Tras semanas de debates acalorados sobre gravar el patrimonio a las grandes empresas, los diputados rechazaron con 404 votos contra 1 el apartado de "ingresos", lo que supuso la denegación de todo el proyecto de ley sin siquiera estudiar la parte dedicada a los "gastos". En virtud de los procedimientos parlamentarios franceses, esta votación devuelve el texto inicial del gobierno al Senado, que lo examinará la próxima semana.
En un panorama político muy agitado desde la disolución de la Asamblea Nacional decidida por el presidente Emmanuel Macron en 2024, la dificultad para aprobar un presupuesto es el principal motivo de la caída de los últimos primeros ministros. Sin embargo, el gobierno minoritario de Sébastien Lecornu, cercano a Macron, se encuentra bajo una fuerte presión para reducir el déficit público, el más alto de la zona euro, cuya magnitud preocupa a los mercados financieros.
La Asamblea ya había rechazado en 2024 el presupuesto del Estado, algo sin precedentes desde la adopción de la Quinta República en 1958. Pero esta es la primera vez que se niega con tal amplitud. Las bancadas de izquierda y de extrema derecha votaron en contra, mientras que los del bando oficialista se dividieron entre sufragios en contra y abstenciones.
Solo un diputado centrista votó a favor del texto.
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