Con el corresponsal de RFI en Nueva Delhi, Abdoollah Earally
Las imágenes y las informaciones que provienen de Bangladesh son motivo de preocupación en Nueva Delhi. Contribuyen a la turbulencia diplomática entre ambas capitales desde la huida de la ex primera ministra Sheikh Hasina, que se ha refugiado en India. Las manifestaciones hostiles que tienen lugar en Bangladesh, incluso frente a representaciones diplomáticas indias, acentúan este clima de nerviosismo.
Es en este contexto que un informe, presentado esta semana en el Parlamento indio, ofrece un diagnóstico severo: la crisis en Bangladesh se considera la más grave en medio siglo, para gran disgusto de la influencia india.
Ruptura generacional
El informe señala, por un lado, una ruptura generacional en la población bangladesí, que rechaza la herencia proindia, y, por otro, el riesgo de una "realineación estratégica" de Daca, que haría que el país se alejara de la órbita india durante mucho tiempo.
Nueva Delhi teme especialmente un regreso de corrientes radicales antiindias, así como una mayor influencia de China y Pakistán. Porque detrás de estas rivalidades diplomáticas hay un imperativo geográfico y, sobre todo, de seguridad. India comparte una frontera porosa de más de 4.000 kilómetros con su vecino.
Para Nueva Delhi, la estabilidad de este vecino es vital para asegurar el único paso hacia sus estados aislados del noreste: el Corredor de Siliguri, una estrecha franja de tierra cuyo acceso depende enteramente de la cooperación con Daca.
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