Desde la región de Jarkiv, Ucrania
Protegidos por la oscuridad de la noche, tres soldados cargan un carro no tripulado, o dron terrestre. Una vez listo, el dron es remolcado hasta un área cercana de lo que actualmente se conoce como la “zona gris”, o “zona letal”, y luego, emprende su camino en solitario.
Mientras tanto en el cuarto de una casa cualquiera en las cercanías del frente, dos hombres controlan su recorrido frente a la pantalla. “Ves que hay un giro ahí, tendrás que rodearlo por este lado, ¿vale? Así…”, dice uno de ellos.
Ellos pilotean el dron que lleva municiones y comida a los hombres en el frente de batalla. Esto se hace en un trayecto que durará más de tres horas. Aun así, dicen que es una misión menos complicada que cuando evacuan heridos del frente.
“Cuando llevas suministros, al menos no es una carga viviente. Cuando estás evacuando a un soldado herido, tienes que ir mucho más rápido en ciertas secciones, porque están expuestos a ataques de drones aéreos y, si te golpean ahí, eso significa que alcanzan a un ser humano”, cuenta Kupa, comandante de la Unidad de Drones Terrestres, 2º Cuerpo de la Guardia Nacional “Khartiia”.
Drones aéreos vs drones terrestres
El peligro de los drones aéreos son la razón por la cual los terrestres son necesarios. La entrada y la salida de posiciones son extremadamente arriesgadas, es por eso que muchas veces las unidades se tienen que quedar en ellas por meses enteros.
“Tienen miedo, pero de lo contrario significaría arriesgar a cinco hombres en una evacuación, en lugar de uno… Por supuesto intentas tranquilizarlos”, explica Baton, un sargento junior de la brigada Khartiia que, como muchos en el frente, ha tenido la desagradable tarea de asegurar a camaradas heridos a un dron terrestre.
Estas misiones son extremadamente complicadas, algunas veces no tienen éxito. Pero muchas veces es la única opción que tienen los soldados heridos si quieren intentar salvar sus vidas.
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