judiciales son no partidistas, en la práctica los candidatos reciben apoyo de los partidos políticos. Brad Schimel, por ejemplo, ha hecho campaña abiertamente bajo la bandera de Make America Great Again (MAGA) y ha mostrado su lealtad incondicional a Trump.
"Si ganamos, demostraremos al país que hay formas en que los demócratas pueden contraatacar", declaró Ben Wikler, líder del Partido Demócrata de Wisconsin, al sitio Mother Jones. Pero si pierden, podría ser otra prueba de que la fortuna de Elon Musk le permite influir políticamente mucho más allá del Despacho Oval.
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