Fracaso en Ginebra. Tras diez días de infructuosas discusiones, los representantes de 184 países decidieron suspender la séptima ronda de negociaciones. No hubo tratado contra la contaminación plástica que invade todos los rincones del planeta. Los científicos estiman que el mar podría albergar más plásticos que peces hacia 2050. Orquestado por la industria petrolera, se trata de un duro golpe para el medioambiente, para la salud humana, pero también para la diplomacia, según los expertos.
“Un puñado de países, guiados por intereses financieros a corto plazo y no por la salud de sus poblaciones bloqueó la adopción de un tratado ambicioso contra la contaminación plástica", lamentó Agnès Pannie-Runacher, la ministra francesa de Transición Energética, luego de que algunos países petroleros y, tras bambalinas, la industria petroquímica, lograsen conseguir un texto al que más de un centenar de países y medioambientalistas consideraron inaceptable.
Para el responsable de la campaña de residuos de la ONG Greenpeace en España, Julio Barea, está claro quién detuvo el acuerdo. “Es muy sorprendente que una decena de países, ‘los países afines’, como se llaman ellos, con intereses petroleros directos -países del Golfo, Rusia, India, no más de diez- hayan logrado bloquear un tratado ambicioso y, sobre todo, un tratado que nos libre del peligro de la amenaza que supone la contaminación por plásticos”.
“De hecho, muchos países como Colombia u otros de Latinoamérica, incluso la Unión Europea, dijeron que no es admisible y las organizaciones ambientalistas y de la sociedad civil también nos hemos plantado y hemos dicho que es mejor no tener ningún acuerdo que un mal acuerdo”.
Panamá integra el grupo de los ‘países ambiciosos’, los que no estuvieron dispuestos a claudicar en Ginebra ante los petroleros. La jefe negociadora de la delegación del país centroamericano, Debbra Cisneros, dijo a RFI que el verdadero fracaso hubiera sido la firma de “un tratado que no es efectivo, que no cumple con nuestros estándares mínimos. Para nosotros realmente es más importante salir con algo que tenga medidas jurídicamente vinculantes y que, al menos, cubra todo el ciclo de vida del plástico”.
“Entonces, pusimos una pausa porque no estamos dispuestos a aceptar algo que realmente no podamos implementar. Los ‘países ambiciosos’ estábamos abiertos a dialogar, a sentarnos, a negociar, a buscar cuáles podían ser esas zonas comunes entre las diferentes posiciones, siempre y cuando pudiéramos mantener los elementos principales de lo que nosotros considerábamos un tratado efectivo”.
Petroleras
Los países petroleros rechazan cualquier restricción a la producción de plástico, así como la prohibición de moléculas o aditivos peligroso para la salud. Tampoco toleran que la negociación se base en todo el ciclo de vida del plástico, es decir desde la sustancia derivada del petrolero hasta su estado de residuo. Esta industria defiende el reciclaje que, sostiene Barea, “no es la solución”.
“Con [el reciclaje] no vamos a lograr contrarrestar la contaminación tan inmensa que tenemos de plásticos y micro plásticos. Ya no sólo nos preocupa que los ecosistemas, los animales, cualquier biotopo del planeta, tengan plástico, sino que el ser humano en su interior – como lo ponen en evidencia cada vez más estudios científicos-, ya contenga cantidades significativas de estos plásticos y micro plásticos que van acompañados de gran cantidad de sustancias químicas que son nocivas para la salud”.
Ante la disminución de la demanda de combustibles fósiles, las grandes compañías petroleras están invirtiendo miles de millones en petroquímicos, anticipando que los plásticos serán el principal motor de la demanda de petróleo en las próximas décadas
El responsable de la campaña de residuos en Greenpeace explica que 40% de todo el plástico que se utiliza o se procesa en el mundo es "para generar y producir elementos de usar y tirar, objetos que tienen escasos minutos de vida en nuestras manos: una bolsa plástica, una botella de plástico".
“Todo eso se puede cambiar con reutilización o con el uso de otro tipo de materiales. Pero la industria petroquímica ve amenazada parte importante de su negocio que ellos pretenden que siga creciendo -porque gracias a las energías renovables en muchos lugares del mundo, el consumo de petróleo está bajando y seguirá bajando-. Y en este caso, las expectativas de negocio para estos países, viene de la industria petroquímica para generar plástico”, sostiene.
Las cifras son aterradoras. El planeta ha producido más plástico desde el año 2000 que en las cinco décadas previas, sobre todo en productos efímeros. Desde que se empezó a generar plástico en los años 1950, únicamente se ha recuperado para reciclar el 9% de esos miles de toneladas de plásticos que se han puesto en el mercado, según cifras de la ONU.
Para Barea “lo grave es que el crecimiento de la producción de plásticos no es un crecimiento lineal, sino que es exponencial. De hecho, hay estudios que predicen que de aquí al año 2050, o antes, puede darse la circunstancia de que en el mar haya más plástico que animales o que peces”.
Y si no se hace nada, la producción actual de unos 450 millones de toneladas al año se triplicará hasta el 2060, según las previsiones de la OCDE.
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