Donald Trump firmó este jueves una orden ejecutiva en la que pide a la Corporation for Public Broadcasting (CPB) que deje de financiar a dos radiotelevisiones públicas estadounidenses, la televisión PBS y la radio NPR, a las que acusa de ser “completamente tendenciosos”.
“Ordeno al Consejo de Administración de CPB y a todos los departamentos y agencias ejecutivas que cesen la financiación federal de NPR y PBS”, reza el texto, que añade que “ningún medio de comunicación tiene un derecho constitucionalmente garantizado a la financiación pública”. La National Public Radio (NPR) es la principal red de radiodifusión pública de Estados Unidos y el Public Broadcasting Service (PBS) es su equivalente televisivo.
El presupuesto de la CPB ya ha sido aprobado por el Congreso hasta 2027, lo que arroja dudas sobre el alcance efectivo de la orden ejecutiva que ordena al consejo de la CPB de “cancelar la financiación directa existente hasta el máximo permitido por la ley y negarse a proporcionar financiación futura”.
Medios “completamente tendenciosas”, según Trump
A finales de marzo, Donald Trump pidió al Congreso que pusiera fin a la financiación pública de estos dos medios, a los que calificó de “cadenas horribles y completamente tendenciosas”. “NPR y PBS han alimentado el activismo y la propaganda de izquierda con el dinero de los contribuyentes, lo que es totalmente inapropiado y un mal uso del dinero de los contribuyentes”, señaló la Casa Blanca en otro comunicado.
En apoyo de estos argumentos, la Casa Blanca asegura, por ejemplo, que, en un periodo de seis meses, la "PBS News Hour utilizó el término “extrema derecha” 162 veces, pero “extrema izquierda” solo seis veces. La administración Trump critica especialmente la cobertura de NPR de temas relacionados con la comunidad LGBT+, Black Lives Matter e iniciativas de “diversidad, equidad e inclusión”.
En términos más generales, la orden ejecutiva argumenta que, si bien la financiación federal de los medios de comunicación estaba justificada cuando se creó la CPB en 1967, hoy en día, “en un panorama mediático rico, diverso e innovador”, se ha vuelto “obsoleta, innecesaria” y “corrosiva para la apariencia de independencia periodística”.
Más de 40 millones de estadounidenses escuchan la radio pública NPR cada semana y 36 millones ven la televisión local PBS cada mes, según estimaciones de los medios de comunicación.
Financiación de muy diversas fuentes
NPR y PBS ya han advertido de que las medidas de Donald Trump para recortar su financiación tendrían un “impacto devastador” en los estadounidenses que confían en sus servicios para obtener noticias locales y nacionales creíbles, incluso en situaciones de emergencia. La directora de NPR, Katherine Maher, estimó en marzo que la emisora recibiría unos 120 millones de dólares de CPB en 2025, “menos del 5% de su presupuesto”.
Ambos medios reciben sólo una pequeña parte de su financiación del Congreso, y el resto procede de donantes y patrocinadores. Las emisoras independientes reciben la mayor parte del dinero de la radio pública.
NPR afirma recibir alrededor del 1% de su financiación directamente del gobierno federal, y sus 246 instituciones miembro, que gestionan más de 1.300 emisoras de radio, reciben una media del 8-10% de su financiación de CPB. La televisión PBS y sus emisoras reciben alrededor del 15% de sus ingresos de fondos federales de la CPB. La mayor parte del dinero destinado a los medios de comunicación públicos se asigna a las emisoras locales y se utiliza en gran medida para subvencionar la televisión, que es más cara que la radio.
Este deseo de la administración estadounidense forma parte de su compromiso de reducir drásticamente el gasto público, y en los medios de comunicación esto ha incluido su compromiso de desmantelar el sistema de radiodifusión pública estadounidense y sus emisoras de radio Voice of America, Radio Free Asia y Radio Free Europe/Radio Liberty. La administración Trump ha puesto en el punto de mira a muchas instituciones del mundo académico y de la industria de los medios de comunicación -desde las universidades de Harvard y Columbia hasta NPR y PBS- acusándolas de adoptar posiciones de extrema izquierda, partidistas o excesivamente progresistas, lo que suscita preocupación por la libertad de expresión y la libertad académica.
El viernes, la ONG francesa Reporteros sin Fronteras denunció un “preocupante deterioro” de la libertad de prensa en Estados Unidos. La orden ejecutiva sobre la financiación de PBS y NPR, “que probablemente será impugnada ante los tribunales, es la mayor escalada de la Casa Blanca hasta la fecha en su ataque a los medios de comunicación”, según Politico.
(Con agencias)
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