El Gobierno de Sébastien Lecornu sobrevive. Este jueves, superó una moción de censura presentada por la izquierda radical por un margen de 18 votos. Ahora se espera que también sea rechazada la moción presentada por el partido de Marine Le Pen.
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, superó este jueves una moción de censura en el Parlamento, días después de proponer la suspensión de una reforma clave del presidente Emmanuel Macron para no agravar la crisis política.
Lecornu, el tercer jefe del gobierno francés en menos de un año, abogó el martes por suspender la impopular reforma de las pensiones de 2023 para que la oposición socialista, que reclamaba esta medida, no votara a favor de la censura.
Aunque lo logró, estuvo cerca de caer. La moción de censura presentada por La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) se quedó a 18 votos de prosperar. Varios socialistas habían anunciado que romperían la disciplina de voto y apoyarían tumbar el gobierno.
Los diputados deben votar a continuación la defendida por la líder ultraderechista Marine Le Pen, pero se espera que quede aún más lejos de la mayoría de 289 votos necesarios ya que la izquierda rechaza apoyarla.
"La suspensión anunciada" de la reforma de las pensiones hasta 2028 "no es más que un engaño, una trampa, un subterfugio", defendió poco antes la diputada de LFI, Aurélie Trouvé, para presionar a sus exaliados socialistas.
Esta formación de centroizquierda aceptó la mano tendida del primer ministro centroderechista para debatir y logró que cediera en la impopular reforma de las pensiones, pese a que Macron siempre rechazó suspenderla o derogarla.
Pero pese al anuncio, la incertidumbre planea sobre cómo se suspenderá. Lecornu propuso la víspera que se incluyera como una enmienda a su proyecto de presupuestos para 2026, que el Parlamento debería votar antes de finales de año.
Esas cuentas prevén un esfuerzo fiscal de 30.000 millones de euros (34.970 millones de dólares). En gran parte obedecen a una reducción del gasto para contener una deuda pública que roza los 3,4 billones de euros (115,6% del PIB).
Esta vinculación plantea un dilema a los socialistas: aprobar unos presupuestos con recortes sociales a cambio de suspender la reforma o tumbarlos y arriesgarse a perder esta "primera victoria", como celebraron la izquierda y los sindicatos.
El líder socialista, Olivier Faure, advirtió no obstante este jueves que "si el gobierno no cumple sus promesas", especialmente respecto "a la suspensión de la reforma de las pensiones", lo censurarán "rápidamente".
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